Hay dos temas obligados para opinar, Acapulco y Guerrero, llenos de recuerdos y secretos, andanzas juveniles, como dijo Manuel Esperón, “borracheras que no han terminado” y la Bellísima Bahía de Garibay. Cancún lo opacó y Otis parece haberle dado la estocada final. Veremos a muchos emigrar de ese paraíso al que los sucesivos gobiernos estatales emanados de lo más podrido del PRI convirtieron en feudo de toda clase de criminales, desde hoteleros, hasta extorsionadores.
Hasta parece que Otis vino a romperlo todo para propiciar un reinicio fresco y limpio, revelando el dolor y la miseria de quienes crean la riqueza para los dueños de la “industria sin chimeneas”, que en su mayoría son empresas trasnacionales, que usufructan la belleza de este territorio y no tienen escrúpulos de ninguna especie.
Las trabajadoras y trabajadores de México siguen siendo una cuenta pendiente de la Cuarta Transformación, las reformas no han sido suficientes ni eficientes y las autoridades laborales no terminan por hacer que se aplique la ley, ni en el ámbito federal, ni en el de los estados, la patronal sigue cometiendo toda clase de abusos y de ilegalidades, lo que ya mueve a muchos a rebasar a sus dirigencias sindicales para combatir y tomar lo que por derecho les corresponde. La violencia de la explotación se puede revertir contra los dueños de los medios de producción.
Surge la pregunta ¿De qué lado se va a posicionar el Estado Mexicano? Sabemos, de antemano, que los jueces y el Poder Judicial van a actuar en contra de la fuerza laboral y siempre estarán aliados a los que comparten su convicción, aunque la ley diga otra cosa. Se agudizará el enfrentamiento entre los Poderes de la Unión. Trabajadores y trabajadoras necesitan reaccionar ya, antes de que sea necesaria la violencia proletaria.
El tema de Acapulco y Otis va a revelar las injusticias en cada colonia sin agua desde antes, en cada calle inundada y enlodada, en cada casa destruida, en cada persona lastimada por la explotación y ahora por la carencia de lo más elemental, por eso el Estado está actuando con prontitud, porque de otro modo la bravura ancestral del proletariado guerrerense y mexicano, surgirá como jaguar hambriento de justicia, libertad e igualdad y para poner freno a los explotadores.
Acapulco, Coyuca, San Marcos, Escudero, Chilpancingo, Juárez, Técpan, son municipios habitados por un espíritu de rebeldía que por generaciones ha visto enriquecerse a unos cuantos y ha sido usado como “carne de cañón” por el crimen organizado y por los caciques estatales, ese espíritu colectivo habrá de cobrar conciencia y unidad a partir de Otis, el Estado Mexicano responde con congruencia y empieza a ponerse, del lado de la gente y no del lado de los dueños del dinero. A los que seguramente facilitará la reconstrucción de esas fuentes de trabajo, pero Guerrero no volverá a ser el mismo, el Pueblo es más fuerte.
La hotelería de lujo que poblaba la Costera y se adueñaba de las bellísimas playas, tendrá que colaborar con la recuperación asumiendo el costo de sus propias reparaciones, o del crédito que se consiga para ello, y deberá cobrar sus seguros o reconstruirse con los recursos propios de las cadenas transnacionales que ahí operaban, la alternativa de que sea el Estado quien los reconstruya es absolutamente inaceptable porque se vería enfrentada a la opinión popular, aunque si acaso, el apoyo de la derecha y sería un error garrafal.
El Estado Mexicano, en todos sus niveles, empieza a seguir el ejemplo del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y trabaja a ras de suelo para que, partiendo de la desgracia actual, se inicie una verdadera reivindicación de los derechos de la clase trabajadora del turismo en Guerrero y de refilón, de todo el país; grandes empresas transnacionales se enriquecen sin límite y los trabajadores que crean esa riqueza siguen viviendo con apenas lo mínimo indispensable para seguir siendo productivos.
Mucho más habrá que decir respecto de Otis y de cómo va a desnudar la corrupta forma de hacer negocios con el turismo basados en la explotación de la fuerza laboral, pero hay un segundo tema que no puede mirarse de soslayo: el presupuesto federal y las actitudes prepotentes del Poder Judicial y sus secuaces en el Congreso de la Unión.
La mayoría de la prensa escrita, las radiodifusoras y televisoras del país, dedican una gran cantidad de su tiempo al aire para denostar, criticar sin bases y mentir respecto de cada solución y propuesta que venga de MORENA o de posturas similares o incluso de una izquierda más radical. El respaldo del Poder Judicial ya está muy cerca de lo criminal, son capaces de manipular a sus trabajadores y movilizarlos para actuar en contra del resto del Pueblo.
En el colmo de la necedad y falta de verdadero compromiso con México, se han atrevido a promover un amparo en contra de la Ley que les ha disuelto los fideicomisos que usaban para sus privilegios y que nacieron de subejercicios presupuestales, lo que los convierte en juez y parte. Se trata de otro acto ilegal y contrario a la justicia. Lo que en verdad tendría que ocurrir es que jueces, magistrados y ministros en todo el país sean sustituidos lo más pronto posible y con los nuevos elementos ya integrados, generen y soliciten al H. Congreso de la Unión, las reformas necesarias para que ese cuerpo legislativo transforme al Poder Judicial en una institución incorruptible y que siempre actúe en favor del Pueblo y proporcione verdadera justicia gratuita, pronta y expedita. La mayoría del país apoyará estas acciones.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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