Categoría: Pablo Ocampo

  • Las falsas esperanzas de la derecha

    Las falsas esperanzas de la derecha

    A través del tiempo, las diversas historias de la mitología griega nos han deleitado con sus moralejas a las problemáticas que atañen a la naturaleza del ser humano. Cronos, por ejemplo, nos cuenta del padre que se come a sus hijos antes la ambición de gobernar el universo que obtuvo, cuando él mismo traicionó a su progenitor. Al final del relato, los hijos junto a su madre conspiran contra él, para arrebatarle el poder y librarse de su mandato, no sin antes provocar rencor entre sus propios descendientes. De esta manera, el mismo Cronos se vuelve víctima de lo que causó con sus propios errores y ambición mientras gobernaba el universo y sucumbe ante un joven Zeus, que representa los vientos de cambio ante una realidad poco favorecedora para sí y los suyos.

    En días pasados, en el festejo de los veinte años de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL), presidida por el Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, se llevó a cabo, en el cierre de eventos, la ponencia de los expresidentes de México Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, José María Aznar por España y Sergio Moro (exministro de justicia) de Brasil.

    Durante aquella reunión, y como no podía ser de otra manera, los exmandatarios mexicanos arengaron contra el actual gobierno federal nacido de un triunfante movimiento de izquierda, que se ha compaginado con sus símiles por todo el continente americano. En su ponencia, Zedillo alzó la voz para alegar que en América Latina se tendrá otra década perdida, refiriéndose a un crecimiento mediocre en economía, políticas públicas equivocadas al momento de crear reformas y la vuelta al pasado en cuanto a actitudes e ideologías, que conllevan al fracaso de dicho movimiento.

    Calderón por su parte realizó una premonición alarmante y cual Nostradamus en sus mejores épocas vaticinó que, a más tardar en un mes, la democracia en México caerá. Los dos coincidieron en que los personajes populistas, es decir los líderes emanados del pueblo, que están más asociados y ligados a la gente y no a la élite de un país, utilizan la “democracia que ellos dejaron” para llegar al poder y desde ahí, destruirla.

    Calderón además pintó un México apocalíptico en el cual, existe sumisión de los otros poderes que conforman al Estado Mexicano; en otras palabras, sumisión de parte de los jueces que en repetidas ocasiones durante lo que va del sexenio, han parado importantes obras de trascendencia nacional, mediante el uso de amparos y suspensiones o bien las dos cámaras, de diputados y senadores, en donde, por ejemplo, se echó por tierra la reforma en materia energética que resultaba en la no dependencia de transnacionales extranjeras para el consumo de electricidad o hidrocarburos.

    Resulta curioso poder observar que, la derecha mundial cuenta consigo misma para provocarse lo más alucinados sueños húmedos cuando de “defender” lo que entienden por democracia, se trata. Realizan foros entre ellos, para escucharse a sí mismos tener la razón de acuerdo a su manera de pensar y en consecuencia, aplaudirse por haber tenido la grandiosa idea de autoinvitarse a dichos eventos, añorando las viejas glorias de que fueron integrantes y aplaudir sus logros para saquear los países que gobernaron mientras omiten mencionar, convenientemente, los reproches de los pueblos, a los cuales quieren volver a someter a la esclavitud de sus mandatos. Personas y realidad, por cierto, que desconocen.

    El también exconsejero de Iberdrola, mencionó a Carlos Loret, enalteciendo su oficio de presentador de noticias, que no periodista, a quien hizo mártir de este   gobierno, al que responsabilizó de su exilio a los Estados Unidos cuando Loret era el más prestigioso conductor de la cadena Televisa. Por supuesto, desde su trinchera conservadora, eludió mencionar que durante su participación como conductor en esa empresa, Loret fue junto con las autoridades, creador de telemontajes dirigidos por el entonces secretario de seguridad pública de Calderón, Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos por complicidad con el crimen organizado. Durante su intervención, al exmandatario michoacano se le notó por momentos fúrico, nervioso y también temeroso, detrás de su fachada de bravucón y provocador, la misma con la que comenzó una guerra contra el crimen organizado, de la que, a la fecha, seguimos viviendo sus consecuencias.

    La derecha mexicana, tal vez como en otros países, es sinónimo de corrupción, engaño, manipulación y saqueo de bienes; hacen libros que no leen, realizan protestas sin gente, escriben cosas que no piensan, se dicen liberales, pero buscan volver a los regímenes monárquicos y a la subyugación hacia las grandes potencias mundiales. Son falsos liberales que llegaron al poder marcados por el famoso “dedazo” o por fraudes electorales, defienden instituciones como el INE, antiguo IFE, al que no le ha quedado más remedio que ser demócrata cuando no ha tenido de otra.

    El mito de Cronos nos enseña que todo mandato llega a su fin, que por muy fuerte y poderoso que hayas sido, no serás capaz de mantener el poder eternamente, que el tiempo nada lo perdona. Uno escucha la perorata de dichos expresidentes y supuestos líderes de ultraderecha y lo único que demuestran es su avaricia, su ambición por volver a los fueros que los hicieron mandamases, los dirigentes del destino de millones a los que condenaron a la miseria y muerte. Si acaso de lo que no se han dado cuenta esos supuestos líderes es que, hace algunos años, las palabras que ahora emplean en sus discursos fueron vencidas y ellos condenados al ostracismo por la gente, por el tiempo, y por sus propias acciones.

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  • LA REALIDAD QUE NO COMPRENDEN

    LA REALIDAD QUE NO COMPRENDEN

    Hasta antes del 2006 y sobre todo cuando varios de los ahora lectores de este medio eran niños, ver al ejército en las calles era muy raro; de hecho, solo se podía presenciar un despliegue militar en toda su grandeza, cada 16 de septiembre, en la conmemoración de la independencia de México; donde además, se mezclaban el resto de corporaciones al servicio de la seguridad nacional e instituciones civiles para dicho acto. Fuera de tales galas, en las calles solo se veía a las policías estatales y/o municipales, a quienes se acudía en caso de ser necesario.

    También se contaba con la presencia de elementos de la SEDENA para efectos de apoyo en casos de desastres, con la implementación del famoso PLAN DNIIIE, en el cual, elementos castrenses acudían a una población afectada por huracanes, inundaciones, sismos y algún otro desastre natural. Es memorable la imagen de un miembro de dicha institución rompiendo en llanto, visiblemente desconsolado, mientras buscaba sobrevivientes en una escuela derrumbada en el sismo de septiembre de 2017 como parte del mencionado plan.

    No fue sino a partir del sanguinario sexenio del presidente Felipe Calderón, que dicha institución tomó las calles para “combatir” el crimen organizado y suceder funciones que le correspondían a los cuerpos policiacos locales. Craso error. Durante ese periodo de gobierno y el subsecuente, encabezado por Enrique Peña Nieto, las calles de las ciudades en casi todo el país se llenaron de un rojo sangre, producto de la infructuosa lucha armada contra los cárteles del crimen organizado, que tuvo como daño colateral a ciudadanos de a pie, pero también se dieron a conocer incontables casos de violaciones de derechos humanos llevadas a cabo por elementos de la Secretaria de la Defensa Nacional, a los que se adherirían actos del mismo tipo, propiciados por integrantes de la extinta Policía Federal. Tlatlaya, Tanhuato y Ayotzinapa, son solo algunos casos emblemáticos de violación de garantías  individuales y masacres que se dieron bajo el mando de los mencionados expresidentes.

    No está de más mencionar que desde su creación, la Policía Federal, por la que pasaron Luis Cárdenas Palomino y fue jefe Genaro García Luna, resultó complice de hechos atroces que hoy quedan como una herida abierta para quienes fueron víctimas directas o indirectas de tales acciones.

    Desde entonces y con un nuevo capitán en el timón, la seguridad nacional ha cambiado. Desde la cúpula del poder se dejaron de dar órdenes de reprimir a la población, se vela por salvaguardar el bienestar de los ciudadanos en coordinación con autoridades locales y se creó la Guardia Nacional, que absorbió a la Policía Federal, la cual contaba con escasos 40 mil elementos para la protección de todos los mexicanos.

    Hoy, con dichos cambios en puerta y a pesar de las voces en la derecha que gritan a los cuatro vientos, desesperadas, que se está militarizando al país (como si no lo hubiera estado en los últimos 12 años hasta antes de este sexenio), la ciudadanía ya no ve a las dependencias de seguridad federales como un enemigo más a combatir, reconoce que son solo algunos miembros y no toda una institución, quienes han cometido delitos y que estos a su vez, ya no quedan impunes y desde luego, el pueblo sabe, pese a que los comunicadores de los medios hegemónicos nos traten a todos como ignorantes, que la estancia del ejercito en las calles hasta 2028 es necesaria, mientras se termina de fortalecer a la GN y se capacita a sus elementos, que dicho sea de paso es de reconocer, cuenta con una aprobación del 70% entre la gente (https://www.elfinanciero.com.mx/monterrey/2022/10/05/gybram-vasquez-amlo-y-la-guardia-nacional/) y que por fin, se ve una luz al final del túnel en cuanto a materia de seguridad se refiere.

    Mientras tanto, no dejará de haber críticos a todo lo que el gobierno realice, Judas y fascistas vestidos de comentócratas que critiquen a otros Judas y empresarios cuyo motivo de vida continue siendo el de volver a saquear las arcas federales a expensas de un pueblo que moría de hambre, el mismo pueblo que hoy los confronta y rechaza en las plazas públicas, al tiempo que dichos analistas hacen TikToks y se victimizan preguntándose ¿y yo por qué?

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  • El valor de la independencia

    El valor de la independencia

    El 16 de septiembre se conmemora el 212 aniversario del grito de la independencia que diera pie al surgimiento de nuestra nación. Durante el hecho histórico que originó el movimiento independentista, el cura Hidalgo, que representaba al pueblo humilde de la entonces colonia española, a la postre sería hecho preso por su pensamiento subversivo, excomulgado y asesinado; siendo además humillado al ser exhibida su cabeza en la plaza principal de Guanajuato, durante un periodo de 10 años.

    La gesta, por demás heroica, se llena de relevancia en nuestros días cuando está por cumplirse una semana del fallecimiento, en otros confines geográficos, de la reina de Inglaterra, quien sustentó dicho cargo por más de 70 años.

    Es increíble que, a más de 2 siglos de iniciado y concluido dicho movimiento que diera origen a nuestro México, en estos días permanezca un pensamiento colonialista, que empuja a quien lo posee a anhelar pertenecer a una institución tan carente de sentido en la actualidad, como un reinado; con personas que aún hoy se piensan tocados y ordenados por Dios, para cumplir con su mandato, mientras otros más, les hacen honores como si aquello fuera cierto. Lo más inverosímil es pensar que esta idea de pertenencia, traspase fronteras hasta nuestro territorio y exista personas que añoran ser súbditos de una monarquía como la inglesa y lloran el deceso de un personaje histórico tan polémico (por decir lo menos), como la extinta Isabel II y a su vez, se regocijan con el nombramiento al trono de su sucesor y no menos polémico hijo, el ahora Rey Carlos III.

    Con una historia tan rica y basta como la mexicana, de lucha por las garantías individuales y cargada de afrentas con el fin de tomar control de nuestros recursos, surge la pregunta sobre por qué una persona (o un grupo de ellas), buscarían volver al castigo de llamarse “súbditos” en pleno siglo XXI, ¿quién pretende hacernos creer que es mejor vivir arrodillado ante un monarca que nada ha ganado y nada le ha costado, que vivir con la frente en alto para salir adelante? No debemos olvidar que la monarquía inglesa tiene un pasado oscuro, marcado por el saqueo hacia los países africanos y el esclavismo de su gente. 

    Si algo nos ha enseñado la historia es que, quien no aprende de sus errores está condenado a repetirlos y los que ahora buscan formar parte de un reinado extranjero o extrapolarlo hacia nuestras fronteras, son los mismos que se sintieron cómodos replicando dichos actos de vejación y represión contra su propio pueblo, los que han vivido como reyes sin serlo, a expensas de la marginación de personas a las que condenaron a vivir en la miseria. Los antipatriotas.

    Ea pues, festejemos la independencia nosotros, los mexicanos de a pie, los que no olvidamos nuestras raíces, los que sabemos el costo de luchar por un trabajo que hasta hace poco era a todas luces mal remunerado y representaba la esclavitud moderna; los que como el cura Hidalgo hace más de 200 años, nos cansamos de ser víctimas bajo el yugo de unos cuantos, para comenzar a dirigir nuestro destino. A los otros, a los que se pensaron reyes y se descubrieron súbditos, feliz nuevo reinado.

    Nosotros gritaremos independencia y que siempre viva México.

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  • LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO SE TOCA

    LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO SE TOCA

    Nos encontramos en el mes patrio, momento del año en que se conmemora el inicio de la independencia; hecho que comenzó la madrugada del 16 de septiembre de 1810. En ese acto histórico, Hidalgo incita al pueblo de Dolores a rebelarse contra el yugo español para dejar de ser un virreinato y así, conformar un país libre y soberano que con el paso del tiempo y el triunfo del movimiento insurgente, sería llamado México.

    Como en aquellos tiempos convulsos, en que existieron traiciones a la causa independentista, que ralentizaron la transición hacia la nueva realidad plasmada en los posteriores tratados y constituciones de la república incipiente, existen en nuestros días, personajes y agrupaciones decididas a detener, a como dé lugar, los cambio en favor de los más necesitados. Las herramientas de las que se valen dichas personas, no son otras que el uso de favores y acciones leguleyas, en la mayoría de las ocasiones, con el involucramiento de fuertes sumas de dinero, para disminuir el impacto y alcance de las obras que ayudan a transformar la vida pública del país.

    De entre esas acciones, una de las más deleznables ha sido la injerencia del INE para coartar la libertar de expresión que ejercen en sus redes sociales PERSONALES, varios ciudadanos afines al movimiento de la 4T que inició el presidente Andrés Manuel López Obrador.

    Si bien, el hecho histórico al que hacía referencia al principio del texto, tuvo lugar hace más de 200 años, al parecer en la mencionada institución electoral, existen quienes creen que forman parte de un virreinato. Se creen más poder que el poder, cuando acotan ya no solo las palabras o los actos que pueden llevar a cabo altos mando de la política, sino que ahora pretenden, -en un alarde de soberbia y desprecio por el pueblo-, censurar mediante el uso de argucias legales, la opinión que cada persona tiene para ejercer, como parte de sus derechos humanos universales.

    A los señores consejeros del INE se les olvida que, la libertad de expresión ¡NO SE TOCA!, pero también parece inverosímil que desde las trincheras del conservadurismo rancio, que está haciendo todo lo posible por detener ese cambio mencionado con anterioridad y del que son aliados en ideología política quienes mandan en el repudiado instituto de pensamiento virreinal, se denuncia una dictadura que no existe, por parte del presidente de México, pero callen como momias las tropelías de los representantes blanquiazules y tricolores. ¿Será acaso que les gana su amor por el dinero antes que a la patria?, ¿será que les gana su obsesión de poder antes que respetar los derechos de todos?, ¿será acaso que no les importa más lo que piense la gente, con tal de recuperar sus privilegios?

    Lo cierto es que nos encontramos en los albores de una batalla, que no tiene solo 4 años (casi), y que enarbola el esfuerzo de contar, no solo con democracia para elegir a quienes queremos que nos representen, sino que además exigimos que quienes así lo hagan, nos gobiernen bien; tampoco debe sorprendernos la lucha contra los antipatriotas, que se hacen pasar por personas de buena familia, rectos y elegantes, que emplean la verdadera censura contra las ideas y cuestionamientos que los afectan y que evidencian su complicidad y asociación con líderes conservadores, que al día de hoy son repudiados por actos deshonestos que buscan perpetuarse en el poder y mantener sus privilegios.

    Lo de ellos es preservar un carácter virreinal en el medio de la transformación de un país al que no aman, mientras atacan a un pueblo que prefieren callado y sumiso. ¿Tú, qué piensas?

  • Golpistas

    Golpistas

    Desde que aparecieron en la vida pública del país las conferencias mañaneras del presidente, han sido cuestionadas en un sinfín de oportunidades, desdeñadas y hechas trizas por las mentes intelectuales y otrora célebres de los comentócratas de derecha, ocultos en la neutralidad que les brindaba el velo del respeto mediático de los foros de televisión.

    Sin embargo, no hay mejor prueba de la importancia de este ejercicio de comunicación política y social, que las calumnias, mentiras o tergiversaciones, de que han sido objeto todos los esfuerzos de la llamada “cuarta transformación”, por resarcir el daño hecho hacia las comunidades más pobres, durante décadas de abandono institucional por parte de quienes hoy se forman en la línea de fusilamiento, para lanzar sus ofensas mediáticas.

    El último ejemplo y de los más deleznables que han tenido lugar hasta el momento, se dejó ver cuando en días recientes, en distintos estados de la república -y curiosamente, todos de oposición-, tuvieron lugar ataques hacía la población perpetrados por comandos armados, quienes parecieron tener como indicación, atacar a personas indefensas sin aparente provocación.

    Ante estos hechos, los fusiles golpistas conservadores, en manos de sus periodistas y lectores de noticias; no hicieron más que propagar el miedo entre la población, dejando entrever -además-, que dichos ataques han sido una estrategia utilizada por el gobierno, para atacar y hacer ver que es necesaria la incorporación de las fuerzas armadas al combate al crimen organizado, esto último en franca alusión a la “incorporación” de la Guardia Nacional a la SEDENA. En cascada, la redes sociales se llenaron de mensajes insinuando que dicho movimiento logístico sería militarizar al país.

    Ante sendas muestras de cinismo de la oposición me pregunto, ¿no fueron ellos, la oposición, quienes tenían ya militarizado al país desde el gobierno genocida de Felipe Calderón?, ¿no fueron normales escenas ver carros artillados transitando por las principales calles de todos los estados del país, ante la amenaza de violencia por parte de cárteles del crimen organizado?, ¿se les olvida que operaron al margen de la ley para utilizar a militares en funciones que no les correspondían, mientras abandonaron a su suerte a una institución como la Policía Federal, quien carecía de recursos y elementos para el cumplimiento de sus funciones?, ¿no fue durante el mando de los gobiernos PRIANISTAS que la militarización significó uno de los pasados recientes más negros para las fuerzas armadas, al haber sido señaladas de actos de tortura y desaparición como el caso de los normalistas de Ayotzinapa?

    Sin lugar a dudas es evidente que estamos lejos de alcanzar cifras deseables en la reducción de las estadísticas de criminalidad; es obvio que tratándose de la integridad de nuestros seres queridos, todos queremos vivir en un país libre de violencia; pero los empeños de la derecha mexicana por hacernos creer que todas las desgracias son culpa del actual gobierno, que estábamos mejor con ellos, que tienen la clave para solucionar los conflictos en los que ellos nos metieron a todos en principio de cuentas; no son más que las bien definidas “patadas de ahogado” ante una eventual derrota en los estados donde aún son gobierno, donde todavía mantienen subyugado al pueblo a sus malos manejos, donde todavía controlan a la prensa para que realicen actos de proselitismo a su favor, convencidos de que en términos de concienciación social e impacto informativo, todavía pueden engañar a un pueblo cada día más politizado.

    Así que podrán ir y venir más periodistas y falsarios a crear sueños húmedos para la derecha, intelectuales orgánicos dedicados a llenarse los bolsillos sin convencer a nadie de sus falsos silogismos, mandar oficios a organizaciones internacionales acusando un estado  rebosante de violencia que nos heredaron o cartas jurásicas de Porfirio; todos en la derecha están condenados a ser piezas de museo -o de alcantarilla-, ante el surgimiento de los movimientos de izquierda que se fortalecen en el continente, que se generan por un pueblo más unido. Mientras los conservadores mienten, las conferencias mañaneras cobran más fuerza; mientras ellos fingen, cada vez más gente les da la espalda; mientras calumnian, son más repudiados; mientras ellos más se aferran al poder, un pueblo más democratizado, se los quita.

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  • Hacia una mejor experiencia política

    Hacia una mejor experiencia política

    Si algo nos quedó claro a quienes hemos sido testigo de los procesos electorales en México en este nuevo milenio, es que resulta inadmisible que dichos procesos estén tan faltos de transparencia, como en los mejores momentos del antiguo priísmo. Los ejemplos más recientes los tenemos con las contiendas presidenciales de 2006 y 2012 en las que todo un aparato de estado, en complicidad con el entonces IFE, se encargaron de validar sendos fraudes electorales o bien, como nos cuenta la historia, los procedimientos ocurridos entre 1988 y 2000, en donde ya se tenía acordado quién sería el sucesor del anterior presidente (nefastos, en los dos casos), y ya ni qué decir de las votaciones que se celebran en cada entidad federativa, en las que el mandamás del lugar, aún en nuestros días y primordialmente en estados gobernados por la oposición; copia el modelo del dedazo y de paso, controlar la cámara de diputados local.

    Si bien en las recientes elecciones internas del partido Morena, que lidera encuestas en Estado de México y elecciones presidenciales de 2024, existió calma y se desarrollaron tranquilamente; en un puñado de locaciones se dejó ver lo peor de las antiguas prácticas de acarreo de votos, en donde se dice, las personas llevaban “papelitos” con los nombres de los consejeros a ser votados.

    Aunque esta práctica no fue generalizada, a pesar de que la prensa conservadora realizó una andanada de ataques contra Morena y su proceso interno para hacer creer que así fue, lo cierto es que existen puntos preocupantes que me gustaría tocar.

    En primer lugar, parece que para algunas candidaturas, la dirigencia del partido a nivel nacional, prefiere hacer una invitación a políticos de larga trayectoria prianista, opositora al propio partido, en lugar de fortalecer a posibles candidatos internos que aunque no tengan un nombre por sí mismos, lo generen mediante el trabajo con la gente. La premisa es muy simple, si se ha realizado un buen trabajo desde abajo, con las personas que más necesitan, pueden estar seguros de que no se necesitan apellidos de abolengo político, para ganar elecciones.

    Aunque esto no corresponde completamente a Morena ni es responsabilidad de un solo partido, se debe propiciar y priorizar una reunificación de izquierda, en las que ni los egos, orgullo o los planes propios sean más grandes que las ganas de continuar con los programas de apoyo a los más pobres para seguir en el proceso de sacar adelante al país. Todos (o por lo menos la mayoría) entienden que hoy en día las alianzas son necesarias para lograr un triunfo político y continuar con el trabajo hasta ahora realizado, pero se debe lograr a través de buenas alianzas y no solo de conveniencias políticas. 

    El mejor ejemplo de ello es el de la alianza con el Partido Verde, el cual hasta antes de las elecciones presidenciales de 2018, había ido en coalición con candidatos de la ahora oposición y que seguramente, cuando vea flaquear al partido del que se cuelga en las esferas de poder, buscará mejores opciones para conservar sus privilegios. Palabras más, palabras menos, el diputado federal Gerardo Fernández Noroña lo tiene claro: “es amor sincero, mientras convenga a sus intereses estarán con el movimiento, cuando deje de ser así, buscarán otros aires”. ¿Por qué no, en lugar de buscar coaliciones con partidos oportunistas, sentar bases y precedentes para unificar a las izquierdas y hacer limpia de ideologías, contrarias a las que se erigieron con el movimiento?

    Finalmente, tanto Mario Delgado, como cada uno de los candidatos a lo largo y ancho del país, deberían separar sus nombres, logros y objetivos, de la figura presidencial, de cara a las próximas elecciones; pues mientras el presidente tiene una agenda de trabajo basada en los compromisos hechos con el pueblo, todos los demás parecen haber comprendido que el uso del nombre, la imagen o un discurso similar al de Andrés Manuel López Obrador, es el fuerte as bajo la manga que los lleve a ganar una contienda política, haciendo dudar así, de sus verdaderas convicciones y ganas de trabajo. Ahí está el exgobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien una vez sentado en la silla, fomentó política pública contraria al partido que le dio la candidatura y salió por la puerta de atrás del gobierno estatal.

    A menos de 2 años del llamado a las urnas de 2024, nosotros los ciudadanos y partidarios de la continuidad en el trabajo que ha desempeñado el actual mandatario y su gabinete presidencial, debemos exigir a las dirigencias de los partidos que se haga valer la voz del pueblo que llevó de la mano el triunfo de AMLO y los nuevos gobiernos de alternancia que ahora son mayoría en comparación a los que tenía la izquierda antes de 2018 y además, dichas dirigencias deben tener presente, como frase indeleble la que se ha convertido en máxima de la actualidad política que la derecha no termina de entender: “tonto es el que piensa que el pueblo es tonto”.

  • EL PRECIO DE DAR NOTICIAS

    EL PRECIO DE DAR NOTICIAS

    A principios de año, en una coordinación pocas veces vista, se unieron los grupos del poder político-económico más representativos de la derecha mexicana, junto a sus voceros en los medios, para clamar que “todos eran Loret”, en defensa de Carlos Loret de Mola y ante las revelaciones que el presidente había hecho sobre la ostentosa posesión de bienes inmuebles que ese personaje ha acumulado, y que no se explican de otra manera que bajo la colaboración con los antiguos regímenes de poder que gobernaron el país. 

    En dicha ocasión se llegaron a juntar en un “space” de la red social Twitter, y de manera sospechosa, la nada despreciable cifra de mas de 100 mil cuentas para apoyar al exconductor de Televisa, de las que luego se sabría, en su mayoría, eran falsas y creadas sólo para dicho fin. El aparente apoyo con el etiquetado (“hashtag”,  en inglés) mencionado, también fue empleado por algunos miembros del periodismo de a pie, esos que difícilmente podrían llegar a ser Loret, si de posesiones y sueldo neto se tratara, pero que son afines en el odio que emanan hacia las políticas de la 4T y del propio presidente.

    En lo que va del presente año, han sido asesinados 12 comunicadores, a pesar de que algunos de ellos se encontraban bajo el resguardo del mecanismo para protección de periodistas; sin embargo, muchos han encontrado poco eficaz su implementación. Uno de los problemas que resultan determinantes a la hora de defenderlos, mientras se encuentran en el desempeño de su trabajo, es que las personas que investigan por diversos delitos, son en algunos casos, las mismas autoridades que deberían salvaguardar su integridad. 

    A principios de año, la periodista Lourdes Maldonado, quien había ganado un juicio laboral contra una televisora propiedad del exgobernador de Baja California Jaime Bonilla, a quien ella responsabilizaba por su integridad, fue ultimada en su domicilio de manera sospechosa, dejando hasta el momento a varias personas detenidas por su homicidio. El último deceso de que se ha tenido noticia fue el del periodista Antonio de la Cruz, en el estado de Tamaulipas, quien iba acompañado de su hija de 23 años, que fallecería horas después que su padre, a consecuencia de las heridas por arma de fuego producidas durante la agresión. En los dos casos, como en muchos más, el punto coincidente es la crítica hacia los gobiernos, ya sean locales o estatales que hacían durante su labor de investigación periodística.

    La diferencia entre los 12 casos y el #todossomosloret, es que los lectores de noticias de los grandes medios de información que apoyaron al comunicador radicado en los Estados Unidos, no han mostrado empatía con los periodistas asesinados y apenas los han tomado como carne de cañón para golpear de manera sistemática al gobierno federal que, vale la pena decir, ha perseguido a los responsables a diferencia de lo que ocurría en años anteriores.

    Todo esto sale a colación a propósito del último audio revelado del dirigente nacional del PRI en el que hace constar que es “brother” de presentadores de peso como Carlos Marín o Ciro Gómez Leyva y de emplear también a Joaquín López-Dóriga. En dicho audio, el propio político da fe de la manera en que los personajes mencionados, son empleados para acomodar notas a modo, a favor del presidente del tricolor y para golpear a sus adversarios o quienes intenten difundir noticias en su contra. Si bien, dicha estrategia era un secreto a voces entre las personas, escuchar de viva voz, de uno de los dirigentes de la oposición semejantes declaraciones, no hace sino corroborar que tanto empresas informativas como sus comunicadores, han servido para realizar funciones del golpeteo mediático con el fin de incrementar sus ingresos, sin importarles que la pacificación de todo un país estuviera en juego, pues quienes les pagaban también sumieron en una crisis de inseguridad a la gente y se encargaron de acallar a sus críticos más férreos, ya fuera a punta de pistola o del bolígrafo.

    Esperemos que con las últimas revelaciones del presidente nacional del PRI, Alito Moreno, de atacar sin escrúpulos a sus críticos, se haga que evidente que no podemos seguir sosteniendo una clase política carroñera, insidiosa y violenta, como la derecha mexicana, que solo le interesa acumular dinero mal habido; pero tampoco nos podemos dar el lujo de seguir con los ojos cerrados ante las mentiras de periodistas y medios hegemónicos frente a la realidad que vivimos cada día, mientras ellos viven en sus respectivas burbujas de cristal, ubicadas en México o en el extranjero. La opción es nuestra, consumidores noticias, para abrir los ojos o seguir viviendo en una ilusión.

    ¿Usted qué haría?

  • Recobrando el orgullo nacional

    Recobrando el orgullo nacional

    A lo largo del tiempo, muchas generaciones de mexicanos han sido testigos del actuar de los mandatarios nacionales, cuando se encuentran frente a frente con sus homólogos estadunidenses. Por décadas, el trato dado a los presidentes del país del norte ha sido, en pocas palabras, de sumisión. Ya fuera porque el que ocupaba la silla presidencial de nuestro lado no supiera qué hacer en el encargo, o bien, buscara obtener respaldo ante su falta de legitimidad, después de llegar al poder con importantes reclamos de fraude a sus espaldas; lo cierto es que el actuar en términos generales fue de entreguismo; se les miraba hacia arriba, como el niño pequeño que busca aceptación del padre y en su lugar sabe que recibirá un castigo.

    La soberanía nacional se ofreció al grado de aceptar que miembros de inteligencia norteamericana, actuaran en nuestro lado de la frontera como parte de la Iniciativa Mérida, para combatir al crimen organizado proveniente de centro y sudamérica con dirección a Estados Unidos y a través de nuestro territorio, pero  en el fondo, dejando pasar miles de armas, de manera ilegal.

    Como parte de la agenda que llevó el presidente Andrés Manuel López Obrador a su gira internacional para compartir ideas con Joseph Biden, puso sobre la mesa cinco puntos básicos de cooperación:

    • Envío de petróleo crudo y combustóleo de exportación en 72%, equivalente a 800 mil barriles diarios, a los Estados Unidos. Además de otorgar permiso para que ciudadanos norteamericanos carguen gasolina en México, donde el galón promedio cuesta $3.12 dólares en comparación de los $4.78 en la zona norte de la frontera.
    • La disposición de mil kilómetros de gasoductos desde Texas a Nuevo México, Arizona y California para generar 750 megawatts y abastecer a 3 millones de personas.
    • Suspender aranceles para aminorar los precios de alimentos y otros bienes en los dos países y preservar la salud y el medio ambiente.
    • Generar un plan de inversión pública y privada para fortalecer ambos mercados y evitar importaciones innecesarias de otras regiones. Como ejemplo, se pretende crear junto a inversionistas estadunidenses, plantas de licuefacción de gas, fertilizantes y el impulso de parques solares en estados fronterizos, que ayuden además, a la importación hacia estados vecinos como Texas, Nuevo México, Arizona y California.
    • Ordenar el flujo migratorio para recibir a personal capacitado de México y Centroamérica en Estados Unidos con la implementación de visas temporales.

    Sin lugar a dudas y después de muchos años de servilismo de parte de los presidentes mexicanos, parece existir la oportunidad real de tener una cooperación que favorezca a los dos países. Las decisiones que nazcan producto del encuentro entre los dos mandatarios, puede aliviar por un lado, las presiones sociales que se incrementan cada día por la crisis generada a raíz de la guerra en Ucrania, factor importante en la decisión de los votantes de cara a las próximas elecciones presidenciales, en las que Biden carga con el descontento de los demócratas; y por el otro, liberarnos de la dependencia económica del país del norte y las posibles represalias incluidas con ella, de acuerdo al contentillo político del gobernante estadunidense en turno, consolidando proyectos imprescindibles para fortalecer la soberanía mexicana.

    La tarea aún se antoja difícil, en tanto se requiera de voluntades políticas ajenas a nuestro territorio, pero es indiscutible que resulta más fácil alcanzar nuestras metas de progreso social, caminando al lado de nuestros aliados estratégicos, que arrodillados frente a ellos.

  • El obsceno uso del poder

    El obsceno uso del poder

    Del actuar de los distintos dirigentes políticos en México, se ha especulado mucho a lo largo del tiempo. En su mayoría, se sospecha de una persona cuando consigue un cargo público que involucra el manejo de mucho dinero y por desgracia, han sido pocas las ocasiones en que se consiguen los medios audiovisuales para escuchar o ver si lo que imaginamos es real o no. De entre todos los personajes que se mueven en esta esfera, sin duda, el que ha salido más perjudicado a últimas fechas es el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, a quien la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, le ha expuesto varias grabaciones de voz que demuestran, con lujo de obscenidades, la corrupción con la que se maneja el presidente del partido tricolor.

    Haciendo un recuento de los audios que se han presentado, se puede dar fe de las charlas mantenidas con su cirujano plástico, a quien invita con descaro a viajar en su avión y a quedarse en un departamento, sin preocupaciones para el médico y sus invitados; o la vez que se escucha, se le darán a Solá (publicista) 2.5 (millones) en dólares más otros 2.5 después; y la ya famosa frase que soltó: “A los periodistas no hay que matarlos a balazos, hay que matarlos de hambre”.

    Es curioso que un hombre al que se ha comprobado mediante estos audios, una estela de corrupción, valiéndose del cargo de presidente de un partido conservador, tenga el descaro y la desfachatez de interpelar al gobierno federal su manera de actuar, de hacer gobierno; siempre buscando levantar ámpula, creando controversia mediante  ejemplos que, se sabe, son falsos (ej., cancelar y mover a otra ubicación el aeropuerto de Texcoco, al que algunos todavía lloran, costó más que el plan original de dejarlo en dicho lugar).

    Vale la pena recordar que, bajo la administración del presidente López Obrador, se han concretado obras como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco; la compra de la refinería Deer Park ubicada en Texas, Estados Unidos y de la que, por cierto, en solo 6 meses se terminó de pagar su costo con las ganancias que se obtuvo en ese tiempo, a pesar de que medios de comunicación hegemónicos la consideraban “chatarra”; o el polémico Tren Maya , son claros ejemplos de que, cuando se realiza un trabajo pensado primero para ayudar a los más pobres, como queda constancia en los estados del sur, que han sido históricamente los más abandonados del país; y no pensando en incrementar la cuenta bancaria personal, ni los bienes propios utilizando prestanombres, los proyectos salen adelante.

    Del dirigente del Partido Revolucionario Institucional, se ha sabido que ha beneficiado a sus familiares, ha lavado dinero vendiendo terrenos que compró a precios risibles, utilizado a su partido para extorsionar a empresarios sin importar si son hijos de vecina o de apellidos rimbombantes; que tiene una mansión digna, como no podía ser de otra manera, de un líder del crimen organizado y que esta semana huyò a Europa, según dijo, para denunciar ante organismos internacionales, los delitos por los que bien podría estar pagando él a su regreso, si es que así lo hace.

    Lo cierto es que, durante semanas, exdirigentes de su partido y aliados económicos y políticos, han pedido la renuncia de Alejandro Moreno Cárdenas, quien después de los últimos audios y el video de su residencia, por fin podría tener el tiempo contado y con algún reemplazo en puerta, si es que decide autoexiliarse, ya que al parecer, líderes de PAN, MC y el alicaído PRD, así como empresarios, por fin, lo han dejalo a su suerte; una lástima, considerando que “Alito” ha sido el hombre de peso, orquestando con rotundo éxito, la debacle priísta a nivel nacional y que aún faltan las elecciones de 2023 y 2024 para condenar a la extinción a su partido y las esperanzas de sus aliados, de regresar al poder.

  • El odio que los mueve

    El odio que los mueve

    Su vocación, sin duda, es llevar la contraria a todo lo que el presidente comenta, informa o convierte en realidad a través de programas encaminados a ayudar a los más pobres, que han sido víctimas de abandono institucional por décadas, producto de malos gobiernos. Sus gobiernos.

    No hay nada que le cause más placer a la oposición, que ver que alguna estrategia para combatir los problemas que dejaron ellos mismos, corra el riesgo del fracaso y se jactan, además, de que en sus sexenios, dichos desaciertos no ocurrían, pese a que fueron responsables de la toma de decisiones, que afectaron a millones de personas a través de una pobreza sistémica o un combate mal planteado contra las estructuras criminales, que potenció la muerte de cientos de miles a lo largo del país, entre otros males.

    Sus seguidores, que saben de estos problemas pero en pocas ocasiones los han sufrido en persona, tienen el cinismo de afirmar que “antes estábamos mejor”, solo porque muchos de ellos se veían beneficiados bajo la dirección del viejo y corrupto régimen, de tener al compadre, amigo, hermano o conocido, metiendo las manos en el dinero público y recibiendo toda clase de favores de ellos. Al resto de quienes les siguen el juego de llevar la contraria, entre rencor e indignación por tener un gobierno de alternancia, les han hecho pensar que eran beneficiarios en igual proporción, de las dádivas obtenidas al margen de la ley, aunque sobre los hechos, formaron parte de los mismos infortunios a los que sometieron a la mayoría.

    Al perder en muchos de los casos, los privilegios con los que vivieron y amasaron grandes fortunas, comenzaron a generar un odio enfermizo a todo lo que sonara, oliera o hiciera referencia al cambio de timón en las decisiones políticas de México. “Cuarta Transformación”, “AIFA”, “Dos Bocas”, “AMLO”, “Abrazos, no balazos”, son solo algunos ejemplos de los objetivos hacia los que han dirigido sus ataques, pues representan al gobierno, al presidente y sus seguidores, que no son otros que el mismo pueblo al que relegaron al abandono y sometieron a una pobreza que alcanzó a generaciones de mexicanos.

    Sus complejos de superioridad moral y racial, les ha hecho pensar que por factores como el tono de piel o la marca del auto que conducen, son mejores ciudadanos que el resto, pero también, desde que se convirtieron en oposición, han dejado ver su lado más vil y deleznable, dirigiendo sus ataques a personajes no tan públicos de este movimiento, el último de ellos, realizado en contra del menor de los hijos del presidente López Obrador, por su sobrepeso, como hicieron en el pasado con el propio mandatario, sus otros hijos y hasta con una senadora de Morena quien, vale la pena recordar, fue víctima de un atentado contra su integridad,al interior de las instalaciones del senado mexicano y que políticos de PRI, PAN y sus seguidores, aprovecharon para hacer mofa y desear la muerte.

    Pero, ¿qué tan enferma de odio debe estar esa parte de la población económicamente más holgada, que les lleva a enfocar lo peor de su ser contra la persona de un niño que bien podría tratarse de su propio hijo?, ¿Qué hace que un adulto completamente racional, incube dentro de sí una semilla tan podrida que lleve a desear la muerte de otro ser humano, como hicieron cuando el presidente enfermó de COVID?, ¿Por qué creen siquiera que atacar el sobrepeso de un chico, menor de edad, con posibles inseguridades y complejos como los hemos tenido todos con 15 años, es digno de una carcajada, reconocimiento o un motivo de orgullo por la astucia de hacer menos al otro, pasando por encima de sus garantías individuales?

    Esos mismos hombres y mujeres, en pleno uso de facultades, que se piensan superiores moralmente y con derecho de opinar sobre lo que una mujer puede o debe hacer con su cuerpo, que condenan la unión entre parejas del mismo sexo por estar fuera del mandato de Dios, sea este cual fuere, que creen que pueden decidir el rumbo en la vida de las personas, solo porque tienen más ingresos y su riqueza guardada en cuentas bancarias; son los mismos que denigran, acosan, insultan y violentan a quienes ven como sus rivales políticos sin importar edad, género o condición social, solo por sentirse con el privilegio y hasta la obligación de hacerlo.

    Teniendo esto en cuenta y las recientes declaraciones del presidente nacional del PRI, en referencia a dotar de armas a las familias para que se defiendan del crimen organizado, deja ver que la oposición mexicana en realidad, solo quiere ver caos en las calles, sin importar quien sea el perjudicado, con la finalidad de que los lleve de vuelta al poder que perdieron en 2018 y que han visto más disminuido con cada elección, pues su vocación es acumular riqueza, valiéndose del exacerbamiento del odio que engendran entre sus adeptos, a quienes solo ven como carne de cañón para alcanzar sus fines, mientras sacan del olvido a un cartucho quemado que pueda levantar su alicaída reputación. Los niños, mientras no sean de su mismo estrato social, no les importan. Nunca lo hicieron.