El gran negocio del Neoliberalismo: La producción de delincuentes

Opinión de Humberto de la Garza

Ahora resulta que la oposición, ese grupo de la derecha y el conservadurismo, en su intento por descalificar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, presentan como su principal preocupación los índices delincuenciales que día a día y desde hace años, tienen en constante flagelo a la sociedad mexicana; pero, situación muy extraña para quienes de sobra conocemos sus oscuras intenciones y la mezquindad de sus acciones. 

Y lo más extraño es que no muestran o no exponen, de la mano de “su preocupación” un proyecto alternativo, una propuesta eficiente o un método con la suficiente eficacia para combatir este flagelo, tampoco muestran y mucho menos proyectan la misma preocupación sobre los factores o las causas de ¿porque tenemos niveles tan altos (según ellos) de delincuencia? 

Acaso podremos pensar o tomar en consideración, sólo por mera casualidad que la mayoría de quienes están en las cárceles provengan de los sectores más pobres, más humildes y marginados de la sociedad. 

¿Se habrán preguntado si existe alguna relación entre pobreza y delincuencia?

Comprobado está que una sociedad que condena a más de la mitad de la población a vivir en condiciones de pobreza, en un país que ha llegado al indignante límite de tener la peor distribución del ingreso, no puede esperar una situación distinta. 

¿Pero por qué, y más importante aún, cómo es que se producen y se llegan a alcanzar tales niveles de concentración de la riqueza? Cómo es que el 20 % más rico es dueño de más de la mitad de la riqueza de nuestro país y el 30% más pobre llegó a vivir en las peores condiciones de miseria.  

Durante los últimos cinco sexenios, y podremos pensar que un tanto más atrás, el priismo ( anclado a la fallida “Alternancia” Panista) con su sistema de políticas públicas es la que marcó el paso y llevaba la voz cantante en  la implementación de todas las supuestas “campañas contra la delincuencia”, nada más falso que esas supuestas campañas, porque quienes implementaron ese sistema de gobierno y esas prácticas de la derecha son los principales responsables de los niveles de pobreza que existen en México.  

De sobra conocemos y está demostrado que un enorme grupo de empresarios, me resisto a pensar o creer que todos, han sido y son los principales delincuentes de este país y de ello, un enorme sector de la población de México, no tiene ninguna duda, porque la gran mayoría se ha enriquecido y ha acumulado enormes fortunas pagando salarios miserables a los trabajadores; en otras palabras, apropiándose (robando) del esfuerzo y del trabajo de sus empleados. 

De igual manera, no podemos olvidar y se tiene que tener presente a todos aquellos “empresarios” que se vieron favorecidos por el influyentismo, los compadrazgos, el amiguismo y el favoritismo con políticos, funcionarios públicos y hasta componendas con el presidente en turno,  ocasionando con ello que se quedaran con varias de las empresas que eran propiedad del Estado y a base de precios irrisorios fue lo que pagaron por ellas, y eso,  fue clara y descaradamente otro robo contra todos los mexicanos y como se ha probado, bajo la protección de una corriente política depredadora, misma que ha impuesto al frente del gobierno al que ha sido reconocido como el ladrón más grande que ha tenido este país: Carlos Salinas de Gortari. El Padre de la Desigualdad, El Fabricante de Pobres.

Fieles a esas prácticas y a esa ideología, la derecha y el conservadurismo no buscan ni tienen la intención de solucionar este problema, por lo contrario, su intención claramente apunta a otra cosa y es recuperar este “problema” que ellos mismos fueron creando, porque para ellos durante años, fue convertido en un negocio lucrativo más. 

Fueron ellos quienes privatizaron los Centros Penitenciarios, no solo en la construcción de nuevas prisiones; se les otorgó también su administración, la alimentación y hasta sus sistemas de vigilancia y seguridad interna.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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