Durante la cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), líderes de la región pidieron un alto al uso de la fuerza y un respeto irrestricto por el derecho internacional.
La cumbre entre la Celac y la UE concluyó con un firme llamado a condenar el uso de la fuerza en violación de las normas internacionales. Este pronunciamiento surge en un contexto de creciente tensión con Estados Unidos, especialmente por los ataques aéreos a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico.
Los líderes debatieron durante más de 12 horas. A pesar de las diferencias, lograron un acuerdo. En el punto ocho de su declaración, expresaron: “Reiteramos nuestra oposición al uso de la fuerza y a cualquier acción que no sea conforme con el derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas”.
La declaración final, que cuenta con 52 puntos, se centra mayormente en la defensa de los derechos humanos, la autodeterminación de los pueblos y el respeto entre naciones. No obstante, países como Argentina y Paraguay decidieron desasociarse de varios puntos. Por su parte, Venezuela no respaldó en su totalidad el documento.
El tema de los ataques de Estados Unidos prevaleció en las conversaciones. Sin embargo, no hubo un consenso suficiente para incluirlo en el texto final. Esto se debe a que las resoluciones en la Celac requieren aprobación unánime.
Los presidentes Gustavo Petro de Colombia y Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil enfatizaron la importancia de un pronunciamiento colectivo en rechazo a las acciones norteamericanas. Lula, incluso, comentó previamente que esperaba que se abordara la problemática de los pescadores afectados por los bombardeos.
Petro destacó que en la declaración se resalta la importancia de la unidad y el respeto entre los pueblos. También mencionó que la autodeterminación y el diálogo son esenciales frente a los desafíos del capitalismo que amenazan la democracia.
La declaración fue presentada por Gustavo Petro, Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, y Kaja Kallas, vicepresidenta de la Comisión Europea. Kallas recordó que el uso de la fuerza solo se justifica en defensa propia o por mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.
Por su parte, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, reafirmó el apoyo de España a América Latina y el Caribe, aunque se mantuvo al margen de las discusiones.
La cumbre culminó en un ambiente de incertidumbre. A pesar de la falta de un pronunciamiento explícito contra EUA, Gustavo Petro la consideró un éxito. Sin embargo, él mismo denunció intentos de sabotaje por parte del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. La jornada culminó con la esperanza de construir puentes de diálogo en un panorama regional cada vez más complejo.


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