El mundo es lo que hacemos de él

Opinión de Orion Belt

De la mano y el genio de Robert Zemeckis llegó en 1997 la película Contacto, basada en un libro del conocido y entrañable divulgador científico Carl Sagan, quien dedicó su vida al estudio de los fenómenos celestes y otros enigmas que siempre han fascinado a la humanidad.

La historia que narra el filme, parece un dilema entre la ciencia y la fe, que pone a debate la incapacidad de comprender fenómenos místicos con el ojo científico y al mismo tiempo, el fundamentalismo religioso que cataloga como amenaza cualquier cuestionamiento que se dirija a esclarecer con bases empíricas, aquello que parece inexplicable.

La postura “científica”, personificada en la película por la Dra. Ellie Arroway (Jodie Foster), afirma poder representar a la humanidad en caso de requerirse un embajador para hacer contacto con una civilización alienígena, ya que el mensaje recibido por ondas de comunicación provenientes del espacio exterior, que es interpretado como una invitación a visitarlos, también contiene los planos e instrucciones de lo que parece ser un medio de transporte para tal fin, y se ha recibido y decodificado en el “lenguaje de la ciencia”, al mismo tiempo que diversos sectores conservadores comienzan un debate de tintes morales y religiosos respecto a las implicaciones que tal suceso pueda tener en la manera como la humanidad comprende su existencia.

Se establece un comité de selección y se integra una lista de candidatos que tendrán que pasar por sesiones públicas de preguntas agudas, dirigidas a desentrañar su personalidad y medir su idoneidad para representar a la raza humana en tal odisea.

Finalmente los candidatos se reducen a dos, la Dra. Arroway y su ex jefe, El Dr. David Drumlin (Tom Skerritt), quien es un científico que ha decidido dirigir su carrera hacia la burocracia y la política, lo que lo ha colocado en puestos directivos sobre Arroway, que sufre constantes bloqueos e incluso cancelaciones a proyectos científicos de su parte, los cuáles finalmente consigue fondear mediante un excéntrico empresario multimillonario y derivado de esto, logra recibir y decodificar la señal extraterrestre.

La doctora Arroway posee una personalidad idealista y tenaz, lo cual la hace transparente y poco habilidosa para lidiar con las intrigas y maniobras de Drumlin, quien consigue ser escogido al expresarle al comité y la sociedad, exactamente lo que quieren oír,  aprovechando que el manifiesto escepticismo de Arroway la ha debilitado respecto a la opinión pública que clama que un ateo no puede representar a la humanidad, que es “creyente en un 95 % al menos”.

Finalmente el día del lanzamiento de prueba, Arroway se encuentra en las instalaciones de la NASA y conversa con Drumlin, quien cínicamente le confiesa que él mismo sabe que la candidata idónea era ella, por su integridad, su enorme pasión por la ciencia y su idealismo, incluso expresa que desearía que ella viviera en un mundo que premiara esas cualidades, pero este mundo no es así, a lo que Arroway responde contundentemente: “Siempre he pensado que el mundo es lo que hacemos de él.”

Lo que sucede a continuación es una metáfora extremadamente poética, que coloca a cada personaje como responsable de sus propias decisiones y lo ubica exactamente donde tiene que estar:

Mientras se realizan las pruebas finales, en uno de los monitores de la torre de control, Arroway reconoce a uno de los supuestos técnicos del personal de apoyo que rodean a Drumlin: es un activista religioso radical que la ha encarado durante las manifestaciones en contra de la construcción de la máquina y nada bueno puede hacer en el lanzamiento, ella da la alerta y observamos por las cámaras como al derribar al sujeto, éste revela un chaleco de explosivos que acto seguido hace estallar, destruyendo por completo la máquina y aniquilando a los ahí presentes, incluyendo a Drumlin, ante los ojos de todo el mundo.

De esta manera, Drumlin ha quedado encerrado en el mundo que él mismo se construyó y que creyó, siempre funcionaría para su beneficio y Arroway, ha sido salvada por su aparente torpeza para lidiar con las sucias artimañas políticas de quienes creen que el mundo es como es y nada se puede hacer para cambiarlo.

Finalmente, Arroway es informada de la existencia de una segunda máquina que ha sido construida en secreto y que será tripulada indiscutiblemente por ella.

Te dejo de tarea ver esta excelente película para descubrir el final.

DA CAPO

Ante los recientes sucesos en el entorno social y político, seguramente nos preguntamos cómo es posible que existan seres humanos capaces de tomar decisiones que aniquilen, incineren y  desmembren nuestras esperanzas y peor aún, una vez descubiertos, en vez de asumir su participación, se rodeen de abogados y artimañas políticas para eludir su responsabilidad; ante esto, parece que la polarización más evidente y necesaria de nuestro país consiste en separar a aquellos que piensan que el mundo es como es y nada se puede hacer para cambiarlo de aquellos que saben que al contrario: ESTE MUNDO ES LO QUE HACEMOS DE ÉL.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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