He expresado la semana pasada a través de mi cuenta en twitter que mi simpatía política se encuentra con Marcelo Ebrard. Sin embargo, al día de hoy no he expresado los argumentos por los que considero que él debe ser el relevo del Presidente Andrés Manuel López Obrador para la continuidad y reforzamiento de la era transformadora y de la confirmación del nuevo régimen político en México.
En el caso de Claudia Sheinbaum me resulta un poco llamativo por no decir ilógico que una dirigente política que aspira a conducir, como ella misma lo ha fraseado, los destinos del país y el futuro del movimiento de la transformación, sea pues como ese alumno ansioso que no ha terminado la actividad encomendada por su profesora (el electorado que la eligió), pero se alista para el recreo (va a la grande, como se le dice en el argot). Y así sucede con la hasta el pasado viernes Jefa de Gobierno, que a pesar de haber llevado a cabo una labor encomiable en la Ciudad de México, ha quedado a deber en algunos rubros, uno de ellos el de la situación caótica dentro del metro, pues aunque bien sabemos son sabotajes claramente orquestados desde la oposición por los infiltrados que ahí se agazapan, no son menores y más bien muy sensibles para la población que pueden provocarle el cobro de una factura cara de pagar en el futuro electoral próximo.
Para nadie es una mentira ni un secreto que en la Ciudad de México en el proceso electoral de mitad de sexenio en el año 2021, la oposición de derecha logró arrebatarle a la histórica izquierda que había permanecido inamovible en el poder capitalino varías de sus estratégicas posiciones y entre otras cuestiones resultó relevante un presunto voto de castigo a esa izquierda por parte del electorado y que en parte correspondía y salpicaba a la ex jefa de Gobierno y ex alcaldesa también de Tlalpan, pues se cayó en la autocomplacencia y arrogancia supinas que a más de un elector le parecieron conductas impropias de dirigentes de izquierda. Entre los candidatos que perdieron se encontraban políticos que solo chapulinearon de un cargo a otro que aspiraban y en esa intención se sintieron invencibles por el solo hecho de estar bajo la sombra del gran personaje que es AMLO.
Entrando pues en materia y a saber del porqué mi apoyo y simpatía se encuentran con Marcelo, es particularmente derivado que el ex canciller ha mostrado lealtad al Presidente Andrés Manuel en probadas ocasiones, de hecho desde que lo sucedió en la jefatura de gobierno en la Ciudad de México fueron notoriamente secundados y continuados los proyectos que el actual mandatario implementó como es el caso de los segundos pisos y las vialidades libres de cuota. Además hizo mucho por seguir con el mejoramiento de la movilidad en la urbe haciendo más líneas de metrobús y la línea dorada, esa en la que la administración mancerista se encargó de estropear. Su agenda progresista no fue menor y fue gobierno pionero de relaciones igualitarias.
Otro aspecto fundamental resulta de que López Obrador confió en la persona de Marcelo la más difícil y ardua tarea de llevar a buen puerto la diplomacia y compleja relación bilateral con los estadounidenses, el aún gobierno más poderoso en el orbe; en ocasiones estirando tanto la liga que resulta casi imposible que un político y su historial salga bien librado de esas tormentas porque de haber sido el caso, en los momentos más álgidos de aquellas tensas relaciones y por momentos de clara confrontación hubieran sido utilizados los clásicos métodos de coacción del imperio del norte (las agencias desestabilizadoras), de ese gobierno tan injerencista y bien sabemos, golpista. Por ello es probada la eficiencia de Ebrard en el campo que más será definitorio en el futuro (la relación política con EUA).
Obviamente debe también comprometerse Marcelo en la definición clara sobre la agenda patriótica y de protección del superior interés nacional sobre cualquier otro y de la consolidación de las soberanías política, alimentaria, energética, financiera, en una frase, la continuidad del Proyecto Alternativo de Nación de la 4T y el desarrollo del país plateado por AMLO para asegurar que el pueblo mexicano aspire a colocarse como un modelo económico exitoso a nivel mundial habiendo implementado un Estado de Bienestar y de justicia social con la nueva visión del humanismo mexicano incubado por el ahora sí, perfectamente denominado mesías tropical, y ya sin sarcasmo porque nos puso en el camino de la tierra prometida.
Además de lo ya mencionado, es necesario atender un comentario que hizo el Presidente López Obrador, cuando en un afán de consejero de los hoy aspirantes les manifestó que hay que tener perseverancia y paciencia pues el compitió 3 veces por la presidencia, siendo la definitoria la del 2018, y la realidad es que Claudia pudiera ser la siguiente al de Marcelo y definitivamente llegaría con más experiencia.
Marcelo, no falles. Por lo pronto sigue las reglas del consejo nacional del movimiento. No vayas con los “heaters”, te pueden contagiar y eso no es bueno. Marca tus sanas distancias, ya lo dijo Gatell. Y no es censura o sectarismo, es cansancio. Los que echamos al PRIAN, estábamos cansados de esa prensa sicaria, tergiversadora, manipuladora y propiedad de los oligarcas.
“Ánimo, todo va estar bien”
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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