El Partido Revolucionario Institucional (PRI) impulsa en el Senado una iniciativa para reducir el IVA del 16% al 10%, prometiendo un alivio de 3,500 pesos por familia. La propuesta busca reactivar el consumo local, pero despierta escepticismo por su historial.
En 1995 y 2010, el PRI, aliado con el PAN, aprobó aumentos al IVA. En 2010, elevó la tasa del 15% al 16% pese a críticas por afectar a la clase media y baja. Esta contradicción es hipócrita, ofrecer alivio tras décadas de apoyar políticas fiscales regresivas.
El partido tricolor cree que los ciudadanos tienen una memoria corta y no saber que ellos mismos impulsaron el incremento de este impuesto cuando estuvieron en el poder y ahora al tratar de bajarlo con una sinceridad fingida ¿Por qué no revertirlo cuando gobernaban? Esa es la cuestión.
La sospecha de una jugada electoral opaca el discurso. Mientras tanto, la ciudadanía espera acciones, no promesas repetitivas.

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