La derecha acomoda la realidad a su narrativa. La narrativa sobre la realidad antecede a la realidad misma. Se trata de un guión que elaboran y le van colocando piezas de realidad para que ajuste en su discurso.
Por ejemplo, los cambios de ruta del Tren Maya no se debieron al hallazgo de piezas arqueológicas sino al hecho de que eran del nuevo camino eran propiedad del Presidente y los vendió a un sobre previo al gobierno; este es solo un ejemplo de la fantasía creada alrededor de hechos reales que tienen su epicentro en los medios.
Así, los conservadores conscientes de que su información es segada y tiene elementos de fantasía sigue con público. Para los noticiarios es más fácil reproducir una realidad que se acomoda al discurso conservador, que darle a discurso elementos de la realidad.
Este cambio cotidiano no sólo es evidente sino que permite hacer más comprensiva la realidad actual porque guarda en forma y fondo la continuidad simplona con la información del pasado, donde todo estaba bien, quienes tenían la razón eran los poderosos y el pueblo era simplemente un espectador de la historia.
Al cobrar el pueblo conciencia de la responsabilidad la realidad de vuelve completa, tango que los medios tradicionales no saben cómo reflejarla. No les interesa darle espacios a los integrantes de la población, sobre todo porque implicaba restarles espacios en los medios a los poderosos cuya palabra era una especie de decreto monárquico que dictaba la conducta de los mexicanos y la agenda de la información.
De esta manera hay medio que continúan con los contenidos viejos, con formatos añejos con contenidos tradicionales y muy fáciles de reproducir pero también de entender. Porque la realidad de los últimos seis años no es fácil entender, sobre todo porque hay poca información de leyes e historia que son los marcos que rigen toda percepción de la realidad concreta, y deben regir, la información en todo el mundo.
Desde luego que estas adaptaciones de la realidad a la narrativa conservadora llegan al absurdo y es donde precisamente la gente empieza a marcar el punto exacto dónde termina el pasado y empieza el presente. El maniqueísmo inmortal, donde el mundo se divide sólo entre dos partes, bueno y malos y blanco y negro, domina el discurso de la derecha.
Para el panorama conservador el hecho de que el hijo del Presidente compita por la secretaría general de Morena forma parte del proyecto de reelección de Andrés Manuel López Obrador. Hijos de ex presidentes tuvieron cargos en el gobierno, no sólo en el partido y nunca hubo un mínimo signo de alarma en los medios, ahora éstos consideran un acto de nepotismo y de falta de democracia, a pesar de que Andrés Manuel López Beltrán haya sido fundador de ese partido.
Pero en las noticias de la derecha hay esperanzas con sus hijos, quienes en los últimos meses han mostrado y demostrado su personalidad, empezando por Juan Pablo, hijo de la candidata Xóchitl Gálvez, quien insulta, golpea, empuja amenaza a un trabajador de restaurante en Polanco.
Pero no es el único Juan Pablo, junior y delincuente, hay otro Juan Pablo Beltrán, hijo de Carolina Viggiano secretaria general del PRI, quien formó parte de las pandillas que forzaron las puertas del Senado el día de la aprobación de la Reforma Judicial, vandalizando el recinto y robando objetos de valor.
Hay otro Juan Pablo no menos violento y peligroso, Juan Pablo Calderón Zavala, hijo del ex presidente y la actual diputada panista, quien también formó parte de las hordas que violentaron la entrada al Senado ese día, causando en daños pérdidas por más de tres millones de pesos.
Para no por más lejos Mariana Moguel Robles, hija de Rosario Robles, es grabada golpeando una puerta del Senado, luego negaría que es ella, sabiendo que ese recinto nunca volverá a ser de la familia ni de su partido.
El último de la lista de juniors infractores, es Alejandro Moreno Arceo, hijo de Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, quien trató de dar portazo en el Congreso de Campeche para evitar que fuera aprobada la Reforma al Poder Judicial.
Entre las depredadoras del senado estuvo presente una integrante de la campaña de Xóchitl Gálvez, Jimena Villicaña; no podemos dejar atrás a Carlos Mori, ahijado político de Santiago Creel y vocero de las Marchas en favor del INE.
También podemos nombrar a quien condujo a algunos estudiantes de la Ibero, ITAM, Anáhuac, cuyo grupo de choque encabeza José Mario de la Garza Marroquín, quien trabajara, hasta hace algunos meses, en Mexicanos Contra la Corrupción, propiedad de Claudio X. González.
No se sabe si asistieron por falta de seguidores de sus respectivos partidos, por entrenamiento golpista o por simple diversión para darle rienda suelta al resentimiento que les causa las continuas derrotas. El hecho es que esos “inocentes manifestantes pacíficos” se restregaban los vidrios de las puertas en la cara para señalar represión de los policías y decir que fueron reprimidos.
Hay factores de la realidad que se salen del guión, que no están considerados en la narrativa conservadora y sus contenidos no llegan a los medios tradicionales, eso que todavía favorecen con su consumo, quienes quieren pensar poco al informarse y ver la realidad como un espectáculo al que no deben acercarse nunca.
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