El aburguesamiento de la UNAM

Opinión de Héctor Ramírez Carrillo

Todavía algunos profesores y académicos universitarios expresan que la Universidad Nacional, es un elemento de capilaridad y de combate a la desigualdad social en nuestra compleja sociedad. Esto, sin embargo, ha cambiado en los últimos años.

El “aburguesamiento” del que ha sido objeto la máxima casa de estudios del país es evidente por la llegada de grupos políticos que la dirigen y en la cual se encuentran enquistados, comandados por algunos de sus máximos representantes. Para muestra, un botón; el grupo comandado por el Dr. José Narro Robles, otrora Secretario de Estado del gobierno Peñista y calificado como vulgar “matraquero” en la elección del 2018 por el entonces candidato presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional derivado de su activa participación en la campaña de José Antonio Meade Kuribreña, alias “PP MID” y del desvío de millones de pesos del erario que el Instituto Nacional Electoral pasó por alto con los jugosos enjuagues orquestados desde los Pinos por Enrique Peña Nieto y el entonces vicepresidente de facto Luis Videgaray Caso.

Estos grupos y sus ahora sucesores como el rector Enrique Graue W. se han encargado, como nunca antes se hacía, de encarar de manera altanera y en ocasiones insolente al titular del Ejecutivo, no porque les asista la razón, sino porque es evidente que sus verdaderos patrocinadores eran los gobiernos neoliberales anteriores a quienes obedecían dócilmente y de quienes adquirieron sus infames prácticas.

A la fecha se siguen resistiendo al regreso a clases presenciales en todos sus niveles, generando con ello un daño incalculable e impredecible a toda la comunidad universitaria, poniendo en riesgo y sin ruborizarse generaciones completas de estudiantes. Van en contra de la lógica mundial de privilegiar a la educación como un derecho fundamental y como una de las actividades esenciales que se deben conservar a pesar de la emergencia sanitaria. Llama la atención que en este caso particular nunca se ha promovido amparo alguno para hacer valer este derecho, es increíble que hoy en día niños de preescolar estén en las aulas a diferencia de los universitarios.

Hoy no es un secreto que los representantes en turno como autoridades universitarias, alegando el legítimo derecho a la autonomía universitaria, se confrontan con el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero se olvidan que en esa disputa ideológica se deja en medio a la sociedad en general, a la cual se debe la Universidad Nacional y a su comunidad misma ya que las tendencias en las últimas gestiones de la misma han sido con programas evidentemente de agenda Neoliberal.

Estas “autoridades” universitarias decidieron dejar sin los estudiantes de las áreas médicas y de la salud a los hospitales públicos donde llevaban a cabo sus prácticas o servicio social en la pandemia, mezquinamente los retiraron para no apoyar a esa sociedad a la que se deben y de donde emergieron en su afán de golpetear a la 4T.

Estos grupos que dirigen la Universidad, disfrazados de avanzada y de supuesta tolerancia, diversidad de pensamiento y pensamiento liberal han impuesto su agenda, están al acecho de una Institución cada vez menos pública, basta darse una vuelta por el extenso campus de Ciudad Universitaria en el Sur de la Ciudad de México para percatarse que cada que pueden, con el pretexto de la Seguridad cercan con vallas alámbricas los espacios que son de todos los mexicanos, ganan espacio todos los días ciclistas de hobby, en su mayoría “burgueses” que desplazan a la comunidad universitaria y sus legítimos dueños, el pueblo de México.

Ese “aburguesamiento” al que yo defino como la prevalencia de ese pensamiento mercantilista entre los profesionistas formados en la UNAM que lejos está de pensar en el bienestar del pueblo, sus necesidades más apremiantes y servir a su sociedad, está provocando que la Universidad, sus órganos, programas y planes de estudio se estén perfilando más hacia una educación elitista, vacía de valores humanos, una educación cada vez más sectaria que excluye jóvenes, que pone por delante una agenda acorde con intereses económicos imperantes en el país, Carlos Slim y otros empresarios tienen muchos réditos empresariales en los semilleros sobre todo de algunas escuelas y facultades que forman técnicos sin conciencia social a las que por cierto inyectan recursos año con año como inversión y la conservación del statu quo. Son estos, los estudiantes políticamente correctos que se encargan día con día de criticar y confrontar la radical transformación del país.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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