Educación gratuita en tiempos de pandemia y crisis global

Opinión de Omar Guerra

Tras el anuncio del regreso presencial de estudiantes a las aulas, los padres de familia se enfrentan a un nuevo reto: Adquisición de útiles escolares, uniformes, cuotas de inscripción y “cuotas voluntarias” para el funcionamiento y mantenimiento de los espacios educativos. A pesar que nuestra Carta Magna estipula que la educación en nuestro país es “laica y gratuita”, a muchos, lamentablemente, no les queda claro.

Derivado de la pandemia y la crisis global, la cual provocó un fenómeno inflacionario que afecta fuertemente la economía de los hogares mexicanos; no es secreto que muchas empresas tuvieron que cerrar teniendo como consecuencia la disminución de fuentes de empleo. Por lo anterior el regreso a las aulas se convierte en un reto que para muchos mexicanos resulta muy difícil sortear.

Afortunadamente hubo un acompañamiento del gobierno federal a través de la dispersión de programas sociales, los cuales sin duda ayudan mucho, no obstante, los gastos son tantos que nada resulta suficiente para atender cada uno de ellos. Al respecto, los padres de familia se tienen que encontrar con el dilema de qué gastos priorizar, para atender todas sus necesidades, y en lo que tiene que ver con educación, la cual se supone “gratuita”, la adquisición de útiles escolares, uniformes, y demás aportaciones, que legales o no, justas o no, necesarias o no, se piden en las instituciones educativas.

Después de una larga y dura etapa de pandemia y una crisis económica global provocada por diferentes factores, los recursos económicos con los que cuentan los mexicanos se han visto mermados. Hay un alza considerable de precios que disminuyen la capacidad económica de las personas, situación que ha generado infinidad de molestias; pues a pesar de todas esas complicaciones, hay gente a la que aparentemente no le queda claro que lo que menos se necesita en este momento es seguir golpeando los bolsillos de las familias.

Listas de útiles escolares donde a los estudiantes se les indica la compra de productos de marcas específicas, por cierto, de las más caras del mercado. Listas que incluyen cantidades exageradas y cuotas de recuperación donde a veces no hay transparencia, es verdad que el conocimiento cuesta y que sin duda a la educación hay que invertirle, pero no sé vale que se atente contra los bolsillos de los mexicanos, cuando la situación no está para tirar el dinero.

Viene a mi memoria la época de estudiante de mi madre quien me contaba, que cuando acudía a la escuela solo le pedían un cuaderno y un lápiz, los cuales, comentaba, llevaba amarrados con un hilo. Ninguna cosa ostentosa era necesaria cuando se tenía el ánimo y deseo de aprender y salir adelante; tampoco uniformes, bastaba con llegar limpio y bien bañado, ahora las cosas han cambiado, seguramente muchas para bien, los nuevos tiempos así lo exigen, no podemos resultar ajenos a ello, pero no será con cosas materiales como se logre el desarrollo humano e intelectual de las personas. 

Al respecto, lo que piden las familias es que las instituciones educativas hagan una revisión de las listas de útiles escolares; materiales adicionales, uniformes y demás cuotas que se piden en las escuelas. No se niegan a pagar ni tampoco eludir sus obligaciones, pero piden se reconsidere el exigir cantidades exageradas y artículos de marcas específicas, que muchas veces se salen de las posibilidades de las familias mexicanas. 

Me tocó ver de cerca el peregrinar de las madres y padres que van de un lado a otro esperando encontrar los mejores precios, llevaban en la cartera tan solo 500 pesos con la esperanza que sea suficiente para cubrir todo lo que les indica su lista de útiles, en ella les piden, en algunos casos, dos paquetes de 500 hojas tamaño carta, las cuales en promedio tienen un valor de 130 pesos, hay más caras; también una libreta cosida de 100 hojas, de marca específica, y de diferente color por materia, en promedio 6 de ellas, pero hay casos en los que llegan a ser 10 piezas, cada una tiene un valor promedio de 40 pesos, hay más caras.

De igual manera dos paquetes de 40 rollos de papel higiénico, una para el uso del alumno y otro para el uso del personal de la institución, franelas, jergas, escobas, detergente, aromatizante, cloro, entre muchas cosas más destinadas a la limpieza e higiénico de la escuela; plumones de marca específica y borrador para uso del maestro.

Hoy le agregan un galón de gel antibacterial, un paquete de cubrebocas, que en promedio tienen un valor en conjunto de 200 pesos. Lo anterior sin tomar en cuenta pliegos de papel de diferentes características, lápices, lapiceros, goma, sacapuntas, tijeras, juego de geometría, calculadora, folders, colores, marcadores, plumones, plastilina, pegamento, cinta adhesiva, silicon, entre muchas otras cosas más dependiendo del grado y escuela a la que acuden los estudiantes. ¡Ojo¡ Lo anterior es de una escuela pública, las de paga piden “un poco más”.

Engrane #1

Maestros y Asociaciones de Padres de Familia no se pasen de rosca, que no se condicione el ingreso de los alumnos por no llevar una u otra cosa, por lo menos contemplen un plazo para que las familias puedan adquirir uniformes, útiles y demás aportaciones.

Engrane #2

Autoridades escolares pónganse las pilas.

Engrane #3

Estudiantes, valoren el esfuerzo de sus padres y tutores, que todo el dinero gastado sea una inversión que en un futuro tenga frutos.

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