El fenómeno Incel: Soledad, masculinidad y odio en la era digital

Por Laura Hernández

Para comprender este tema, es necesario aclarar a nuestros lectores el significado del término.

La palabra incel surge del inglés involuntary celibate, expresión que puede traducirse como “persona célibe de manera involuntaria”. Se utiliza para describir a individuos —en su mayoría hombres jóvenes— que sienten no poder establecer vínculos amorosos o sexuales, aunque lo deseen profundamente.

Este movimiento comenzó a formarse a finales de la década de 1990 en foros en línea donde tanto hombres como mujeres hablaban sobre su soledad y las dificultades para relacionarse. Con el tiempo, estas conversaciones dieron paso a una subcultura masculina que originó grupos virtuales dedicados a difundir mensajes de odio, resentimiento y hostilidad hacia las mujeres, a quienes responsabilizan de sus fracasos sentimentales. En estos espacios se promueve la victimización masculina y una visión negativa de las relaciones humanas, con importantes repercusiones psicológicas, sociales y culturales.

Algunos de los miembros más radicales que se identifican con esta ideología han llegado a justificar o incluso cometer actos violentos. Un ejemplo de ello es el lamentable caso ocurrido recientemente en el CCH Sur, donde un joven asesinó a su compañero con un arma blanca a quien identificaba como “chad”. Dentro del vocabulario incel, se denomina Chad a los hombres percibidos como exitosos, atractivos o populares, y que por ello suelen ser objeto de envidia o desprecio.

Sin embargo, reducir el fenómeno incel a un grupo de hombres enojados sería simplificarlo demasiado. Esta ideología refleja un problema social mucho más profundo, vinculado con la soledad, la carencia de educación emocional y las expectativas culturales que pesan sobre la figura masculina. 

Muchos jóvenes que se identifican como incels presentan una imagen muy deteriorada de sí mismos. Se consideran poco atractivos, socialmente torpes o inadecuados, lo que genera sentimientos de inferioridad y encuentran en internet un espacio donde sentirse comprendidos, aunque esas comunidades muchas veces terminan reforzando su frustración y su sensación de exclusión.

Desde una perspectiva sociológica y psicológica, los incels representan una manifestación contemporánea de la crisis de la masculinidad. Las transformaciones impulsadas por los movimientos feministas y la búsqueda de igualdad de género han modificado los papeles tradicionales entre hombres y mujeres, dejando a algunos varones sin saber cómo adaptarse a esta nueva realidad. En lugar de reconocer sus propias inseguridades o carencias afectivas, algunos canalizan su frustración hacia las mujeres o hacia la sociedad en general.

Otro aspecto fundamental que hay que destacar es la salud mental. Muchos jóvenes experimentan desde edades tempranas problemas de ansiedad o depresión principalmente. De acuerdo con el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones 2023 los síntomas de algún problema de salud mental comienzan antes de los 14 años, pero no siempre se diagnostican ni se tratan, porque familiares e incluso personal de salud creen que esto forma parte del desarrollo de las y los adolescentes, lo cual empeora el problema pues constituye un factor que puede predisponer con mayor facilidad a los jóvenes a engancharse en estas comunidades virtuales. 

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) informó que a lo largo del 2022 la prevalencia de sintomatología depresiva en adultos de 20 años o más fue del 17.7 por ciento. (Ensanut, 2022)

Para ansiedad, datos agregados recientemente en el reporte de salud mental 2024 indican prevalencias más altas en adultos jóvenes (20–29 años) con valores por sexo alrededor de 23% en mujeres y 19.9% en hombres. (Reporte 04 DATOS SM 2024)

Frente a esta situación, no basta con censurar los discursos de odio. Es fundamental atender la salud mental de nuestros jóvenes, estar atentos a cambios que puedan presentar en su conducta habitual, aislamiento, ansiedad, abuso en el uso de redes sociales, consumo de sustancias, sentimientos de soledad y baja autoestima. En estos casos la ayuda de un profesional de la salud mental (psicólogo y/o psiquiatra) suele ser de vital importancia. 

Se debe fomentar la educación emocional, la empatía y la igualdad desde edades tempranas, tanto en el ámbito familiar como en el educativo. Las familias y las escuelas deben acompañar a los jóvenes en el uso responsable de las redes sociales y ayudarlos a desarrollar habilidades para manejar el rechazo, la frustración y las relaciones interpersonales de forma saludable.

Promover una educación integral basada en el respeto y el pensamiento crítico es clave para disminuir la influencia de ideologías como la incel y construir entornos digitales más seguros, empáticos y solidarios.

Referencias:

B., Zidenberg, A. M., & Olver, M. E. (2022). Involuntary celibacy: A review of incel ideology and experiences with dating, rejection, and associated mental health and emotional sequelae. Current Psychiatry Reports, 24(12), 1–9. 

Aiolfi, I., Palena, N., Ó Ciardha, C., & Caso, L. (2024). The incel phenomenon: A systematic scoping review. Current Psychology, 32, 26264–26278. 

Delaney, T. W., Pollet, T. V., & Cook, C. (2024). The mental well-being of involuntary celibates. Personality and Individual Differences, 218, 112474. 

(ENSANUT, 2022) Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). (2022). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022: Resultados nacionales. Secretaría de Salud.

(Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, 2023) Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones. (2023). Informe anual 2023. Secretaría de Salud, Gobierno de México.

(Reporte 04 DATOS SM 2024)  Gobierno de México. (2024). 04 Datos SM 2024: Reporte de Salud Mental y Adicciones. Secretaría de Salud.

Laura Marcela Hernández Aguilera. Médica con especialidad en Psiquiatría (UNAM). Activista y militante. Ex delegada estatal de MORENA en Chihuahua.

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