El Mesías de Macuspana

¿Alguna vez imaginaste que un humilde campesino de un poblado abandonado y perdido en el mapa de la nación, llegaría a ser presidente?

Desde la infancia nos contaban que un humilde pastorcito nacido en un poblado alejado del progreso había llegado a la presidencia. Nos decían que cualquiera que tuviera la misma fuerza de voluntad, lograría llegar tan alto.

En el mundo clasista en el que hundieron a México, por cada 6 presidentes fascistas ha habido uno que está con el pueblo o que medianamente lo apoya.

Es decir, presidentes que realmente amen al pueblo y que estén dispuestos a darlos todo, los contaríamos con una mano. Entre ellos, está nuestro querido AMLO. Un hombre que surge del campesinado y vive como tal; luchando por las mismas demandas que enarbolara nuestro general Emiliano Zapata: Tierra y libertad.

Un líder no nace, se forja en la lucha; con persecución y “escarmientos” del poder político, por mandato del poder económico.

Este hombre sencillo que no tiene posgrados en el extranjero y que no habla inglés, ¿qué tiene de especial?

Nos contaron por décadas que eres grande si estudias; que si sabes inglés, devoras el mundo. Que los títulos te convierten en algo excelso porque ellos te dan dinero, casa y fortuna.

Caímos en la obnubilación sistémica europea- estadounidense y nos “comimos” sus cuentos. Muchas generaciones de hombres y mujeres intentando escalar y llegar a la cima que el poder económico colocaba; antecediendo un gran rasero que impedía el acceso a las gigantescas mayorías.

Y todo fue convertido a la visión del poderoso. Todos los sistemas gubernamentales se mimetizaron al gusto del sistema neoliberal. Y nos colonizaron la mente; alimentando nuestro cuerpo y cerebro con lo que ellos dictan. Un plan malévolo del imperio yanqui apoyado por Europa para control y beneplácito de una élite privilegiada a nivel mundial.

Nos convertimos en seres domesticados, por la TV, por la iglesia, por las universidades, por todos los mecanismos de adiestramiento, caminando al ritmo que las sirenas cantaran.

A cada generación rebelde, le preparan su dosis de control. En los 60s, los Beatles, los hippies y el LSD. Para poder eliminar los anhelos de justicia y libertad en el humano. El maquiavelismo siempre presente en el imperio occidental, hasta nuestros días.

Por eso, pensar que un humano puede perder el miedo y salir a defender sus derechos contra las mineras, contra las empresas capitalistas, contra el poder político y el poder económico o alzar el puño en defensa de todo un pueblo,  parecía imposible.

Pero hay personas, como los grandes líderes políticos que han salvado pueblos; cuyo humanismo, capacidad, valentía y entrega a los demás es superior. Son seres con una visión extraordinaria, con agallas que pocos en la historia han tenido.

Para ellos, el inglés, los títulos y riquezas materiales, son naderías. La justicia, la libertad, la igualdad, la colectividad, la verdad son anhelos e ideales que pocos hombres los saben traducir en acciones; porque su mente piensa alto, su corazón siente profundo y su actuar es sublime.

No solo estamos siendo testigos de AMLO  y su creación; debemos ser su continuidad y solidificación de  su obra. Por nuestro pueblo, por nuestra conciencia; ¡¡¡por nuestro líder!!!

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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