El metro de la Ciudad de México desde la visión cotidiana de los usuarios que día con día abordamos el transporte público, tiene grandes dificultades que padecemos de forma constante, y que en un andar hay cosas que consideramos problemáticas y que las hemos aprendido a sobrellevar, por decirlo de alguna forma, males menores.
Por ejemplo, cuando abordamos el metro a las 7 de la mañana ya de ante mano sabemos lo llenísimo y apretados que viajaremos, a pesar de que la sana distancia y los señalamientos para formarse sobre el andén a la espera del arribo del metro que tuvieron resultado un breve tiempo, sabemos que la gente en su mayoría no respeta los señalamientos, y quienes hacen este esfuerzo se ven rebasados por muchos otros que no siguen las reglas implementadas en el transporte, de tal forma que todos nos vemos envueltos en esta esfera de empujones y falta de sensibilidad a la hora de abordar o descender.
Otra problemática común y constante que es exigencia cotidiana, tiene que ver con los llamados vagoneros, estos comerciantes que pasan a lo largo del tren ofreciendo sus productos y teniendo el transporte como un enorme tianguis a lo largo y ancho de la ciudad; cuando se utiliza el transporte público en horas pico, la gran mayoría de usuarios sabemos las indicaciones para cuidar nuestras pertenencias y evitar conflictos con quienes viajan aún más estresados ante la cotidianidad del ritmo diario de la vida, incluso en los andenes se puede escuchar a los elementos de la policía bancaria mencionar en los megáfonos o a grito abierto “al abordar cuide sus pertenencias, cuide su celular y su cartera, mochilas y bolsas al enfrente”, dando normalidad y naturalidad a que los robos pueden ser inminentes. En otras tantas ocasiones, observamos que existe un retraso en las líneas del metro, las escaleras eléctricas en algunas estaciones están sin funcionamiento y el acoso a las mujeres ha disminuido, aunque para ello deban existir acciones afirmativas como los vagones exclusivos para mujeres y niños.
Pero aun con todos estos males, millones de usuarios opinamos que el metro es el transporte más seguro para viajar a nuestros destinos en cualquier horario, así sean cuarto para las 12 de la noche o las 6 am, el metro es como una especie de base de aquellos juegos de niños para evitar sufrir daño alguno, un espacio seguro para todos los habitantes de la Ciudad de México y de los estados aledaños; cuántas veces ante el temor de los asaltos en microbuses y combis, no deseamos llegar con rapidez al metro ahí donde podemos utilizar nuestro celular en cualquier momento, hacer uso de audífonos, incluso hay quienes prefieren dormir durante los largos trayectos a sus trabajos o de regreso a sus domicilios, con la certeza de que adentro se está seguro. Estos males menores a los que no debemos acostumbrarnos y de los que sí debemos encontrar la forma de reducirlos a su mínina expresión mediante la participación de usuarios y autoridades, pues propiciamos en su conjunto a continuidad de estas acciones.
Sin embargo, después del choque del metro registrado el día 7 de enero entre dos trenes, por primera vez en mi vida lo abordé con miedo, pensé en el lugar en el que me senté y a mi vinieron las imágenes del lamentable accidente de aquel día, acostumbrado a viajar diariamente en metro comprendí la psicosis que puede generarse ante acontecimientos de esta naturaleza, posteriormente revisando diarios y noticias online puede percatarme de la cantidad de incidentes extraños que se vivieron en una sola semana, como llantas picadas, cables caídos, objetos en las vías, mayores aglomeraciones de usuarios en horas que no son pico entre otras cuestiones.
En total, en una sola semana se registraron más de 5 incidentes en diversas líneas del transporte colectivo, manifestándose con esto situaciones atípicas que no ocurren de manera consecutiva en el transporte, de tal forma que efectivamente nos lleva a considerar que estos hechos han sido deliberados, motivo que también la Jefa de Gobierno y el Presidente de la República consideran una posibilidad bastante importante, pues se ha incluido en la vigilancia del metro a la Guardia Nacional, si nos preguntan a los usuarios sobre la policía bancaria que resguarda el metro o la policía auxiliar, podremos afirmar que estos muchas veces están vinculados con los ambulantes, que la mayoría del tiempo se la pasan en sus celulares, que prestan un servicio en torniquetes muchas veces grosero para con los usuarios y que han sido evidenciados en actos de violencia y extorsión en las instalaciones del transporte, de esta forma la presencia de la Guardia Nacional implica que se tenga una mayor vigilancia y también un mayor compromiso de las autoridades comunes de dichos espacios, pues no es casualidad de que derivado de los días que lleva la GN en el metro de la ciudad, policías bancarios y auxiliares se encuentren en sus puestos, presten mayor atención a los movimientos y menos tiempo en sus dispositivos móviles, así como también se ha visto disminuido el paso de vendedores ambulantes en los vagones.
Deben existir acciones conjuntas con los usuarios para mejorar la situación del metro, en específico de las afectaciones enumeradas al principio, considero que debe legislarse y endurecer las responsabilidades y sanciones de servidores públicos dedicados al transporte, que se priorice un trato digno y de atención inmediata ante cualquier hecho fortuito en las instalaciones del metro.
Ahora bien, hasta aquí solo he hecho una narrativa de lo que vivimos de manera cotidiana en el metro, sin embargo no quiero dejar de mencionar que uno de los males mayores tiene que ver con como el poder político de agrupaciones o personajes cercanos a la oposición se han enquistado en los cargos al interior del Sistema de Transporte Colectivo, el más importante tiene que ver con el Representante del Sindicato del Metro Fernando Espino, líder sindical con más de 42 años al frente de dicho sindicato que lo vuelve dirigente vitalicio de más de 42 mil trabajadores, dándole un poder inmenso, personaje obscuro que ha sido diputado del PRI en 5 ocasiones.
Para poder hacer una análisis mucho más certero del motivo por el cual los lideres sindicales aglomeran tanto poder y qué razones y motivos impiden a la autoridad destituirlos se requiere un nuevo escrito, sin embargo aquí solo quiero expresar que los mexicanos no nos chupamos el dedo, que reconocemos los incidentes comunes que se dan en el metro y nos causan molestia, y distinguimos de aquellos que son una acción deliberada que busca boicotear y lastimar a la población solo para perjudicar a un gobierno que se ha mantenido estable y a lado de la gente, que estos hechos deliberados ocurren en el marco de la visita del Presidente de los Estados Unidos y el Primer Ministro de Canadá, a unos días del arranque de las campañas electorales del Estado de México y Coahuila, en un momento coyuntural donde la moneda mexicana se ha visto fortalecida, además de la aprehensión del hijo del Chapo Guzmán.
La presencia de la Guardia Nacional, brinda mayor seguridad a los usuarios, enfrenta a la autoridad del metro y a quienes de manera intencional sin importarles poner en riesgo la vida de los usuarios violentan las vías de comunicación, esta acción sin duda es inmediata y no resuelve de profundidad el problema. Sin embargo, esperemos que trabajadores, pongan manos a la obra y sin temor denuncien al líder sindical por abusos y atropellos contra trabajadores, así como denuncien también los hechos de sabotaje en las instalaciones, que los diputados redacten las iniciativas de ley, que combatan con inteligencia y sanciones a quienes se desempeñan como funcionarios públicos de este transporte, y derivado de sus acciones violentan o ponen en riesgo el ejercicio de los derechos humanos y con ello la vida de los usuarios, desde 2014 la Ley de movilidad de la Ciudad de México solo ha presentado 13 reformas.
Lo que resulta una falacia que recae en la infodemia son las mentiras del supuesto recorte de presupuesto al metro de la Ciudad de México y al mantenimiento del mismo.
Debemos tener cuidado con la derecha mezquina y desesperada que con tal de frenar la transformación, hoy cometen actos que rayan en el terrorismo y pone en riesgo a la sociedad, desde nuestro partido MORENA debe iniciarse una campaña que contraataque la infodemia, la psicosis y el temor provocado intencionalmente en las diversas estaciones del metro, así mismo una campaña que privilegie la información oficial para los usuarios del Transporte Colectivo y brindar herramientas y asesoría jurídica a usuarios y trabajadores del metro que denuncien los hechos de corrupción al interior perpetuados por los lideres y dueños del sindicato.
La corrupción hoy en día se combate en las altas esferas del gobierno, pero se enquista en oficinas y dependencias que se niegan a soltar el privilegio al que están acostumbrados, solo la denuncia pública pondrá un alto a estas prácticas y logrará combatir y enfrentar con mayor eficacia al monstruo de la corrupción que se niega a morir.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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