El PRI no hubiera sido nada sin la ayuda de los periodistas por más de medio siglo. Ellos a sabiendas que emitían mentiras a los cuatro vientos, cobraban por difundir en sus medios el mundo maravilloso que les dictaban los priistas.
Los medios y los columnistas que cobraban en el PRI sus nutridos sobres, ahora son los primeros que saltan del Titanic para demostrar distancia e indiferencia y, por si fuera poco, fingen alegrarse de su larga agonía.
Vivieron de las dádivas del PRI por muchos años, ahora dicen celebrar el fin de un cacicazgo. No pensaban así hace tres años cuando todavía le sacaban jugo al despilfarro tricolor.
El PRI se dio el lujo de regalar casas a periodistas en terrenos ejidales; es decir, siempre desamparaba a un sector para otorgar dádivas. Ahora, los hijos de estos ejidatarios exigen sus tierras camino al Ajusco, y mantienen un litigio del que nadie informa.
Las prerrogativas que se entregarán a Morena luego de las elecciones de 2024, serán millonarias, dados los votos a su favor. Es probable que vuelva a hacer el intento de regresar dinero a Hacienda y que ahora haya menos obstáculos burocráticos que en 2018 para realizar esta devolución.
Antes de que Morena regrese la cantidad que considere pertinente a las arcas públicas es necesario que más de un periodista de altos sueldos clandestinos pagador por diferentes instancias de gobierno regresen lo que se les entregó por mentir a los mexicanos.
Sólo entonces podrá haber una dependencia del gobierno federal que pueda denominarse Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, porque se trata de un robo, se desviaron recursos de instituciones, incluso de Salud para que ese dinero llegara a los bolsillos de periodistas sin escrúpulos, los periodistas nunca fueron capaces de exigir aumento de salario porque tenían su compensación con el desvío de fondos que el gobierno otorgaba, previo acuerdo con los dueños.
Mientras estas devoluciones no se lleven a cabo ni haya una sanción, de manera voluntaria u obligada, se seguirá privilegiando a una clase que se cree superior porque se enriqueció a la sombra del poder.
Todos sabemos quiénes son, pero deben ser exhibidos ante la imposibilidad de demostrar con pruebas, su participación en el escenario más grotesco de la historia, cuya manipulación no puede quedar impune. Deben ser exhibidos, así como ellos exhibieron mentiras y complicidades, combatieron a luchadores sociales y apagaron con su voz luchas sociales, infundieron miedo en la población, alabaron ladrones y asesinos.
Se utilizaron recursos de secretarías de Estado, incluyendo Salud, dejando en mayor vulnerabilidad a los enfermos, a los niños sin importar si tenían cáncer, pero fueron los primeros en decir que no había tratamientos contra el cáncer de los niños, con cuyos medicamentos se hacían millonarios unos con la complicidad del silencio de los medios y sus escribanos.
No hay sonrojo alguno, como si la población fuera amnésica o desconocedora de las actividades que hicieron en nombre de la perpetuidad en el poder del PRI los difusores de su aparente inmortalidad: los periodistas del régimen.
Ahora que quieren ocultar sus orígenes y los de su holgura económica algunos comunicadores no pueden esconder su obsesión por el maniqueismo que trató de imponer el PRI y el PAN a los mexicanos. Los buenos y lo malos, lo corrupto y lo honesto, lo institucional y la traición, etc. Los desenmascara el simplismo con el que aprecian la realidad. Una simpleza que engañaba con explicaciones infantiles la compleja realidad que nunca existió.
La convocatoria para la entrega de recursos deberá ser abierta y la reacción voluntaria como muestra de buena voluntad y de reconocimiento de errores, que eviten sanciones mayores, bastaría con desprestigio.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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