Democracia para la UNAM

Opinión de Diana Espejel

La Sala Netzahualcóyotl de la UNAM es un espacio emblemático en materia de difusión de la cultura. En general toda la zona cultural de Ciudad Universitaria forma parte de un complejo digno de nuestra máxima casa de estudios. Recuerdo haber llevado a mis sobrinas cuando eran niñas a alguno de los típicos conciertos de medio día los domingos. Donde además de disfrutar del concierto, al terminar, la gente que salía del evento podía ver a los músicos salir hacia la explanada. Era todo un espectáculo ver los gestos y su expresión de satisfacción posterior a su presentación. Me encantaba cómo platicaban entre ellos y algunos salían aún con su instrumento haciendo digitaciones. Vivir esa experiencia es un lujo y un deleite que pocas veces se presencia. 

En el Palacio de Bellas Artes es diferente. Hay un halo de misterio porque la distribución de ese espacio social impide que tengas contacto con los artistas más allá de la caída del telón. Lo mismo sucede en otros recintos con dimensiones mayores. Pensemos en el Foro Sol donde el espectáculo ocurre a la distancia, claro, depende de la zona en la que compres tus boletos. Ahí acontece la interacción en masa de los asistentes cada vez que el artista deja de interpretar para que se escuchen las voces al unísono. O puedes estar interactuando de formas diversas con los músicos, por ejemplo, en el CENART, donde en cualquier momento se dejan las sillas a un lado y se comienza a dar rienda suelta al cuerpo siguiendo el ritmo de la música entre los bellos jardines del lugar. 

La magia que envuelven las universidades en los eventos es distinta. Recuerdo el auditorio Vicente Guerrero de la UAM Xochimilco con muchas personas tomándose fotografías con Virulo después de su concierto. La esencia de la difusión de la cultura se nota, en ocasiones de manera gratuita, en otras pagas un precio de recuperación y, si te acreditas como profesor, estudiante o persona de la tercera edad, puedes tener algún descuento. 

Disfruto de la música en múltiples expresiones. Trato de aceptar algunas que quizá no me llamen mucho la atención, pero sí tengo preferencias. Difícilmente voy a conciertos masivos, mi tolerancia a lugares concurridos es poca. Pero hay eventos que me invitan a tomarlos sin pensar más sobre las condiciones. Es el caso del pasado fin de semana. Ute Lemper en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM, una magnífica mujer, que me parece hermosa en todos los sentidos la he escuchado interpretar las canciones más emblemáticas de Edith Piaf. Si no tienen el gusto de conocerla se las recomiendo, sobre todo sus conciertos en YouTube, donde se puede captar muy bien toda su teatralidad tanto vocal como corporal. 

Me hubiese encantado verla en vivo, conocerla y tener una pequeña dimensión de experimentar todo lo que la intérprete puede proyectar en las canciones. Tenía todo dispuesto hasta que se me ocurrió revisar el costo para prever. La sorpresa que me llevé fue la cantidad que las personas tienen que invertir en un evento cultural $1,200, $800 y $600 eran los precios. Ya con mi descuento, si es que hubiera tenido, no habría pagado menos de $400 pesos. Uno de los objetivos principales de las universidades públicas de este país es la difusión de la cultura al alcance de la población. ¿Qué difusión puede tener un evento para una familia que difícilmente va a poder pagarlo? 

Cada uno reconoce cuánto representa el gasto de esa cantidad, sobre todo si se acude con la familia. En mi caso pude pagarlo, pero pensé en el tiempo que tendría que invertir y si me sobraba el recurso como para gastarlo en un suceso que puedo tener en la estancia de mi casa con toda la compañía que quisiera sin tener que gastar tanto. Preferí quedarme, además lo viví como un acto de protesta en contra de algo que parece ser un buen negocio. 

Me sumo a la exigencia de mis compañeros universitarios por democratizar a la Universidad Nacional Autónoma de México y la hago extensiva para todas las universidades públicas de este país porque también tienen la obligación de rendir cuentas y dejar de tener nóminas doradas. 

Xunu quiere decir en zapoteco lo que queda, el restito, así que aquí les tengo mi resto:   

Hablando de universidades y democracia, no quiero perder la oportunidad de invitarlos a un seminario impartido por mi amigo y colega David Sebastian Contreras Islas, impartido de forma virtual por parte de la Universidad Humboldt de Berlín. Se titula “Democracy, Bildung and Decolonialization in Afro-Brazilian Capoeira” (Democracia, formación y decolonización en la capoeira afro-brasileña), pueden seguir los datos en este sitio https://blogs.hu-berlin.de/newsticker/2022/09/12/democracy-bildung-and-decolonialization-in-afro-brazilian-capoeira/?fbclid=IwAR1DSlEysnG-pfQXsN1N_igMH2yz7CPQvH5eZlQNQ1TT3YyZA5ejgd-TiWY Espero que sea de su interés y no duden que será muy interesante. 

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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