La Casa Blanca analiza nuevos pasos contra Venezuela en medio de tensiones crecientes dentro del propio bloque conservador, el cual cuestiona la legalidad de las operaciones militares y decisiones recientes del presidente.
El presidente de EUA, Donald Trump, reunió a su gabinete de seguridad nacional para revisar las próximas acciones de su estrategia orientada al cambio de régimen en Venezuela, un movimiento que generó inquietud entre aliados conservadores por los alcances legales y políticos del despliegue militar en el Caribe. De acuerdo con la Casa Blanca, la campaña busca frenar el tráfico de drogas hacia territorio estadunidense, aunque no respondió preguntas sobre el cierre del espacio aéreo venezolano ni sobre una supuesta llamada en la que Trump habría exigido la renuncia de Nicolás Maduro.
Las voces críticas crecieron entre legisladores republicanos y figuras de la derecha que reprocharon las operaciones militares recientes, incluido un segundo ataque contra una embarcación sospechosa de transportar drogas. Mientras el senador independiente Angus King calificó esa acción como un posible “crimen de guerra”, la vocera Karoline Leavitt defendió la legalidad del operativo, asegurando que se realizó “de acuerdo con las leyes de conflicto armado”.
El descontento también escaló tras el indulto otorgado por Trump al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado en 2024 por narcotráfico. Legisladores republicanos cuestionaron la coherencia del gobierno al perseguir a Maduro por delitos similares mientras libera a un exmandatario sentenciado por tráfico de cocaína. La polémica avivó acusaciones de doble rasero en la política antidrogas de Washington.
Aun así, el ala dura del gobierno —encabezada por el secretario de Estado Marco Rubio y respaldada por influyentes grupos de Miami— insiste en que deponer a Maduro es un objetivo estratégico para EUA. Analistas señalan que la presión interna y el cálculo político en Florida podrían influir en la decisión final de Trump, quien mantiene en reserva los próximos pasos mientras crece la disputa dentro de su propio círculo de poder.
Con información Jim Cason y David Brook para La Jornada.


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