Categoría: Opinión

  • Sin oposición

    Sin oposición

    Me dijo un alumno de 67 años: «Si debe dinero (Salinas Pliego), que le cobren, pero que digan a dónde se va todo ese dinero. Luego todo eso lo ocultan y cuando nos damos cuenta ya desapareció». Yo le pregunté: «¿Ya cobró su pensión del bienestar?» Él respondió: «No. Me toca el jueves.» Sobrevino el silencio.

    El nuevo modus operandi de los medios tradicionales, a los que cada vez menos se les puede calificar menos hegemónicos, consiste básicamente en pintarles a las personas menos informadas, y no precisamente pertenecientes a estratos altos de la sociedad, escenarios apocalípticos como “el fin de la república”. Logran enardecer a las personas y nublarles la vista, de tal manera que no puedan percibir que los tianguis y las plazas comerciales rebosan de compradores o simplemente de familias que viven a gusto y van a pasar un buen rato, no solo a esos lugares, sino a cines, parques y museos.

    Denunciar y poner en alerta a la sociedad ante los atropellos de los gobernantes, como modificar las leyes en favor de los empresarios y en perjuicio de los trabajadores, las matanzas de civiles, la conversión de las deudas de privados a deuda pública, las conspiraciones para eliminar a actores políticos incómodos. Esa debió ser la función de los medios durante las décadas pasadas, pero no fue así. Quien pensara que los medios informaban haciendo una especie de labor social desinteresada, está totalmente equivocado. Actualmente pretenden despertar la indignación y hasta incluso enardecer a la ciudadanía para supuestamente llamarlos a la acción contra un supuesto gobierno tiránico, al cual, por cierto, el grueso de la población puso en el poder a través del voto masivo.

    Detrás de todo ello no solo está el sector empresarial de la oposición, sino también el sector político, que, fiel a su estilo anquilosado, promete maravillas a las cúpulas empresariales, pero en las urnas se descalabran cada vez peor. El problema es que les sacan millones y no cumplen las promesas de volver al poder para legislar y gobernar en su favor. Esa clase empresarial se va dando cuenta cada vez más de que han sido timados. Muchos de ellos han preferido ceñirse a las nuevas reglas, pagar los impuestos que antes se les condonaba y contribuir al funcionamiento del país.

    La reciente y penosa gira de medios que ha hecho Alito Moreno con el fin de revitalizar su imagen e interpelar a los pocos priistas que quedan, ha sido todo un show en el que no solo lo han cuestionado, sino también hasta regañado aquellos que en otro momento le hubieran quemado incienso considerándolo la esperanza de su facción. Sin embargo, el impresentable Carlos Alazraki, publicista del último PRI hegemónico que le entregó el poder al PAN en un convincente ejercicio de gatopardismo dosmilero, reflejó en su entrevista todo el espíritu de la clase empresarial que a él mismo lo ha dejado olvidado y ya no quiere invertir en él. Trató a Alito como cualquier jefe lo haría con un subalterno o socio que no le ha entregado los resultados prometidos y acordes a la inversión que se ha hecho. Igualmente, Adela Micha, quien lo trataba de “brother” en mensajes filtrados, también se resistió a tomarlo en serio.

    La oposición más radical, que no tiene reparos en mostrar su racismo, su homofobia, aporofobia y demás tendencias misantrópicas, está a tope, en permanente y rabiosa campaña. Solo tiene unos pequeños problemas: no hay constancia de que sean personas reales, su cifra no pasa de 5 mil, si concedemos un poco, y sus opiniones, que en algunos casos son de francos snobs ilustrados, no tienen correlato electoral ni representación fuera de la red social X o de TikTok. Sin embargo, en las elecciones suelen acusar fraude porque sobredimensionan su alcance. Y después de eso no les queda más que meterse con el color de piel, forma de hablar, nivel de estudios o bagaje cultural de todos aquellos que no concuerdan con ellos ni tendrán jamás sus mismos alcances económicos o cotas de preparación académica.

    Son el desprecio, el odio, el ardor, el clasismo, el racismo y la añoranza de los privilegios perdidos lo que mueve a la oposición en sus distintos sectores. Aunque hay otro, el de la oposición confesional, cuyo argumento es metafísico. Aún se mantienen personajes como Jaime Duarte, Mario Gallardo Mendiolea, Juan Bosco Abascal o América Rangel. Estos personajes están en permanente lucha contra lo que llaman “el comunismo”, que supuestamente amenaza no solo a los valores católicos, sino también a la prevalencia de la iglesia como institución, muy a pesar de que la libertad de culto no ha sido trastocada en lo más mínimo, casi podría decirse que desde la guerra cristera.

    Desde 2020 ya escribía yo que, en términos de Gramsci, eso de “amor por México” era un significante vacío. Ahora se confirma más que nunca. Hemos sido quienes integramos el movimiento actual los que realmente hemos mostrado amor por México, así, sin comillas. No lo mencionamos porque a estas alturas sonaría ridículo, pues se ha convertido en un clamor que casi exclusivamente pertenece a la derecha. Y aunque no pasamos por alto las pifias vergonzosas de los dirigentes de Morena, seguimos haciendo cada quien su mejor esfuerzo en la medida de sus posibilidades y desde su trinchera. Una realidad incontestable es que somos una sociedad en su mayoría politizada e interesada en el acontecer político. En tiempos de definiciones, nos afianzamos en la izquierda y algunos otros descubrieron que su pensamiento los hacía más de derecha y ahí se integraron.

    Otro reclamo de esa oposición de siempre fue precisamente que AMLO llegó a dividirnos a los mexicanos. Presuponen que antes de su irrupción todos éramos hermanitos y nos llevábamos de lo mejor entre nosotros. La realidad es que se visibilizaron los flagelos sociales, se derrumbó el cerco mediático, y el pueblo, antes alienado y manipulado por la industria cultural neoliberal, se emancipó y comenzó a consumir información política con toda naturalidad. Lo que hizo AMLO fue encender la llama de la politización.

    En tiempos de Claudia Sheinbaum, sus odiadores en redes sociales le dicen las cosas más bajas y mezquinas. Esto contrasta con las manifestaciones de admiración que su imagen y su trabajo motivan a nivel no solo nacional, sino también internacional. Algunos pensamos que, al no cargar con el sambenito del estigma racial y desprestigio mediático, a diferencia de AMLO, Claudia Sheinbaum es apoyada hasta por quienes votaron por Xóchitl Gálvez en 2024. No por nada tiene absurdos niveles de aprobación de entre el 80 y 85%, cotas que ni siquiera los presidentes priistas obtuvieron en el contexto del México más desinformado y reprimido.

    La oposición, que debería ser necesaria para la crítica y para representar al sector de ciudadanos que legítimamente están en su derecho de disentir con el régimen, ha ido fraguando su propia desaparición, principalmente a base de mentir. Cuando la gente va descubriendo que son incongruentes y faltos de seriedad, prefiere hacer cualquier cosa excepto otorgarles el voto, y así es como su presencia se ha reducido en todo el país, a nivel estatal y municipal. Ni modo que clamen tener seriedad y compromiso, cuando la dirigencia del PAN se la dieron a Jorge Romero, señalado como líder del cártel inmobiliario; mientras que en el PRI permanece Alito Moreno, corrupto, cínico y falto de credibilidad. Los celebrados ciudadanos “apartidistas”, como suelen autonombrarse cuando muestran su desdén por la 4T, están a poco de realmente darles la espalda a aquellos que dicen representarlos y no pueden ni con sus propios partidos, que están en franca vía de extinción.

    Sin embargo, este escenario en el que el movimiento obradorista, junto con los propios errores de la oposición ha propiciado la misma esté por desaparecer, no es benéfico, porque, como ya lo hemos analizado, permite que se hagan movimientos raros o incluso indignantes como el acercamiento de Sandra Cuevas, los fichajes de Ale del Moral, Ana Villagrán, Rommel Pacheco, Adrián Ruvalcaba y demás impresentables. En ausencia de una oposición real, no queda más que endurecernos como ciudadanos y depurar el movimiento. Tenemos margen de acción y tiempo, dado que nada nos amenaza.

    Ojalá algún día se geste una oposición ecuánime, intelectual y que rechace la mentira, “por el bien de México”, dirían ellos.

  • GUARDIA NACIONAL: FIRMEZA CON LÍMITES, SEGURIDAD CON DERECHOS

    GUARDIA NACIONAL: FIRMEZA CON LÍMITES, SEGURIDAD CON DERECHOS

    El país vive un momento decisivo en materia de seguridad pública. La reciente aprobación, en la Cámara de Diputados, del proyecto de reforma a la Ley de la Guardia Nacional, representa uno de los cambios más profundos en la arquitectura institucional del Estado mexicano. Se trata de una decisión que, en medio de legítimas preocupaciones y voces encontradas, debe ser comprendida en su real dimensión: no como un intento de militarización autoritaria, sino como una apuesta por la consolidación operativa de una corporación clave para la paz del país, bajo nuevos lineamientos jurídicos, disciplinarios y de profesionalización.

    En efecto, como lo expresó el líder de Morena en la cámara de diputados, Ricardo Monreal, este proyecto no implica la pérdida del mando civil sobre la seguridad pública nacional. Por el contrario, redefine las atribuciones, estructuras y facultades de instituciones que siguen subordinadas —legal y constitucionalmente— a la Presidencia de la República y a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Aunque se concreta el traspaso administrativo y operativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), no se rompe con la conducción civil del Estado, sino que se refuerzan capacidades institucionales que venían siendo reclamadas por años desde los territorios.

    El cambio, aunque profundo, responde a una realidad que no podemos ignorar. México enfrenta desafíos enormes ante el crimen organizado, la violencia de alto impacto y las estructuras delictivas que, en muchos casos, han rebasado las capacidades de los cuerpos civiles de seguridad. La Guardia Nacional, en sus primeros años de operación, se ha visto limitada por falta de formación, equipamiento y cohesión jerárquica. La nueva ley busca cerrar esa brecha, dotando a sus integrantes de disciplina castrense, herramientas de inteligencia e integración real al sistema de seguridad nacional.

    Uno de los aspectos más relevantes de la reforma es la incorporación formal de la Guardia Nacional al marco normativo militar: el comandante deberá ser un general de división, los elementos estarán sujetos al fuero militar, y podrán ser transferidos, capacitados o evaluados según los criterios de la SEDENA. Se autoriza también el uso de herramientas como operaciones encubiertas, intervención de comunicaciones con aval judicial, y acceso a datos georreferenciados. Todo esto, si bien puede generar inquietud, tiene una lógica operativa sólida en el combate al crimen, siempre y cuando se respete un principio fundamental: la actuación bajo supervisión judicial y con pleno respeto a los derechos humanos.

    Ahora bien, apoyar esta reforma no significa cerrar los ojos a los riesgos que conlleva. Sería ingenuo negar que una transferencia tan significativa de atribuciones a las Fuerzas Armadas requiere de controles democráticos, transparencia institucional y mecanismos de rendición de cuentas eficaces. La historia de América Latina nos ha enseñado que la presencia del Ejército en tareas de seguridad debe estar siempre limitada en el tiempo, en el espacio y en su alcance. Por ello, es indispensable que el Congreso, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los organismos civiles y la ciudadanía sigan atentos al desarrollo e implementación de esta ley.

    Hay también aspectos que han causado controversia y que requieren explicación. Uno de ellos es la posibilidad de que los elementos de la Guardia Nacional puedan solicitar una “licencia especial” para contender en procesos electorales. La presidenta Claudia Sheinbaum fue clara al precisar que esta posibilidad no es nueva: se encuentra ya reconocida en la Constitución desde hace más de un siglo. Lo que hace esta reforma es extender los derechos políticos ya existentes para las Fuerzas Armadas a los integrantes de la Guardia Nacional, sin que ello implique una politización de sus funciones. Eso sí: deberán separarse de su cargo con antelación y sin goce de haberes, para garantizar la equidad electoral.

    En este nuevo escenario, la apuesta del gobierno es fortalecer a la Guardia Nacional como un cuerpo capaz, disciplinado y confiable, que colabore con estados y municipios mediante convenios firmados, que realice tareas de proximidad, que investigue delitos bajo supervisión del Ministerio Público, y que actúe en coordinación con el Centro Nacional de Inteligencia. Pero también, debe quedar claro, no se trata de una fuerza autónoma ni ajena al control constitucional.

    El debate sobre la militarización no debe cerrarse, pero tampoco puede convertirse en una consigna automática. La pregunta real es: ¿qué modelo de seguridad necesitamos para proteger a las comunidades más vulnerables? ¿Queremos seguir improvisando, o vamos a construir un cuerpo permanente, formado, evaluado y eficaz? Si lo segundo es lo que queremos, entonces la nueva Ley de la Guardia Nacional ofrece un camino viable, aunque no exento de riesgos que deben ser monitoreados.

    La reforma aprobada representa una oportunidad histórica para fortalecer al Estado frente al crimen, pero también impone un compromiso ineludible con la democracia y los derechos humanos. La Guardia Nacional debe ser firme ante el delito, pero sensible ante la ciudadanía; disciplinada, pero sujeta a la ley; eficiente, pero siempre bajo vigilancia civil. No se trata de entregar un cheque en blanco a las Fuerzas Armadas, sino de construir una institución confiable y humana, que garantice seguridad sin renunciar a la dignidad. La fuerza por sí sola no basta: el respeto a los derechos humanos será la verdadera medida de su éxito. “No hay seguridad sin orden. Pero tampoco hay paz duradera sin libertad, sin justicia y sin respeto por la dignidad humana.” Ese es el equilibrio que debemos exigir y defender en esta nueva etapa para México.

    • La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.

  • Abolir los derechos laborales

    Abolir los derechos laborales

    Preocupa preocupantemente la reforma, que recientemente ha entrado en vigor, para regular el trabajo a través de aplicaciones digitales. Reforma que añade un nuevo capítulo a la, de por sí poco sensible con las necesidades del capital, Ley Federal del Trabajo. Dicha reforma imputa obligaciones tanto a las plataformas digitales, como a los repartidores y conductores, y —al mismo tiempo— garantiza, a repartidores y choferes, protección universal contra accidentes de trabajo y acceso pleno a la seguridad social para los trabajadores que generen ganancias iguales o superiores a un salario mínimo mensual, además de brindar acceso a reparto de utilidades para aquellos conductores y repartidores que superen 288 horas efectivas de trabajo al año. Reconociendo —como si no fuera suficiente con la serie de atrocidades que se establecen en la reforma— una relación subordinada, entre el trabajador y la plataforma, durante el tiempo efectivo de trabajo.

    A nadie debería sorprender que los aplaudidores de la destrucción salieran inmediatamente de sus escondites para celebrar, del mismo modo que lo celebró  Marath Bolaños, secretario del Trabajo y Previsión Social, una “regulación pionera a nivel mundial” que demuestra “que dentro del humanismo mexicano la innovación tecnológica no tiene por qué estar reñida con la justicia laboral”.

    Todo mal, de malas y empeorando con los cuatreros cuatroteros de la cuatrote que asaltan a mano armada a las indefensas plataformas digitales, arrebatandoles el derecho de profundizar la precariedad laboral al  lucrar con la necesidad de cientos de miles de personas que encuentran pocas alternativas a la precariedad laboral existente que no impliquen someterse a la precariedad laboral. De más está decir que quienes celebran estas medidas, polarizando a la sociedad entre quienes defienden los derechos de los trabajadores y quienes no podrán seguirlos explotando a mansalva, están muy lejos de entender que las obligaciones de todo obrero son dos: someterse sin queja ni arrebato a la voluntad del patrón, sacrosanto representante del capital; y sacrificar, agradecidamente, toda dignidad —derechos humanos, laborales, etc. incluidos. Obligaciones que garantizan el aumento de la riqueza del patrón ante quien deben someterse y con quien deben estar agradecidos.

    Resulta un despilfarrador despilfarro absurdo de los mejores esfuerzos neoliberales, que durante años acostumbraron a la masa obrera a sobrevivir dentro de esquemas de precariedad laboral, legislar para quitarles a quienes lo sacrifican todo —las plataformas digitales que ponen en riesgo su capital— para darle a quienes no arriesgan nada —los obreros que solo ponen su fuerza de trabajo detrás del volante. En otras palabras, no tiene sentido mermar las ganancias de las plataformas que lo único que buscan es aumentar sus ganancias, para garantizar los derechos y la seguridad social de los obreros, que están más que acostumbrados a no contar con derechos ni con seguridad social. El humanismo mexicano no puede sacrificar a quienes no saben más que vivir de forma privilegiada, para beneficiar, injustificadamente, a quienes no tienen idea de lo que significa vivir dignamente. Más que humanismo, eso parece un brutal de toda brutalidad resentimiento que busca que unos vivan bien mientras orilla a otros a no seguir viviendo tan excesivamente bien como están acostumbrados a vivir ¡El horror! 

    Entrados en gastos

    El gobierno de Claudia Sheinbaum no hace más que polarizar la polarizada polarización en la que la sociedad mexicana se encuentra sumergida desde que dictatorialmente se obligó a la gente a votar libremente a favor de los cuatreros de la cuatrote. No hay conserva que se respete, ni aspiracionista que aspire a dejar de ser lo que es, que pueda resistir la incertidumbre de no saber si las plataformas digitales de transporte se quedarán en México al no poder seguir explotando a sus conductores y repartidores, o si sacrificarán las ganancias que generan más de 8 millones de usuarios activos, semanalmente, para evitar proteger a los conductores y repartidores con los derechos laborales básicos con los que deberían estar protegidos. La dictadura de Morena no podría ser más dictatorial… legislando en favor de quienes están menos protegidos.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Historia mínima del desempleo.
  • Economía real

    Economía real

    Según el último reporte del Banco Mundial, México ha sido el país que más ha sacado de la pobreza a personas, con un total de 11 millones, pero estos números contrastan con las predicciones pesimistas del mismo organismo que dicen que la economía no crecerá mucho en los próximos años.

    El sicariato mediático de la derecha se ufana de decir que México tiene grandes problemas económicos porque los inversores no han decidido sacar la chequera, entonces, ¿la economía depende de que un puñado de personas decida firmar cheques y hacer transferencias, o más bien del trabajo de las personas y de procurar una justa distribución de la riqueza?

    En la economía neoliberal, nos han hecho pensar que inflar los numeritos o tener equilibrio fiscal es lo más importante, que rematar los bienes nacionales para que los empresarios se enriquezcan es lo mejor, que el pobre es pobre porque no le echa ganas, que lo que importa es la creación de muchos empleos aunque tengan sueldos de miseria, y que un Estado mínimo es lo mejor que le puede pasar a un país, sin embargo, se puede cuestionar con evidencia este falso discurso.

    Ya lo decía Stiglitz, premio nobel de economía: si un rico entra en un restaurante, el Producto Interno Bruto Per Cápita aumentará significativamente, pero eso no quiere decir que todas las personas de ese restaurante sean más ricas, simplemente que la riqueza promedio se dividió entre pocas personas, y lo mismo pasa con la supuesta inversión, especialmente con capital especulativo no productivo. Es lo que está pasando, por ejemplo, en Argentina con el vende humo de Milei, que presume de déficit 0 o recuperación de la economía argentina, pero lo único que está pasando realmente es que hay cierta bonanza económica porque se han vendido bienes públicos y se ha hecho un gran recorte social para salud, educación y en general para el funcionamiento correcto del Estado, además de que se les permite a los especuladores aprovecharse del tipo de cambio con los movimientos tan bruscos de la moneda, es decir, no hay más empresas, no hay más empleo, no hay más bienestar; de hecho, lo contrario, pero los numeritos macro alegran a las élites a pesar de lo difícil que lo está pasando la población.

    Es cierto que la macro dice algo, pero no refleja toda la realidad y a veces esconde una verdad contrastante. Cuando vemos números macro tan grandes y desproporcionados como los de Estados Unidos, la lógica sería pensar que sus empresas son tantas y tan productivas que así generan bienes y servicios, pero más bien ocurre lo contrario: ciudades enteras despobladas y un presidente que amenaza con aranceles a aquellas que no produzcan en su país porque no hay empleos. Evidentemente son una potencia económica, ¿pero realmente tanto como sus supuestos números?

    Empresas como Apple o Envidia dicen valer y producir bienes y servicios de forma trillonaria, pero luego viene una tecnología china que lo supera claramente y supuestamente vale mucho menos en el mercado, entonces, ¿cómo se inflaron esos números? ¿Quién decide cuánto vale una economía o una moneda respecto al dólar?, ¿es el trabajo y la productividad o un montón de instrumentos de la economía financiera que, básicamente, es papel sobre el que se toman decisiones para imponer una voluntad al resto? ¿Las bombas y ejército con el que Estados Unidos amedrenta y somete al resto son un valor que se añade a sus productos?

    Hay muchas variables que componen la economía real, pero el llamado es a no permitir que un discurso meramente economicista domine el espectro político porque se estaría incurriendo en el error de que los numeritos lo son todo. El objetivo más importante es no permitir que personas vivan en exclusión, en pobreza, en miseria, que la paz sea fruto de la justicia y no imposición de la fuerza, y para pensar así hay que tener presente siempre el mantra obradorista: por el bien de todos, primero los pobres.

  • Desbandada de alcaldes panistas

    Desbandada de alcaldes panistas

    Federico Salomón Medina, dirigente del PAN en Veracruz, realizó una conferencia de prensa para anunciar que ninguno de los 35 presidentes municipales que ganaron con sus siglas se irá a otro partido.

    Mencionó como posibilidad de deserción a Morena, en primer lugar, y a Movimiento Ciudadano en segundo. La preocupación en el PAN se hace evidente, la causa es el origen político de los ganadores, porque precisamente en los municipios donde ganaron, los candidatos no pertenecían al PAN.

    Los militantes panistas en Veracruz, de por sí pocos, consideraron antes de las campañas, poco interesante concursar por alcaldías que sabían de sobra, que perderían, de tal suerte que nunca se inscribieron.

    La intención electoral de los panistas en el estado estaba centrada en sus añejos bastiones Boca del Río, Veracruz, Xalapa, Córdoba y Minatitlán, lo demás no tenía validez y significaría una pérdida de tiempo.

    Ante esta indiferencia de los panistas, el PAN en la entidad convocó a la ciudadanía, incluso hay testimonios en los medios de esta invitación abierta, que incluso se difundió en los medios, porque no completaban con lo que tenía para llenar las candidaturas para las 212 alcaldías.

    La mayoría de las 35 presidencias municipales ganadoras corresponden a esas personas, que, sin ser militantes, ganaron en las urnas, sin descontar fraudes y trampas en muchos de esos lugares.

    Ahora, que esos ciudadanos libres de escoger partido, por primera vez en su vida tienen en sus manos una presidencia municipal, quieren continuar con su carrera política pero no dentro del PAN, porque si el PAN los llamó fue por la pobreza de militantes convencidos, su indiferencia pronostica malos tiempos.

    El PAN tratará de retener a los presidentes y presidentas pero no se será con mucho éxito. Quienes concursaron por esos cargos saben exactamente el origen de derrotas, victorias, repuntes y votos de castigo. Saben que no hay futuro en el PAN, saben que en el futuro de la política no estará el PAN. El PRI tiene menos simpatías aún y sólo tiene dos opciones para fortalecerse y mantener solidez como funcionarios públicos: Morena y Movimiento Ciudadano.

    Movimiento Ciudadano está ávido de banderas, consignas, líderes, cuadros, programas, y causas para crear nuevas criticas al gobierno. Cualquier frase o declaración de algún miembro de la 4T es para ellos motivo de un exhaustivo estudio para crear sus consignas.

    Muestra de ello es la solicitud en la sesión del 24 de junio, de prohibir que se le cantaran las Mañanitas a la presidenta, por parte de un ex morenista. Esas son las ideas políticas de MC.

    Todo menos mostrar lo que son, porque cuando dicen que no son de izquierda ni de derecha es que son vetustamente conservadores, Y es ahí donde debe ubicarse a este partido que surge como alternativa ante el auge de la izquierda, ala que nunc ase unirá, pero sí empujará algunos de sus militantes a una responsabilidad más consciente de la vida política del país, y los obligará involuntariamente, a salirse de ese remedo de partido político.

    La crisis del PAN es irreversible y la ilusión de avance de MC, se convierte en una esperanza cuyas dimensiones ninguno de los integrantes de su cúpula puede dimensionar. Ese partido está limitado a muy pocas funciones partidistas, a pesar de haberse convertido en el recolector de basura de los deshechos de otras organizaciones políticas.

    La visión el trabajo en MC es eminentemente empresarial, la única propuesta original de ese grupo se basa en otorgar estímulos fiscales a quienes acepten el nuevo horario de sus trabajadores, lo cual muestra que desconocen que los empleados quienes generan riqueza y que los pagos al fisco es una cadena de beneficios que a corto y mediano plazo regresarán a la iniciativa privada.

    Creen vivir en un régimen totalitario, incluso donde señalan que la propiedad privada está en litigio, esta visión alucinada es propia de empresarios novatos como Samuel García uno de sus militantes con más pendientes con el fisco y con la ley en general, tanto en México como en Estados Unidos.

    Es decir, si la visión de los objetivos que tienen como prioridad no los conocen, no están preparados ni con experiencia ni con conocimientos académicos para tener una visión actualizada de la empresa en México y el mundo de la política, poco pueden hacer para los casos que tengan que ver con los beneficios a la población que deberá votar por ellos o dejarlos en el olvido.

    Así, los presidentes municipales ganadores en Veracruz del PAN, serán, en unas semanas, desertores, dejando sin apoyo económico y de expansión a un PAN que se desmorona.

  • Rising Lion: La operación que dejó a Irán sin escudo y al mundo sin certeza

    Rising Lion: La operación que dejó a Irán sin escudo y al mundo sin certeza

    Desde el 13 de junio de 2025, el mundo observa con preocupación una guerra que ha roto todos los esquemas conocidos. Lo que comenzó como un ataque puntual de Israel contra las instalaciones nucleares de Irán se ha convertido en un conflicto de gran escala que está cambiando por completo el equilibrio militar y político en Medio Oriente. La operación, conocida como Rising Lion o “León que se levanta”, es el nombre que el gobierno israelí dio a su ofensiva militar para atacar objetivos clave dentro del territorio iraní. No es un conflicto más: es una nueva forma de hacer la guerra, que se libra sin soldados cruzando fronteras, pero con aviones, drones, misiles y ciberataques que alcanzan blancos críticos en cuestión de minutos.

    La llamada superioridad aérea que ha conseguido Israel significa que sus aviones ahora pueden volar sobre Irán sin ser detenidos. Lo lograron gracias a una estrategia muy bien planeada: primero eliminaron los radares y misiles que protegían el espacio aéreo iraní, y luego bombardearon bases militares, almacenes de misiles, instalaciones nucleares y centros de mando. Incluso infiltraron drones y comandos dentro del país muchos meses antes, lo que les permitió conocer la ubicación exacta de sus blancos y atacar con precisión. Israel movilizó más de 200 aeronaves el primer día y, hasta ahora, no ha perdido ni una sola según los reportes disponibles. Nunca antes se había visto algo así en una guerra sin ocupación territorial.

    Por su parte, Irán respondió lanzando más de 370 misiles y más de 100 drones de ataque hacia ciudades israelíes como Tel Aviv, Haifa y Rehovot. Aunque la mayoría fueron interceptados por los sistemas defensivos, algunos impactaron zonas urbanas y causaron muertes y destrucción. Las víctimas se cuentan por cientos: más de 224 personas han fallecido en Irán y al menos 24 en Israel. Pero el problema va mucho más allá de estas cifras. La guerra ha llegado también a los laboratorios científicos, las universidades y las refinerías de petróleo. La vida cotidiana, el desarrollo educativo y la economía están siendo golpeados con la misma fuerza que las bases militares.

    Uno de los elementos más afectados por esta operación ha sido el sistema de misiles de Irán. Durante años, su principal estrategia de defensa fue la amenaza de lanzar misiles si era atacado. Esa capacidad se consideraba su escudo. Sin embargo, en solo unos días, Israel destruyó al menos un tercio de los lanzadores de misiles iraníes, golpeó sus fábricas y almacenes, y eliminó a altos mandos militares responsables de coordinar la defensa del país. Entre ellos estaban dos figuras clave del IRGC, que en español se conoce como los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica. Esta organización no es solo un ejército paralelo al regular de Irán; también tiene control sobre misiles, fuerzas especiales y aliados armados en países como Irak, Siria, Líbano y Yemen. Su función va mucho más allá de lo militar: es uno de los pilares del poder político en Irán.

    Con la ofensiva aérea, Israel también destruyó bases subterráneas donde Irán escondía misiles de largo alcance, y atacó puntos estratégicos como Fordow y Natanz, instalaciones donde se desarrollaban componentes sensibles de su programa nuclear. A pesar de estos golpes, Irán todavía conserva algunos recursos, pero su capacidad para responder de manera efectiva ha quedado gravemente debilitada. Su producción de misiles no alcanza los niveles necesarios para reponer las pérdidas y sus principales aliados en la región, como Hezbollah, ya han sido golpeados anteriormente, lo que limita la posibilidad de una respuesta en varios frentes.

    Mientras tanto, Estados Unidos se ha involucrado parcialmente, apoyando a Israel con bombardeos específicos, sistemas de defensa avanzados como THAAD y la presencia de tropas en países del Golfo. Sin embargo, esta participación no está guiada por un plan político claro. Irán ha advertido que podría atacar bases estadounidenses en la región si se siente acorralado, lo que pondría en riesgo a más de 40 mil soldados estadounidenses en países como Qatar, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. La Casa Blanca, bajo la administración Trump, intenta mantener un equilibrio: apoyar a Israel sin caer en una guerra abierta que tendría consecuencias globales.

    Uno de los aspectos más graves del conflicto es que ha comenzado a dañar sectores clave que no tienen relación directa con lo militar. El Instituto Weizmann en Israel, reconocido a nivel mundial por sus investigaciones científicas, fue alcanzado por un misil. Laboratorios enteros colapsaron, experimentos fueron interrumpidos y el trabajo de años podría perderse. En Irán, universidades como la de Teherán o Sharif suspendieron sus actividades por temor a nuevos ataques, y trasladaron sus clases a internet, a pesar de los cortes de electricidad y problemas de conexión. También han sido dañadas refinerías de petróleo, afectando tanto a Irán como a Israel, y aumentando el riesgo de una crisis energética global.

    Esta guerra no solo está dejando escombros físicos, también está provocando un retroceso educativo, científico y económico que tomará años reconstruir. La fuga de cerebros, la suspensión de investigaciones y el cierre de centros universitarios representan un daño profundo que no se repara con acuerdos militares. En lugar de proteger a sus pueblos, los gobiernos están arrasando las bases sobre las que se construye el futuro: el conocimiento, la salud, la energía y la posibilidad de una vida digna.

    Israel, a pesar de sus logros militares, enfrenta ahora un dilema estratégico: ¿qué hacer con el poder que ha ganado? Hasta ahora no ha explicado cuál es el objetivo político de esta guerra. ¿Busca que Irán abandone su programa nuclear? ¿Quiere un cambio de régimen? ¿Está esperando una negociación? Sin respuestas claras, la operación corre el riesgo de quedarse atrapada en una espiral de violencia sin salida. Ya lo han dicho expertos internacionales: destruir misiles o bases militares no garantiza la paz. Sin una estrategia de salida, el conflicto podría extenderse a otros países y durar más de lo que cualquier gobierno puede sostener.

    La comunidad internacional tiene un papel urgente que jugar. Las grandes potencias deben exigir que se detengan los ataques a la infraestructura civil y que se abra un camino hacia la negociación. De lo contrario, esta guerra dejará no solo ruinas visibles, sino también heridas profundas en los pueblos que la padecen.

    El cielo ha sido conquistado, pero el conflicto permanece sin horizonte. La pregunta ya no es qué tan alto pueden volar los cazas israelíes o cuántos misiles más tiene Irán. La verdadera pregunta es: ¿será posible construir algo valioso cuando el humo se disipe, o solo quedará un cráter más en la historia de Medio Oriente?

  • Romper lazos con Israel

    Romper lazos con Israel

    En estos días ha resonado muy fuerte una inquietud que ya es posición política de miles de personas en nuestro país: condenar a Israel por el genocidio que lleva décadas perpetrando contra Palestina. La controversia adquiere mayor relevancia ahora que le han preguntado directamente a Sheinbaum su posicionamiento, del cual hablamos aquí.

    Intifadas

    El pueblo judío sufrió uno de los genocidios más grandes en la historia de la humanidad. Más de seis millones murieron a manos del fascismo nazi en las décadas de los 30 y 40 del siglo pasado.

    Ese verdadero crimen del capitalismo fue condenado solo ya iniciada la segunda guerra mundial, pues antes contó con la complicidad europea y estadounidense. De las únicas naciones que lo denunciaban antes era la Unión Soviética, fiel a su ideología política.

    Terminada la segunda guerra imperialista con la gran victoria del ejército rojo de la URSS, los pronunciamientos de las potencias capitalistas occidentales fueron por no permitir una atrocidad igual nunca, fue solo discurso, saliva falsa.

    El apartheid que se dio en África, las dictaduras latinoamericanas, y el genocidio palestino son solo ejemplos más conocidos de que no solo fracasaron sino de que las impulsaron y realizaron.

    Se crea Israel a finales de los 40 como una especie de territorio para los refugiados y damnificados judíos que sobrevivieron al holocausto. Sin embargo, ese Estado naciente -con el apoyo de los gringos- desde siempre ha estado bajo el control de la rama del judaísmo llamada sionismo que es un movimiento de ultra derecha.

    Los sionistas invadieron países árabes cercanos y con Palestina fue la ocupación total donde les han quitado territorio y los mantienen en situaciones que nada envidian a los guetos nazis.

    Una lucha desigual con la resistencia palestina ha generado muchos crímenes de guerra perpetrados por los sionistas de Israel. La historia se invierte, un pueblo que sufrió bastante ahora es el que oprime, los sionistas controlan todo e ideologizan a su nación. Aunque también existen múltiples protestas judías contrarias a los sionistas.

    Las potencias de occidente (EUA, Inglaterra, Francia, Alemania, etc.) han alentado a los sionistas y los han defendido. Son sus cómplices, les venden armas y les dan dinero para que continúen con su genocidio. Son igual de culpables.

    México en el mundo

    Nuestro país a lo largo de la historia ha tenido una tradición rica en la defensa de los pueblos del mundo. La época más genial fue en el cardenismo donde se peleó junto a la segunda república española contra el fascismo franquista, el asilo de miles de personas de esa guerra y de otros conflictos. Además, de la condena enérgica contra los avances nazis de Hitler y otras múltiples acciones en pro de la humanidad.

    Esa tradición tuvo otros momentos gloriosos como el asilo de las personas refugiadas y perseguidas políticas de los regímenes dictatoriales latinoamericanos. Su punto cumbre fue cuando se votó en contra de la expulsión de Cuba de la OEA y se le defendió a la Revolución Cubana.

    En la época neoliberal la diplomacia mexicana sufrió grandes cambios, pero cuando llegó AMLO se recobró el liderazgo de izquierda en la región. No hay que olvidar el rescate de Evo Morales de la dictadura boliviana, la condena del golpe de Estado a Pedro Castillo del Perú, el conflicto directo con Ecuador y otras situaciones donde se ha notado el humanismo mexicano.

    Con Israel siempre fue cuidadoso AMLO porque buscaba la extradición de Tomás Cerón que nunca llegó ☹ la presidenta Claudia en cambió dio un pequeño viraje al establecer que se reconocía el Estado palestino y se les apoyaba, pero la condena de genocidio nunca llegó, mucho menos romper relaciones.

    Los sionistas controlan muchas empresas en el mundo, de ellas varias operan en nuestro país y tienen un gran poder. Quizás eso motiva que nuestra presidenta no tomé en público una postura, además de la complicada relación con el hombrecito naranja.

    Sin embargo, no vamos a justificarla. Seguiremos denunciando que lo que sucede en Gaza es igual a lo que Hitler y los nazis le hicieron a los judíos y a los comunistas de entonces. Ambos son genocidios, no podemos ser cómplices y callarnos, debemos alzar la voz y pugnar siempre por la caída de los sionistas, un verdadero lastre producto del capitalismo.

     Redes sociales

  • ¡¿DÓNDE ESTÁN LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE LA TIERRA?! Y LA GUERRA DE LOS DOCE DÍAS

    ¡¿DÓNDE ESTÁN LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE LA TIERRA?! Y LA GUERRA DE LOS DOCE DÍAS

    El 21 de junio del 2025 un día que vivirá en la infamia, los Estados Unidos de América deliberadamente atacaron tres sitios nucleares en Irán, “Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán, entre ellas Fordo, Natanz y Isfahán. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní” escribió el presidente estadounidense Donald Trump en su red social Truth Social. Además, este ataque con aviones bombarderos B-2, estuvo coordinado con Israel en el que buscaba “acabar con la capacidad de enriquecimiento de uranio por parte de Irán”, asegurando que aquel país estaba desarrollando su primera arma nuclear. El volátil mandatario estadounidense advirtió que emprendería más ataques si Irán no se deshacía de su programa nuclear. 

    Desde el pasado 13 de junio, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Mosad o el servicio secreto de inteligencia israelí han desplegado sus fuerzas hacia territorio iraní, bajo el nombre de “Operación León Naciente”, cuyo objetivo era atacar las instalaciones nucleares, militares y zonas residenciales en Irán. No obstante, Teherán asegura que su programa nuclear es hecho con fines pacíficos, pero que reservaba “todas las opciones para la defensa de su soberanía” y en respuesta lanzó ataques sobre Tel Aviv, atravesando la Cúpula de Hierro. A raíz de lo acontecido, hubo un sinfín de reacciones en redes sociales en el que condenaban el ataque estadounidense a territorio iraní, incluso encontré funcionarios y políticos que alabaron la operación militar, conocida como “Operación Martillo de Medianoche” (Midnight Hammer), como la llamaron Pete Hegseth, secretario de Defensa norteamericano, y el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, ofrecieron una rueda de prensa conjunta en el Pentágono para exponer los detalles del ataque. 

    Por otro lado, tanto demócratas como republicanos exigen una explicación del mandatario, ya que, según la Resolución de Poderes de Guerra de 1973, aprobada por Richard Nixon, antes de desplegar fuerzas armadas estadounidenses en el extranjero, el poder Ejecutivo tendría que consultarlo e informarlo al Congreso en un plazo de 48 horas máximo. Así, por ejemplo, Joaquín Castro, congresista demócrata de Texas, escribió en su cuenta de X “Con demasiada frecuencia los presidentes confunden los actos iniciales de guerra con la conclusión del conflicto en lugar de la apertura de una Caja de Pandora. Este parece ser el caso del presidente Trump hoy”. Además, Alexander Vindman, militar y ex director de Asuntos Europeos del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, declaró en sus redes sociales “Estamos en otra guerra en Oriente Medio. Reflexiono sobre lo fácil que es empezar una guerra, pero es difícil terminarla. Suele haber optimismo bélico, así que es improbable que termine con bombardeos hoy. Por último, me preocupa que el equipo de seguridad nacional de Trump sea quien dirige esta guerra”.  

    Tras los ataques sin precedentes de Estados Unidos a las instalaciones nucleares iraníes y que Israel desplegara la mayor acción militar en Medio Oriente, el mundo está a la expectativa de la respuesta de Irán y además del ataque con misiles balísticos de corto y medio alcance lanzados desde Irán a la base militar de Al Udeid en Qatar, una de las más importantes de Estados Unidos en Oriente Medio, Irán planteó la medida de cerrar el Estrecho de Ormuz. Se trata de un angosto canal, que, en su punto más estrecho, el cual separa a Omán de Irán por tan sólo 33 kilómetros. Según un artículo de BBC Mundo, alrededor de una quinta parte del mundial del petróleo pasa por aquel paso marítimo, que es un punto muy importante y estratégico en el mundo. Aparte, es una ruta comercial que conecta a los productores de crudo de Medio Oriente con mercados clave en la región Asia Pacífico, Europa y América del Norte. De manera que, Estados Unidos ha pedido a China evitar que Irán concrete esa amenaza. 

    “¿Dónde están los Vengadores cuando más se les necesita?” Fue una pregunta que encontré de la página Marvel Latin News a raíz de los acontecimientos ocurridos la noche del sábado pasado. A veces las historias y los cómics de superhéroes nos preparan mentalmente para resistir megalómanos en el poder. Así, por ejemplo, en la tercera temporada de la serie animada Justicia Joven, Lex Luthor, el mismo enemigo de Superman, llega a ocupar el cargo de Secretario General de las Naciones Unidas (ONU) y aprovecha su posición para utilizar su influencia para restringir las actividades de la Liga de la Justicia y manipular a las naciones en el mundo en su beneficio en favor de una organización de villanos que se llaman así mismo “La Luz”. 

    Ningún Superman, ningún Capitán América, ningún Batman o ninguna Mujer Maravilla vendrán, simplemente porque no existen. El mundo está expuesto a alguien como Donald Trump, que aprovecha su posición como presidente de la todavía nación más fuerte del planeta para utilizar su influencia para actuar en su propio beneficio, sin rendirle cuentas a nadie. Sin embargo, una grave crisis hegemónica se ve reflejada con el tema de las narrativas, en el que colapsaría su influencia y poder global, particularmente en el ámbito financiero y monetario. Esta crisis se ha manifestado en varios factores, como el aumento de la competencia de otras potencias económicas, como China; la erosión de la confianza en el liderazgo estadounidense; y la creciente resistencia a la hegemonía del dólar. Ante la ausencia de superhéroes, lo mejor que podemos hacer es agotar todas las opciones para la defensa de nuestra soberanía como nación. 

  • La oposición sigue igual: sin proyecto, sin pueblo y sin vergüenza

    La oposición sigue igual: sin proyecto, sin pueblo y sin vergüenza

    Después de las elecciones, todo sigue igual. La oposición en México, esa mezcla de intereses empresariales, nostalgias del pasado y oportunismo sin una verdadera ideología, parece no aprender nada. Ya han perdido por tercera vez consecutiva de forma clara, y su respuesta sigue siendo la misma: negar la realidad, encerrarse en su propia burbuja mediática y llamar ignorantes a todos aquellos que no votan como ellos quieren.

    No entienden, o no quieren entender, que el problema no es el INE, ni las “narrativas populistas”, ni el “clientelismo”, ni mucho menos una “dictadura”. El problema es que no tienen proyecto de nación. No tienen una propuesta real de futuro para las mayorías, no hablan de salario, de vivienda, de seguridad, de derechos. Hablan entre ellos, para ellos, desde los mismos foros, con los mismos voceros y con el mismo clasismo de siempre. En sus discursos, México empieza en Polanco y termina en San Pedro Garza García.

    Mientras tanto, los liderazgos de la oposición se reciclan una y otra vez en un espectáculo de decadencia política. Los mismos tipos que endeudaron al país, privatizando el agua, reprimiendo al pueblo o, directamente, vendiendo el patrimonio nacional, hoy se hacen llamar “defensores de la democracia”. La hipocresía no conoce límites, por ejemplo, cuando los que funcionaron en moratoria legislativa ahora exigen “equilibrio de poderes”. ¿Equilibrio de qué? Si siempre que tuvieron mayoría la usaron, ya fuera para proteger privilegios o para blindarse con impunidad.

    El Frente Amplio no fue más que una simulación: un parche ideológico que undió lo que nunca debió juntarse. PRI, PAN y PRD: los responsables del desastre que heredó este gobierno, hoy quieren erigirse como alternativa. Pero la gente no olvida. No olvidan la violencia, la corrupción, la pobreza, el abandono. No olvidan que no olvidan. No olvidan que cuando gobernaban, lo hacían para unos cuantos, y al resto le ofrecían promesas rotas y desprecio.

    Hoy la oposición se limita a impugnar, a judicializar la política, a llorar en medios internacionales. No hay autocrítica, no hay renovación, no hay calle. Siguen creyendo que un grupo de opinadores puede más que millones de votos. Siguen despreciando la conciencia popular, y eso les va a seguir costando derrotas.

    México vive un proceso profundo de transformación. ¿Perfecto? No. Pero sí respaldado por una mayoría que exige justicia, dignidad y un país para todos. Mientras la oposición siga igual, atrapada en su arrogancia, su desconexión y su clasismo, seguirá siendo eso: una nota al pie en la historia de un pueblo que ya despertó.

  • ¿Y para qué?

    ¿Y para qué?

    “Las guerras mienten. Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar ‘yo mato para robar’. Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de Dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia. Y si por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los grandes medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero”.

    Eduardo Galeano

    La guerra es una muerte que arrebata y persigue otra guerra y otra más, y es un estigma de la humanidad, esa “rebelión de esclavos”, decía Fernando Pessoa, el poeta que vivía en guerra consigo mismo: “Sea como sea, mejor sería no haber nacido, porque, de tan interesante que es en todos los momentos, la vida llega a doler, a marear, a cortar, a rozar, a crujir”.

    Venimos de una guerra y entramos en otra. Eso. Ayudemos a la muerte a hacer su tarea, que al fin y al cabo a veces ni trabajo le cuesta. La guerra no viene llegando: no se ha ido. Nunca. Y nos da cátedra del fracaso que somos; por culpa de los pecadores mueren los justos. Es la antiespecie, la anticivilización, la guerra. Todo lo mata, todo lo rompe y lo corrompe, todo lo destruye y solo deja un vacío insuperable y columnas rotas en antiguas ciudades. No se ha ido, siempre está con nosotros, por culpa del dinero, del poder, del fascismo, del supremacismo. 

    “Con nosotros no hay guerra”, pero sí… y es de baja intensidad: guerra del presidente-rey con los migrantes, del racismo y clasismo que a diario enfrentamos, que no podemos arrancarnos del alma, o la de los energúmenos que montan satélites, explotan cohetes y personas y sueltan mentiras en la televisión comercial, en la radio.

    La guerra con un pueblo o con un país, la guerra con una nación del Medio Oriente, la guerra de Estados Unidos y el sionismo israelí, la maldita guerra ahora ha matado la poesía.

    Tumbaron un edificio para liquidar a un científico nuclear y asesinaron a Parnia Abassi, la poeta veinteañera; mataron a su hermanito, a sus jóvenes padres y a un mundo de gente.

    Lapidaron la poesía.

    “Lloré por ambos
    por ti 
    y por mí

    soplas
    a las estrellas mis lágrimas

    en tu mundo 
    la libertad de la luz
    en el mío
    la persecución de las sombras 

    tú y yo llegaremos al fin
    en algún lugar 
    el poema más hermoso del mundo 
    enmudece”.

    Parnia, la poeta más hermosa del mundo, ha enmudecido y no lo soporto…

    La mataron el salvaje y el inmundo, esos gobiernos viles. Y ahora queda el polvo y el dolor y sus fotografías en las redes: Parnia enormes lentes redondos y sonrisa enigmática, Parnia sonriente frente a una lap y delante de los costales de café, Parnia pensativa y oyendo música, Parnia llena de flores, Parnia cabellos, Parnia sangre, Parnia en su cama y sus sábanas rosas, Parnia debajo de las duras rocas, Parnia estrella extinta. Parnia…

    Y apenas empieza la guerra.

    Una corona de flores para la poesía. Bien dice Pepe, el enorme uruguayo: somos animales tan inteligentes y tan estúpidos. No lo decía así, pero eso decía.

    La guerra, la mentirosa, la rabiosa, la raposa, la que no regresa porque nunca se fue, pero que siempre vuelve… ¡Y dale con que vuelve la guerra que no se ha ido!

    Una corona de flores por el genocidio en Gaza, con sus 55 mil muertos, la mayoría civiles, un fuerte aplauso para los gobiernos de Europa, de Canadá y Estados Unidos, y por la muerte de sus pueblos originarios.

    Estados Unidos tiene grabado en sus barras y estrellas el signo de la muerte. ¿Cuántos grupos indígenas quedan en Australia, en Sudáfrica, en Tasmania, en Gringolandia

    Con la bendición de la guerra, Estados Unidos se robó medio México, se robó Hawái, se robó Alaska.

    “El ser humano es más grande que la guerra” –dice Svetlana. Tal vez, pero esa joven poeta de sonrisa enigmática y lentes enormes y redondos, la de la laptop y los costales de café, la que no pudo ya “plañir el murmullo de la vida” y será “una estrella extinta en el cielo como humo”, ha muerto.

    ¿Y para qué? ¿Para qué?