En un fenómeno sin precedentes, este fin de semana se llevó a cabo una movilización masiva de la oposición política al gobierno en turno y es relevante que las personas movilizadas lo hayan hecho convocadas por quien dice ser el árbitro electoral. El organismo que entre sus obligaciones constitucionales tiene el deber de dar certeza jurídica, actuar con legalidad e imparcialidad fue el mismo que se articuló en su conjunto con las cabezas más visibles de la oposición, con excepción claro, de los prófugos de la justicia mexicana como Ricardo Anaya Cortés, para llevar a cabo una pretendida protesta contra unos cambios legislativos totalmente legítimos que son promovidos por un gobierno legalmente constituido y los legisladores que ostentan la representación popular.
En ese sentido, vemos como un organismo de los llamados autónomos se descubren en su actuar faccioso pues realmente reflejan que lejos de servir a la sociedad son una fachada protectora a burocracias doradas que se erigen en intelectuales orgánicos que a su vez justifican e intentan la regresión al régimen corrupto y de privilegios de los anteriores narcogobiernos.
Sin embargo, también vimos que en esa movilización se dio una cobertura sin igual por parte de medios afines a la cuatro T que anteriormente no veíamos en un cerco informativo absurdo y terco por parte de los medios de comunicación tradicionales quienes practicaban el denuesto y el encasillamiento de cualquier manifestante contrario a sus defendidos gobiernos; no hubo antes una libertad mediática y prolífica cobertura como la que esta vez dieron los llamados despectivamente “youtuberos” incluso a una de las causas más absurdas de la oposición.
Pero con todo lo anterior se demuestra que en México y lejos de lo que la narrativa facciosa y tramposa del conservadurismo político intenta implantar sobre la existencia de un régimen dictatorial y autócrata, solo tenemos cada vez más demostrado que la libertad de manifestación está garantizada para toda la sociedad en su conjunto, incluyendo a los que jamás en su vida marcharon pues lo tenían todo. Hoy da gusto y orgullo ver que quienes se manifiestan son sectores que jamás creímos ver en las calles, porque efectivamente; la plaza pública es de todos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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