No cabe duda que la situación política en México se encuentra en un nivel de participación social nunca antes visto, esto es sorprendente y tiene que ver sobre todo por la estrategia mediática por parte del presidente a través de sus conferencias matutinas conocidas como “La mañanera”, donde expone información que a los medios convencionales no conviene difundir.
En la última semana y después del estreno del documental El caso Cassez-Vallarta, podernos asegurar que durante los gobiernos del llamado modelo neoliberal se dio una participación coordinada, donde se coludieron de manera facciosa autoridades de seguridad, jueces, medios de comunicación, partidos políticos e instituciones independientes de la llamada “sociedad civil”, con la finalidad de servir al pequeño grupo del poder económico que al parecer, en el caso de Eduardo Margolis, también participaron de manera activa creando una red poderosa que durante décadas ha controlado los destinos del país.
Así, vemos como los medios convencionales de comunicación manipulan la información tratando de cubrir los negocios sucios de los otrora poderosos. Muchos están involucrados y existen evidencias, desde el propio Genaro García Luna, pasando por Vicente Fox que fue quien lo integró a la llamada AFI, el espurio Felipe Calderón que lo nombró secretario de Seguridad Pública federal, a quién se refiere el ex presidente de Francia Nicolás Zarkozy, por dejarse manipular por su secretario de seguridad; organizaciones como la de Isabel Miranda, las televisioras Televisa y TV Azteca que fueron parte del montaje junto con sus colaboradores Carlos Loret, Pablo Reinah y la mayoría de los titulares de sus noticieros que cubrieron la farsa de manera cínica, al igual que un sinnúmero de analistas e intelectuales opinadores de la mentira.
Mucho de lo que aparece en el documental era un secreto a voces, al igual que la participación de García Luna en el narcotráfico; así también se menciona que Felipe Calderón sabe todo y que participó en negociaciones con la DEA y otras autoridades de los Estados Unidos. Tal vez por esa razón se sienta intocable el llamado “Carnicero de Michoacán”.
Es increíble cómo el poder económico participa e invierte comprando conciencias entre políticos, autoridades, organismos sociales y medios de comunicación, todo con la finalidad de seguir manipulando la información, buscando convencer al pueblo del peligro que representa para sus intereses el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
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