Durante la segunda protesta contra la gentrificación en la Ciudad de México, un grupo de manifestantes encapuchados ingresó a Ciudad Universitaria, donde vandalizó el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), rompió cristales y quemó libros sustraídos del recinto. También dañaron casetas de vigilancia y la librería Julio Torri, instalaciones que la UNAM calificó como “emblemáticas” por promover la reflexión, el arte y la literatura.
La movilización partió desde la estación Fuentes Brotantes del Metrobús, sobre Insurgentes, y registró disturbios a su paso por Perisur, donde se reportaron daños a la infraestructura del transporte público. Aunque la ruta original contemplaba llegar al Monumento al Caminero, los manifestantes desviaron el trayecto hacia la UNAM, argumentando que ahí “no entra el gobierno”, en referencia al despliegue de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

Elementos de la SSC formaron un cerco en la entrada del campus, respetando la autonomía universitaria, pero los inconformes realizaron pintas, destrozos e incluso una fogata improvisada. Una mujer resultó lesionada y fue atendida por el ERUM tras un golpe en la cabeza.
Tras los actos vandálicos, la UNAM anunció que presentará denuncias ante las autoridades capitalinas para que se investigue y sancione a los responsables. En un comunicado, la universidad reiteró su compromiso con la libertad, la pluralidad y la defensa de la expresión pacífica, rechazando cualquier forma de violencia, agresión o intolerancia.
Comentarios