Encarrerado el gato…

Sé bien que todavía ardemos en deseos de compartir y comentar nuestra enorme consternación ante las monstruosidades que, apenas el domingo pasado, fue a exhibir al Zócalo de la Ciudad de México la oposición y sus huestes, hordas de compatriotas voluntariamente desinformados, ignorantes por decisión propia, fúricos y endiablados, sesgados por el encono. Con todo y que los sabíamos desde hace mucho desquiciados por sus fobias, prejuiciados hasta la ceguera y afanosamente desinformados, con todo, siguen sorprendiendo.

Yo sé que seguimos entre apesadumbrados e indignados ante el tsunami rosa de desconocimiento, mentiras, desvergüenza y mala leche. Yo sé que abundan los mexicanos y las mexicanas de buena voluntad que quisieran comprender qué tiene que suceder en los recovecos de las entendederas de una persona más o menos normal para negarse a ver la realidad. Sé que a mucha gente noble algo de paciencia le queda y aún cree que podría rescatar del embrujo ideológico a algunos de los que se tragaron el cuento de que el Plan B es un atentado contra la democracia. Bien, lo sé, pero me niego a seguir regodeándome en evidenciar las payasadas retorcidas que el domingo desplegó la reacción y la borregada que el señorito X ha conseguido amasar.

El caldo rosa de falsedades grotescas, insensatez extrema y descaro ya ha sido suficientemente balconeado; considero que no tiene mucho caso seguir en ello. Quien a estas alturas siga creyendo que aquello fue una manifestación apartidista en defensa de la democracia sencillamente es irredimible. Quede anotado, eso sí, que los conservas aunque ni de cerca son la mayoría sí siguen siendo un montón y se están agrupando ya sin el menor disimulo: el prianismo va a sumar todo lo que pueda, incluido el cada vez más destacado componente de compatriotas con psicopatías varias. 

Por lo demás, la mañanera del jueves fue un recordatorio importante de que no deberíamos descuidar la celebración. ¿Se acuerdan de aquello de “sonríe, vamos a ganar”? Pues vamos ganando, y no sólo: en la ruta de la 4T, el país va muy bien.

Ayer el presidente López Obrador presentó una serie de datos duros sobre la situación socioeconómica en la que hoy por hoy se encuentra México, y la verdad prefiero atender las buenas noticias que seguir en la fascinación morbosa que, efectivamente, provoca la reacción y sus desfiguros colectivos. Van algunas…

Entonces qué…, ¿a poco no sobran razones para sonreír? Ni los azules disfrazados de rosa tendrían que andar morados de coraje.

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