Cuando se dice que la oposición política en México está moralmente derrotada, basta voltear a ver este increíble fenómeno que se ha venido dando a partir de que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores desnudó la miseria del presidente del Partido Revolucionario Institucional: Alejandro Moreno.
Hablamos de lo que es y sin rodeos: una red de prostitución y extorsión entre quienes deberían con honores, representar al pueblo para la generación de las leyes que servirían para el bienestar del pueblo. Pero no, ¿qué prefirieron esas diputadas del PRI? Vender su cuerpo a cambio de un curul; que, por cierto, estas “diputadas” fueron quienes salieron a burlarse del pueblo durante la discusión de la Reforma Eléctrica. Karma, señoras, aun así… asqueroso, de verdad.
Si el general Lázaro Cárdenas viviera, se volvería a morir de ver el nido de crápulas que han secuestrado a este partido a lo largo de tantas décadas. Al PRI no le basta ser uno de los actores principales de la desgracia neoliberal que atravesó nuestro país durante todas estas décadas; no, a los miembros del PRI tampoco les basta ser traidores a la Patria, al negarle al pueblo de México el derecho de una energía más barata y mejor.
Pareciera que la escuálida oposición cada vez más se esfuerza en mostrar su insondable estéril inteligencia en todos lados, y cada día se esfuerza más para superar su anterior desfachatez y así sucesivamente.
A la par de esta impresentable situación, los ejércitos de bots y demás, comenzaron su guerra sucia de una manera inaudita: ahora resulta que una gobernadora que ha demostrado su amor al pueblo es denunciada por las propias mujeres de la mano de su propio extorsionador. In-cre-í-ble.
¿A qué grado de putrefacción llegará la oposición? No lo sabemos, pero cuando pareciera que ya no pueden caer más bajo, lo hacen. Realmente el problema de fondo, no son los “packs” que tanto se ha mencionado, como dicen las abuelas “cada quien hace de su…. un papalote”, sino el simple (pero inaceptable) hecho de que en el lugar sagrado donde se crean nuestras leyes, en el lugar donde con letras de oro se ciñe majestuoso sobre nuestra cabeza al entrar al pleno de San Lázaro: “LA PATRIA ES PRIMERO” rematado por nuestro hermoso lábaro patrio, que, en ese lugar, el lugar donde se coloca la banda presidencial para regir el destino de la nación cada 6 años, exista una red de prostitución ¿de la mano de quién? ¿De MORENA, del PT? ¡No! Del PRI.
Nuestro presidente López Obrador demasiado hace y es normal que no pueda resolver ni barrer todas las escaleras de todos los sectores del Estado. Necesitamos ayudarle, continuar empujando a este elefante reumático, pero… sin el peso de prostitutas fraudulentas que ni legislan ni nada más que vender su cuerpo al mejor postor: uno que prefiere matar de hambre que con balas a los periodistas.
Urge limpiar nuestros sitios sagrados, también de catálogos de prostitución.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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