Educándonos

Opinión de Alejandro Castellanos López

Como docente, durante muchos años, encontré que la formación era la parte más trascendental de mi servicio. Pocas veces pude encontrar eco en las autoridades bajo cuya influencia y dirección me tocó trabajar. Cuando fui autoridad, siempre procuré recoger todas las opiniones, necesidades, observaciones y criticas de mis compañeros, a quienes nunca traté como subalternos.

La democracia debe ser el ejercicio permanente de quien se planta en el aula como modelo en su entorno social y en su papel de líder dentro del ámbito íntimo del salón de clases. Es imposible conseguir el compromiso solidario y verdadero de quien se abre a la influencia del maestro o maestra, si el propio docente se presenta carente del mismo compromiso y solo se presenta, como cualquier burócrata de viejo cuño, a cubrir el expediente.

Parece que la SEP de Moctezuma y de la Maestra Delfina tenían preferencia por ese tipo de actitud frente a la educación, y para ejemplo vaya solo la confirmación de la instrucción dada cerca del final del sexenio de Peña y ratificada por los dos últimos secretarios antes de la Maestra Leticia Ramírez Amaya; con toda claridad fue entregada a las direcciones de las escuelas, tanto privadas como públicas, la instrucción de no reprobar a ningún alumno de educación básica.

Es comprensible que esto fuera necesario como producto de la pandemia de covid-19, pero no había justificación para que ocurriera antes de la misma y tampoco lo hay una vez que todos los alumnos deban regresar a tomar clases en sus aulas. Las instrucciones de la SEP son esas, no reprobar a nadie, permitir la entrada a los alumnos aún cuando lleguen fuera del horario establecido y otras tantas de este mismo corte.

Seguir las reglas y respetarlas, siendo conscientes de cuál es su provecho y cuáles las consecuencias de ir en contra de ellas, comprender la necesidad del orden y la disciplina en la escuela, son fundamentales en la formación del estudiante, todo siempre desde una perspectiva democrática y comprometida; las reglas deben discutirse y acordarse entre aquellos que regirán su actuar dentro de la comunidad educativa para ejercer la voluntad del compromiso.

Es preciso definir a qué hago referencia cuando abordo el concepto de “comunidad educativa” y será aquella compuesta por cada individuo que interviene en los procesos propios de la educación y la formación de los niños y jóvenes en el ámbito de la escuela, así que incluyo, en primer lugar a las familias, después a los docentes y autoridades de cada espacio educativo, a todo el personal administrativo, de intendencia que labore dentro del plantel, también hay que agregar a cada miembro de la comunidad social que rodea a la escuela, es decir, los vecinos de la escuela y de las familias, las autoridades civiles y los líderes sociales que, de cualquier forma, convivan con los chicos en cualquier momento de su formación.

Es preocupante por ello, saber que las resistencias internas en la SEP, sigan obstaculizando el flujo democrático de ideas, posturas y propuestas de cada docente comprometido del país. La expectativa puesta en la recién nombrada Secretaria de Educación, son muy altas, pues se trata de una persona muy cercana al Presidente de la República y emanada del movimiento magisterial más comprometido con las luchas democráticas y la defensa verdadera de la educación como es la CNTE. Ojalá que esta vez la voz de los niños y de los docentes sea escuchada fuerte y claro en la alta esfera política y que ésta refleje la verdadera necesidad educativa del Pueblo Mexicano y no a la burocracia que la combate.

La 4T tiene una deuda gigantesca con los trabajadores de la educación y sobre todo, con las niñas y los niños de México, Todo apunta a que la Maestra Leticia Ramírez Amaya sabrá cumplirlo a pesar del enorme reto que enfrenta y el poco tiempo que tiene para actuar.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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