El corazón de la Ciudad, en manos de simuladores

Opinión de Gina Chávez

Santa María La Ribera, ha sido declarada barrio mágico, zona de Patrimonio Urbanístico Arquitectónico y clasificada tanto por el Instituto Nacional de Antropología e Historia como por el Instituto de Bellas Artes, patrimonio histórico y cultural del país. Es la colonia más antigua de la Ciudad de México, está enclavada en la Alcaldía Cuauhtémoc y es el clásico ejemplo de las pésimas políticas públicas, poca visión, cero planeación y nula continuidad de los gobiernos locales.

Esta zona fue inaugurada en 1861 y estaba constituida de preciosas residencias enormes de familias adineradas. En 1940 el perfil sociodemográfico cambió y esas casonas pasaron a ser vecindades para las clases populares. Para 1970 se construyeron los primeros condominios verticales cerrados, destruyendo o modificando de manera parcial antiguos edificios o casas que tenían un significado histórico. Por ejemplo, la casa de Mariano Azuela, la fábrica La Cubana y antiguas casas abandonadas depositarias de anécdotas e historias que configuraban su memoria viva, histórica y de tradición.

Sobreviven de milagro pero en pésimas condiciones el Museo del Chopo, el Museo de Geología, la Casa de los Mascarones, el Templo de la Sagrada Familia, el teatro Sergio Magaña y por supuesto, el Quiosco Morisco, ícono de la colonia en el corazón de la Alameda.

Después del temblor de 1985 se comenzaron a construir enormes unidades habitacionales para las familias de Tepito y otras colonias populares que se quedaron sin vivienda, lo cual trajo hacinamiento y saturación habitacional.

Hoy por hoy, con más de 50,000 residentes, es una de las colonias más densamente pobladas de la Ciudad de México y sin tope alguno, sigue creciendo. Actualmente están en marcha construcciones en cada manzana, algunas de ellas son Santa María Park con 120 departamentos, Life Santa María con 22, Cedro 80 con 26, Ciprés Residencial con 93 y muchas otras más. Me pregunto ¿cuándo será el día que le pongan un candado a la construcción de tanto edificio de departamentos? ¿Dónde quedó la clasificación y protección del INAH y del INBAL?

La Santa es una de las 33 colonias que configuran el corazón de la ciudad y como muchas otras en la demarcación, se encuentra en franco y evidente deterioro físico y social. Sumergida en un desorden urbano caótico, la única área verde es su Alameda pero en ésta y en toda la colonia, la suciedad, la basura y los perros abundan. Los verdaderos reyes de la zona son los canes que andan sueltos sin importar su raza o tamaño. Su orina y heces por todos lados, provocan humos tóxicos que a niños y bebés les causan ardor en los ojos.

En la Alameda de la mañana a la noche, todos los días hay comerciantes de todo tipo, se dan clases de zumba, box, se filman películas, se hacen competencias de skaters, ferias, bailan los domingos y todo ello dentro de una lógica de lucro que dice todo para acá nada para allá, en un abuso comercial descontrolado y despiadado.

Además, se sobre explotó por parte de la alcaldía el pozo de agua de la Alameda hasta secarlo por completo, y ya se comenzaron a talar árboles centenarios porque se secaron (claro, sin plantar un solo árbol nuevo); los vendedores ambulantes son dueños de la vía pública, provocando basura y desorden; los equipos de filmación invaden las calles cotidianamente provocando caos vial, sin mostrar respeto por la zona ni por los transeúntes; y la proliferación de indigentes genera una sensación de peligro por su inestabilidad mental e insalubridad.

Todo lo ya mencionado es poco ante temas tan preocupantes como la delincuencia, el incremento de cantinas y bares en cada esquina (sin contar las vinaterías y abarrotes con permiso de venta de bebidas alcohólicas), el alumbrado público obsoleto que es cómplice de la delincuencia, baches, socavones, escasez de agua, negocios clandestinos, drogadicción, alcoholismo y autos abandonados.

Ante este panorama que se vive en muchas de las colonias de la alcaldía, (incluidas las Romas y las Condesas) me pregunto ¿qué hicieron por seis años los alcaldes de Morena Ricardo Monreal y su ahijado y sucesor Néstor Núñez para mejorar en términos reales la situación caótica que impera en la alcaldía? ¿A quién se le ocurrió en el 2021, designar como candidata a alcaldesa a Dolores Padierna a quien muchos vecinos recordaban negativamente pues ya había sido jefa delegacional?

Desde mi punto de vista los habitantes de esta demarcación le dieron dos oportunidades a Morena para que se viera la diferencia, pero estos alcaldes sólo hicieron como que trabajaron y no les interesó o no quisieron agarrar el toro por los cuernos y cumplir sus promesas de campaña. Por supuesto que en el 2021 y con una candidata “quemada” la población decidió darle el voto de castigo a Morena y como resultado, ahora padecemos a la nefasta y caprichosa Sandra Cuevas, quien sin duda pasará a la historia como una de las peores funcionarias públicas de la historia de la capital.

Es por ello que Morena debería democratizar sus métodos para elegir candidatas y candidatos; no es posible que la cúpula de este partido del cual soy militante, siga las mismas prácticas de la vieja política que tanto luchamos por erradicar. Por mucho tiempo nos quedamos callados y aguantamos esta situación de deterioro al interior del partido, pero llegó la hora de rescatarlo y aplaudo iniciativas como la Convención Nacional Morenista, que está empujando para recuperar el partido y que hoy por hoy representa a su espíritu fundador y a los verdaderos militantes de a pie.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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