6 ramalazos estadísticos:
- Segundo trimestre de 2023: con cifras desestacionalizadas, el PIB aumentó 0.9% respecto al trimestre previo. Así, a tasa anual, el PIB de México creció 3.6% en términos reales.
- En la primera quincena de julio, la inflación general anual en el país descendió, para ubicarse en 4.79%
- La ENIGH 2022 muestra que el ingreso corriente promedio de todos los hogares de México, de julio de 2018 a julio de 2022, aumentó 4.6%. En el mismo lapso, el incremento en el decil de los hogares más pobres fue mucho mayor: 19.9%
- Entre 2021 y 2022, en México se registró una disminución de 10% en los homicidios dolosos.
- Hoy hay 21’885,139 de trabajadores registrados en el IMSS.
- Tasa de desocupación en junio pasado: 2.7% de la PEA.
¿Qué te dicen esas cifras? ¿Te ayudan a tener una idea más clara de la realidad? Porque hay que aceptarlo, las estadísticas son parte de la confusión en la que vivimos, no por carencia de información, sino, al contrario, por sobrecarga informativa.
Watzlawick define la confusión como la antítesis de la comunicación. Un proceso comunicacional bien logrado consiste en una correcta transmisión de información, de tal modo que se logra el efecto deseado sobre el receptor. La confusión es lo opuesto: el efecto de una mala comunicación, la cual puede dejar al receptor en la inopia o en un estado de incertidumbre o de falsa comprensión. El trastorno puede ir desde la simple perplejidad hasta estados de angustia, porque los humanos, como el resto de los seres vivos, dependemos del medio ambiente, dependencia que no se limita a las necesidades de nutrición, sino que incluye también las de intercambio de información. Necesitamos datos para saber en dónde estamos parados, pero, al igual que ocurre con los nutrientes, también podemos vivir sufriendo indigestión informativa.
Día a día estamos bajo una tormenta de estadísticas. Es muy difícil cerrarse y no atender, así que, de entrada, más vale recordar que para poder enterarnos de cualquier cosa es imprescindible activar nuestro pensamiento crítico: no consumir pasivamente… Para evitar que nuestro pensamiento se mantenga anegado de cifras y más cifras, Tim Harford da tres consejos para filtrar el ruido cuando se trata de estadísticas, de tal suerte que podamos aprovecharlas para mejorar nuestra comprensión del mundo.
- Calma. Los datos suelen venir embarullados con un montón de emociones, sobre todo considerando que quienes los divulgan lo hacen con un determinado tono de voz o acompañados de cierta iconografía o empleando algunos colores que, por sí mismos, espolean tales o cuales sentimientos. Sentir emociones no es malo, pero no ayuda a pensar con claridad. Evalúa tu reacción inmediata frente a un dato, respira, toma un momento y luego trata de digerirlo. Ni el enojo ni la euforia facilitan la comprensión… Las estadísticas son grandes abstracciones y así hay que entenderlas: por ejemplo, seguramente al familiar de una persona asesinada hace poco le será imposible leer una disminución del 10% en los homicidios como una buena noticia…, aunque lo sea.
- Contexto. Fuera de su marco espacio-temporal es imposible comprender un dato estadístico. Por supuesto, también se requiere la noción de la nomenclatura con que se expresa una estadística. No basta saber que PIB son las siglas de Producto Interno Bruto; hay que saber que el PIB es la suma del valor de todos los bienes y servicios de uso final que genera un país durante un período. Tu comprensión se enriquecerá en la medida de que dispongas de otros datos que permitan comparar. Para aquilatar el 3.6% que el PIB de México reportó a tasa anual en el primer semestre de 2023, vale recordar que en febrero pasado la OCDE estimaba que creceríamos sólo 1.6% y el Banco Mundial un escuálido 0.9%. Entre más contexto, mejor: hace unos días el FMI publicó sus estimaciones ajustadas; el organismo considera que el PIB de Alemania no crecerá en 2023, sino que decrecerá –0.3%, en tanto que el de EU logrará un avance de apenas 1.8% y el de Japón de 1.4% Y en cuanto al dato de trabajadores registrados al IMSS, conviene saber que hoy son 1.27 millones más que en febrero de 2022, y 1.42 millones más que en octubre de 2018.
- Curiosidad. El conocimiento y la curiosidad siempre se han llevado bien, y la capacidad de formular preguntas convenientes suele terminar por vigorizar nuestro entendimiento. Por ejemplo, ¿cómo se está comportando la inflación en EU, en Europa o en otros países latinoamericanos? O ¿cuántas quincenas consecutivas lleva en descenso la inflación en México? Cuestiona e indaga, no te quedes con la información que, quieras o no, recibes; averigua para comprender mejor lo que te interesa. Quizá ayude comparar el 2.7% de desempleo en México respecto a lo que ocurre en España (11.6%), en Chile (8.5%) o en Canadá (5.4%).
No podemos esperar que toda la gente se haga experta en el uso y comprensión de estadísticas. Los grados de perspicacia siempre van a variar. Sin embargo, el problema es que prácticamente todos y todas estamos sometidos a un bombardeo inclemente de datos y cifras. Es común oír que los números no mienten. Efectivamente, los números no mienten…, pero tampoco dicen la verdad, de hecho, no dicen nada porque los números no hablan. Quienes hablan son las personas que los interpretan, y ahí sí que puede haber intención de timo. Así que, si bien no se trata de conseguir que todos seamos especialistas en Estadística, sí que conviene que la mayoría tengamos algunas herramientas mínimas para descifrar tanta cifra y, así, los números no la confundan.
- @gcastroibarra
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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