Entonces, ¿qué escucho?

Opinión de Gina Chávez

Regresando de la marcha apoteósica del 27 pasado, abordé un taxi y como casi siempre comencé a platicar con el chofer para llevar a cabo mi usual exploración y conocer el punto de vista de un ciudadano común sobre Andrés Manuel López Obrador y la 4T.

Al escuchar sus primeros insultos hacia nuestro presidente pensé que era mejor decirle que respetaba su opinión pero que no coincidíamos. Creí que con eso se acabaría la plática e imperaría el silencio el resto del viaje, pero no fue así.

En cuanto vio que su veneno no había surtido efecto comenzó a atacar de nuevo con los conocidos y muy repetidos falsos señalamientos en contra de la 4T. Por lo que utilicé mi táctica número 3. Le señalé que seguramente él escuchaba el radio todo el día y que la mayoría de noticiarios, comentaristas y expertos en ese medio estaban pagados para hablar mal del gobierno o se trataba de locutores que ya no recibían chayote. 

Mencionó los nombres de los personajes que él escucha todos los días para mantenerse “informado”, Carmen Aristegui y Mario Beteta. Le reviré un -¡con razón!- A lo que el taxista contestó molesto: -¿Y a quién voy a escuchar entonces?- Mi mente alarmada en segundos trató de buscar una referencia pero no encontré ninguna. Ahí me cayó el veinte.

La verdad que no hay, ni ha habido desde hace mucho tiempo, un noticiario radiofónico en las frecuencias de FM (de amplia difusión) que sea realizado por alguna estación de radio de izquierda, o por algún conductor comentarista democrático y honesto. Ni siquiera los medios públicos como el IMER lo son, puesto que no tienen un noticiario con la conducción de una figura popular, carismática y social que tenga una duración de dos o tres horas como es el caso de la radio chayotera.

Me quedé callada y deseé con todo mi corazón poderle responder a ese hombre con alguna recomendación de un medio serio, ético y verídico en la radio, pero no pude. No hay. Ni siquiera Radio UNAM o Radio Educación tienen una barra informativa que no ataque de manera directa o indirecta todos los días, el trabajo de nuestro presidente. 

Desafortunadamente vemos como el sexenio de López Obrador se va como agua y no se ha podido fortalecer a nivel nacional noticiarios que sean una alternativa a los medios oficiales mexicanos que representan lo peor del “periodismo” y de la moral. 

Ojalá Jenaro Villamil (presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano)  o Aleida Calleja (directora del IMER) promovieran la creación de un formato de noticiero radiofónico ameno, popular, honesto, de larga duración y ampliamente difundido.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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