Una moribunda forma política de ser anuncia su desaparición con expresiones púbicas que equivalen a los últimos estertores. El protagonista es, como los de su partido, gris, sin idea, con más pasado que futuro pero que ale a la superficie de un mar de lodo para seguir agrediendo en medio de su amargura.
Saludar es un acto individual que se vuelven una manera común por los convencionalismos, más que por la costumbre. Los protocolos son restricciones que obligan a caminar por lo tradicional
En el Congreso de Veracruz se desarrolla un conflicto creado por un viejo militante priista, asociado con el ala derecha de ese partido, y con un apellido maldito. Autoritario como lo dicta su herencia de hacendado resucitado por el régimen de la Revolución.
La indignación de Héctor Yunes radica en que la presidenta de la Mesa directiva del Congreso local, cantó el Himno Nacional con el puño en alto, a lo cual llama una falta de respeto a los símbolos patrios.
Yunes habla en nombre de la bancada priista, o sea él y otro diputado, son dos priistas en ese Congreso, y amenaza con denunciar si no ofrecen disculpas. La aparente intrascendencia del hecho y la mediocridad del denunciante sería sólo una anécdota si no recordaran los tiempos autoritarios en los que el PRI, inventaba delitos y delincuentes.
Esto recuerda aquel saludo que fue sancionado por las autoridades olímpicas durante los juegos de 1968, año de represión en todo el mundo, protagonizado por Tommie Smith y John Carlos, medalla de oro y bronce en los 200 metros, alzaron el puño con un guante negro. El escándalo fue mayúsculo, cómo unos negros podían brincarse los protocolos del negociazo que son los Juego Olímpicos.
Entonces, Avery Brundage, entonces presidente del Comité Olímpico Internacional, lo consideró un gesto de política interna inadecuado para el apolítico foro internacional de los Juegos Olímpicos.
Es decir, era cuando lo apolítico era una distinción que daba estatus, según las autoridades de ese año que cubrió de sangre joven a buena parte del planeta. Ante esta situación ordenó la suspensión de Smith y Carlos del equipo olímpico estadounidense y se pidió que fueran expulsados de la Villa Olímpica de inmediato.
El Comité Olímpico Mexicano se negó a ello e indicó que al tener visa de deportistas, seguían siendo invitados de honor de México y que serían tratados como tales.
El líder de la minoría priista en el Congreso local de Veracruz, anunció que denunciará ante la Fiscalía General de la República a su compañera Carola Vivero Cházaro, por haber cantado el himno en esa forma. Cómo una persona que pertenece a la comunidad LGBT, puede saltarse los protocolos de esa manera Dónde estaba este señor cuando Fox, cambió, sin permiso del Congreso, el águila del escudo que identifica a México en los documentos oficiales. Nunca abrió la boca y eso que tenía un cargo partidista como secretario de la Comisión Nacional del Registro del Partido dentro del PRI.
Sabemos que debe hacer escándalo ante el ocaso de su vida política y la larga agonía de su partido, pero los mexicanos tienen memoria y saben que este tipo de gente, supura autoritarismo.
Los saludos las reverencias, son gestos individuales que marcan la historia de cada persona, sobre todo cuando tienen personalidad propia y no repiten e imitan las reglas del juego con estricta ortodoxia que los arroja al anonimato inevitablemente.
En los rituales religiosos habrá quien quiera hincarse en las religiones y quien no lo haga no es excomulgado, como podría ser el criterio aplicado a la sanción de Yunes Landa.
Para personajes anacronismo como los Yunes las leyes sólo tienen la función de castigar, no de normar la conducta de los habitantes, y cuando se expresan los derechos, quieren sancionarlos. Enemigos de la libertad los priistas demostraron ser represivos por vocación y este ejemplo del frustrado candidato de nada, lo muestra como un dinosaurio de la época d ela cavernas cuando la política, los derechos y la democracia no existían.
Héctor está más cerca de saludos como el Musk, Verástegui, en honor al nazismo, y otros personajes que hacen del autoritarismo, misoginia y la discriminación una bandera que no pueden dejar en el olvido porque dejarán de ser ellos mismos.

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