El obsceno uso del poder

Opinión de Pablo Ocampo

Del actuar de los distintos dirigentes políticos en México, se ha especulado mucho a lo largo del tiempo. En su mayoría, se sospecha de una persona cuando consigue un cargo público que involucra el manejo de mucho dinero y por desgracia, han sido pocas las ocasiones en que se consiguen los medios audiovisuales para escuchar o ver si lo que imaginamos es real o no. De entre todos los personajes que se mueven en esta esfera, sin duda, el que ha salido más perjudicado a últimas fechas es el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, a quien la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, le ha expuesto varias grabaciones de voz que demuestran, con lujo de obscenidades, la corrupción con la que se maneja el presidente del partido tricolor.

Haciendo un recuento de los audios que se han presentado, se puede dar fe de las charlas mantenidas con su cirujano plástico, a quien invita con descaro a viajar en su avión y a quedarse en un departamento, sin preocupaciones para el médico y sus invitados; o la vez que se escucha, se le darán a Solá (publicista) 2.5 (millones) en dólares más otros 2.5 después; y la ya famosa frase que soltó: “A los periodistas no hay que matarlos a balazos, hay que matarlos de hambre”.

Es curioso que un hombre al que se ha comprobado mediante estos audios, una estela de corrupción, valiéndose del cargo de presidente de un partido conservador, tenga el descaro y la desfachatez de interpelar al gobierno federal su manera de actuar, de hacer gobierno; siempre buscando levantar ámpula, creando controversia mediante  ejemplos que, se sabe, son falsos (ej., cancelar y mover a otra ubicación el aeropuerto de Texcoco, al que algunos todavía lloran, costó más que el plan original de dejarlo en dicho lugar).

Vale la pena recordar que, bajo la administración del presidente López Obrador, se han concretado obras como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco; la compra de la refinería Deer Park ubicada en Texas, Estados Unidos y de la que, por cierto, en solo 6 meses se terminó de pagar su costo con las ganancias que se obtuvo en ese tiempo, a pesar de que medios de comunicación hegemónicos la consideraban “chatarra”; o el polémico Tren Maya , son claros ejemplos de que, cuando se realiza un trabajo pensado primero para ayudar a los más pobres, como queda constancia en los estados del sur, que han sido históricamente los más abandonados del país; y no pensando en incrementar la cuenta bancaria personal, ni los bienes propios utilizando prestanombres, los proyectos salen adelante.

Del dirigente del Partido Revolucionario Institucional, se ha sabido que ha beneficiado a sus familiares, ha lavado dinero vendiendo terrenos que compró a precios risibles, utilizado a su partido para extorsionar a empresarios sin importar si son hijos de vecina o de apellidos rimbombantes; que tiene una mansión digna, como no podía ser de otra manera, de un líder del crimen organizado y que esta semana huyò a Europa, según dijo, para denunciar ante organismos internacionales, los delitos por los que bien podría estar pagando él a su regreso, si es que así lo hace.

Lo cierto es que, durante semanas, exdirigentes de su partido y aliados económicos y políticos, han pedido la renuncia de Alejandro Moreno Cárdenas, quien después de los últimos audios y el video de su residencia, por fin podría tener el tiempo contado y con algún reemplazo en puerta, si es que decide autoexiliarse, ya que al parecer, líderes de PAN, MC y el alicaído PRD, así como empresarios, por fin, lo han dejalo a su suerte; una lástima, considerando que “Alito” ha sido el hombre de peso, orquestando con rotundo éxito, la debacle priísta a nivel nacional y que aún faltan las elecciones de 2023 y 2024 para condenar a la extinción a su partido y las esperanzas de sus aliados, de regresar al poder.

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