Categoría: Pablo Ocampo

  • Campaña aquí, campaña allá

    Campaña aquí, campaña allá

    Cuando acudimos al cine, casi de manera automática y sin pedirlo, se nos somete a una abrumadora cantidad de pautas publicitarias, en donde el mensaje principal es el poderío armamentístico de los Estados Unidos. No es coincidencia que se dé este fenómeno. Los llamados “blockbusters” o estrenos taquilleros, invariablemente contienen en sus escenas, alguna en donde una fuerza armada gringa hace uso de todos sus recursos y poder.

    Es así como, desde hace décadas, a través de lo que alguna vez fue conocido como “celuloide”, se le ha impuesto al mundo la idea de que nuestros vecinos del norte son: 1º, indestructibles  y 2º, sus actos siempre están guiados por la moralidad y las buenas maneras, que los malos lo son porque no las siguen y ellos son muy buenos porque actúan bajo un código de ética. Desde luego, la realidad al dejar la salas de cine es muy distinta. 

    Está bien documentada la historia de nuestra América latina, en la cual, los golpes de estado a países hermanos llevan el sello de calidad de las barras y las estrellas. Los de Allende en Chile o Evo Morales en Bolivia (https://www.jornada.com.mx/2019/11/16/politica/014e1pol) son solo un par de ejemplos de la hipocresía con la que se mueven en el terreno internacional los líderes estadunidenses.

    En territorio nacional fue denunciado en la conferencia del presidente López Obrador que Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, “asociación civil” de Claudio X. González  era financiada desde el extranjero por el gobierno de los Estados Unidos (https://contralinea.com.mx/interno/semana/gobierno-de-eu-financia-25-7-millones-de-pesos-a-mexicanos-contra-la-corrupcion/) y es aquí donde entra el siguiente personaje en la trama.

    En nuestro país y en de la frontera norte, se disputan dos batallas para ganar una guerra que tiene como propósito a un mismo objetivo: el pueblo. Y es que, tanto para el gobierno ajeno como para los dirigentes de la oposición en México, poco importa la gente más pobre y sus necesidades. Por un lado, están las personas de más bajos recursos, a quienes se les pretendía despojar de los que ahora son los programas pivote de este gobierno, fundamentales en el cambio de la política pública que se tenía hasta apenas menos de 6 años; por otra parte, políticos conservadores que con hipocresía dicen estar a favor de la gente, del pueblo y sus necesidades, pero en la última votación para aprobar la reforma en pensiones, por poner un ejemplo, votaron todos ellos, repetimos, políticos conservadores del PRIAN, en CONTRA.

    Del otro lado, políticos que “se paran el cuello” cuando se toman la foto, repudian a nuestros connacionales, migrantes en busca de un mejor porvenir, que llevan años viviendo en Estados Unidos, los utilizan para los empleos más bajos, negándoles una vida más justa por su labor, al posponer leyes que les protejan y solo los ven como carne de cañón cuando existen campañas electorales. Ahí sí, republicanos y demócratas los buscan, unos para condenarlos y otros para cubrir las apariencias, sin que en realidad les importen un ápice.

    De lado y lado, campaña aquí y campaña allá, solo se les usa de parte de personajes conservadores para los procesos electorales, se les endulza la voz, en una parte con leyes pro migrantes y en otra, con programas sociales que, en ninguno de los dos casos, piensan cumplir.

    En casa o afuera, el eje rector del actuar de los políticos conservadores, es la hipocresía, con ella se manejan, respiran, se mueven y reptan, dinosáuricos como sus viejas leyes y costumbres, que les impide mirar en el horizonte, al meteoro de las redes sociales que hasta ahora ha dado paso a un nuevo manejo de la información, que poco a poco extingue las viejas costumbres políticas de ambos lados. Esos actores, los que no entienden cómo se mueve el mundo y buscan que este gire a su antojo, como hacían décadas atrás, entre golpe y golpe de Estado y quienes pretenden pisotear los derechos de la gente, están condenados a la extinción.

  • Traición vestida de azul

    Traición vestida de azul

    El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, en su 5ª edición (DSM-5, en inglés), define las obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo como “pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan, en algún momento durante el trastorno, como intrusas o no deseadas, y que en la mayoría de los sujetos causan ansiedad o malestar importante”.

    A pesar del incesante discurso clasista de la derecha mexicana contra los seguidores del presidente, para quienes, según ellos, su figura es igual a la de un “mesías”, lo cierto es que, quienes de manera obsesiva centran su atención, comentarios y odio hacia la persona del primer mandatario, son precisamente ellos, opinólogos, analistas y políticos del viejo régimen; saben, como ya es conocido, que hablar de Andrés Manuel López Obrador, capta la atención, incrementa vistas, visitas a sitios virtuales y genera dinero; esto es más notable porque ahora nos encontramos en periodo electoral y por el desagradable incidente de intrusión a la embajada de México en Ecuador, por parte del gobierno del país sudamericano.

    Si bien, hay un consenso general entre ciudadanos y actores de la política, tanto local como a nivel mundial, para condenar el allanamiento de nuestra embajada, no sorprende que exista personajes tan obsesionados hacia todo lo que haga o deje de hacer el presidente y que busquen, además, verse tan internacionales, que ofrezcan disculpas, de manera histriónica, hacia el autoritario presidente ecuatoriano Daniel Noboa, como hizo Lilly Téllez, por la “actitud gansteril” (sic) de López Obrador, rayando con sus dichos en traición a la patria.

    Ante semejantes comentarios, quedarían claras dos cosas: primera, que de la política de “abrazos, no balazos” del presidente, de la que tanto se han quejado y hecho mofa los opositores al actual gobierno, son ellos mismos quienes también se han visto beneficiados al pasarles por alto atropellos tan claros como el de la senadora del PAN y segundo, que el deleznable adjetivo de “dictador” que endilgan al mandatario izquierdista, resulta obsoleto y fuera de toda lógica, por la misma actitud de perdón ante los agravios que han cometido políticos y afines a la derecha.

    Y si bien, es decisión del presidente no involucrar en querellas legales a los ya mencionados fanáticos opositores, es bueno recordar que el apoyo a lo hecho por el presidente de Ecuador es un acto de traición a la patria, ya que el asalto a la embajada fue un acto contra el Estado mexicano y no solo contra AMLO. Con ello en cuenta, bien podríamos decir que el PAN es víctima de su propia política ya que, si su nacimiento como partido se dio en oposición de la expropiación petrolera y a favor de los intereses extranjeros, hoy su candidata a la presidencia de la república, reniega públicamente de ellos, como lo dejó ver en el debate presidencial y a su vez, una de sus integrantes en el Senado, lo hizo con el Estado mismo del que forma parte como poder legislativo.

    Si ya se sabía de qué pie cojeaban, hoy más que antes está claro que, el PAN mismo representa la traición al pueblo y a la nación.

    • Twitter: @Pablo_Ocampo
  • Burros de troya con títulos de nobleza

    Burros de troya con títulos de nobleza

    Las antípodas, el lugar seguro para estar, respecto de la derecha.

    Desde siempre en México ha existido un sector de la clase económica o geográficamente privilegiada, que se divide en dos y se identifica más como parte de la ciudadanía extranjera, que creen haber sido desafortunados por haberles tocado nacer en los confines de nuestro país. Les mueven las ideologías, intereses monetarios y en menor grado las costumbres que huelan europeas o al menos estadunidenses para proteger y preservar su propio estilo de vida. Luego, hay un sector menos privilegiado de compatriotas a quienes gustaría verse a sí mismos como menos mexicanos, que no tienen ni la posición, ni cuentan con los privilegios de los anteriores y ni siquiera con el tono de piel y que, sin embargo, se sienten en una posición tan elevada para denostar y denigrar a su paisano. En ese lugar se encuentran, entre otros, los políticos que se ven a sí mismos, pertenecientes a una élite que se gana a través de los pactos oscuros y la corrupción que les pueda favorecer el sistema legal del país.

    El pasado 9 de marzo, la política y aristócrata española Cayetana Álvarez de Toledo, dio un discurso en Puebla como parte de una serie de conferencias dentro del evento “Festival de las Ideas”, promovido por el empresario Ricardo Salinas Pliego, en el cual atizó sin tapujos al gobierno del presidente López Obrador, nombrando una serie de características que, a su parecer, son los defectos de un gobernante populista y de su administración. Luego, reconoció los diversos actos convocados por la derecha mexicana, en concreto las marchas en defensa del INE (y aunque no lo expresó, del poder judicial), como ejemplos de la defensa de la democracia, en contraparte con un gobierno que, a pesar de haber sido electo por una mayoría, por tener una apuesta política contraria a la suya, resultan una dictadura y hasta un narcoestado.

    Desde luego, en el emplazamiento que la también marquesa ibérica hizo a los asistentes a su conferencia, olvidó mencionar que la clase política mexicana de la que fue invitada y con quien comparte preferencias ideológicas, hoy se encuentra en el rincón y condenada al basurero de la historia y que es la misma que actuó como represora, robó elecciones y saqueó las arcas públicas; también le faltó mencionar que, son esos políticos los que a través de la historia han conspirado con personajes extranjeros para que sean estos quienes, por medio de la apariencia, de las buenas maneras, de los acentos foráneos y las palabras rebuscadas, sean los auténticos burros de troya (expresión que uso Cayetana para denostar a los líderes populistas), encargados de atraer la atención del mexicano de a pie, para seducirlo con dichos encantos y que no sea capaz de voltear a ver el saqueo de lo que le pertenece. 

    Hacia el final de su discurso, la conferencista mencionó a la candidata de la oposición y su proyecto, que dijo encontrarse en las antípodas del populismo. La diputada española no es consciente que es la falta de un proyecto sólido de la derecha, la causante de que ella y otros personajes conservadores a nivel global tengan que venir a la hercúlea misión de rescatar un barco que se hunde, llamado Xóchitl Gálvez. Su presencia y la de aquellos que la antecedieron con una disertación de reconquista de lo que no les pertenece, sirve de antesala para dar la bienvenida a aquellos ciudadanos de otros países que lleguen a este con la intención de hacerlo crecer sin robar, de querer que prospere sin enriquecerse de manera desmedida y que fraternice lejos de conductas racistas hacia nuestros connacionales.

    Qué bueno que en México nos encontremos en ese punto diametralmente opuesto respecto de Cayetana Álvarez y sus mecenas: las antípodas, tan lejos de una corona como la española y un reinado de corrupción y muerte como el del PRIAN y tan cerca del pueblo, de la gente de a pie y su democracia que no es la del INE de Córdova, ni las leyes de Norma Piña en el Poder Judicial, ni del grupo circense que es Fuerza y Corazón Por México con sus políticos mezquinos, que buscan engañar de nuevo al pueblo con espejitos, con pompa y solemnidad y también y como era de esperar, con nuevas Carlotas y Maximilianos.

  • La oposición a ajo y agua

    La oposición a ajo y agua

    Faltan unos meses para que se lleven a cabo las elecciones federales este 2024 y de las dos contendientes a ocupar el más alto cargo del país, la candidata de los partidos de oposición parece creer que después de su gira de la risa y arrodillamiento ante personajes de la derecha en el extranjero, esta contienda electoral la podrá ganar al echarse al público en contra. Los embates del periódico The New York Times y de la enviada de Univisión a la mañanera del presidente, parecen haber sido orquestados por la derecha mexicana en este viaje internacional, en un intento más por denostar la figura popular de López Obrador al tratar de ligarlo a toda costa con el crimen organizado, en esta ocasión en las elecciones del 2018, donde especulan que el entonces candidato recibió fondos de estos grupos delictivos.

    No conformes con lo anterior, además, emprendieron una campaña mediática después de que, durante su conferencia, el primer mandatario expuso un número telefónico perteneciente a una periodista del medio estadounidense, al que tenía que llamar para responder un ultimátum. De inmediato los medios afines a los grupos políticos conservadores de México se levantaron fúricos para expresar que Andrés Manuel López Obrador había quebrantado la ley general de protección de datos personales. Pero no fue hasta horas más tarde que se supo, a través de varias publicaciones en la red social X, que el teléfono de dicha periodista, quien había lanzado una serie de preguntas a contestar por medio de una carta a Jesús Ramírez con un tiempo límite, lo había hecho público ella misma en Facebook.

    Valdría la pena preguntarnos, en estos tiempos electorales, si merece la misma condena el presidente por un traspié honesto, al haber revelado datos que de todas maneras ya los había dados a conocer la integrante del medio estadounidense, que una candidata de derecha que le ha dado la espalda a la gente de México, se ha reunido con personajes de derecha y ultraderecha extranjeros, para conspirar contra el gobierno de México, con el fin de que, tanto ella como su partido, regresen al poder mediante lo que se conoce hoy en día como un golpe de estado blando, por medio del injerencismo de otros gobiernos y del uso, de manera sistemática, del servicio de cientos de miles de cuentas apócrifas en redes sociales, que pretenden inflar una denuncia contra su rival político al tiempo que intentan levantar de la lona a la derechista.

    En este 2024 queda claro que la rival más fuerte de la derecha es la propia derecha que no entiende, como ya hemos mencionado con anterioridad, que la manera de hacer política de hace 20 o 30 años, así como la de informar a través de la manipulación en los medios hegemónicos de antaño, no tienen cabida en esta actualidad y que, pretender engañar a la gente, cuyos recursos para enterarse de las noticias de lo que sucede a nivel nacional e internacional son alternativos a la radio o televisión, es perder tiempo, dinero y sobre todo, votos de elecciones que ya no se pueden robar.

    Ni siquiera personajes de ultraderecha en España o representantes de gobiernos extranjeros quisieron darle la cara, a pesar de que comparten la misma visión anacrónica, anquilosada y dinosáurica de ella y los políticos y empresarios que la respaldan, demostrándole que se encuentra sola.

    Del lado de la izquierda mexicana toca seguir adelante con el desarrollo en beneficio de los más pobres que comenzó hace casi 6 años, tener presentes las palabras del presidente López Obrador, de caminar al lado de la gente para no repetir historias como la del PRD que lo ha llevado a bailar con la más fea.

  • La señora X va pifia tras pifia

    La señora X va pifia tras pifia

    La tiene difícil la derecha mexicana con la candidata que escogieron rumbo a las elecciones presidenciales. No solo no levanta en las encuestas que la posicionan muy por debajo de la aspirante de Morena, sino que en su reciente gira por Estados Unidos se atrevió a faltarle el respeto a los migrantes que laboran en aquel país, al mandar a una mujer encubierta para hacerse pasar por ella, con quien publicaría una foto, después de sostener una reunión a puerta (y cortinas) cerrada, con estudiantes de universidad. El gesto que Gálvez tuvo para con los connacionales, lo redondeó de manera impecable un colaborador de ella, quien se encaró con los inconformes de que la representante de Fuerza y Corazón por México estuviera en aquel país, haciendo lujo de clasismo y racismo de su parte y demostrando su baja moralidad y cargado de cinismo y hasta odio en su rostro, muy al estilo de toda la oposición a la que representa. Unos días después, mientras se encontraba en España, trató de reunirse, entre otros con Mario Vargas Llosa, personaje de ultraderecha y con Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, quienes le hicieron el feo al negarse a mantener una junta con ella.

    El único que en redes sociales se mostró orgulloso y feliz de la visita de la candidata opositora, fue el expresidente Felipe Calderón, quien presuroso subió a su cuenta de Twitter (ahora X), contenido multimedia de la visita y ponencia de Xóchitl Gálvez. Para colmo de este, la candidata se vio en la necesidad de deslindarse del político exiliado, ante los reclamos de usuarios de la plataforma virtual, por el negro historial que carga a cuestas.

    ¡Cómo estarán desesperados los dirigentes del movimiento derechista, que buscan en el extranjero quienes les ayuden a descarrilar el proyecto de nación que se echó a andar en 2018!; ya no abogan en lo oscuro por la llegada de otro Maximiliano, sino de manera directa, buscan la intervención de otros países para que, por la fuerza y a través de mentiras, depongan al actual gobierno y a la candidata de izquierda, quien está a solo 4 meses de ser votada como la primer mujer presidenta de México.

    Las similitudes históricas que une a la oposición son, a final de cuentas, las mismas que los estigmatizan ante la mirada pública, a pesar de que sus esbirros en medios informativos o redes sociales, quieren inflar sus perfiles.

    Tal vez y solo tal vez, si en lugar de enfocar sus esfuerzos hacia las fronteras norte y europea, dejaran de esconderse detrás de un personaje disfrazado para mofarse de los votantes en redes sociales; si evitaran hacer giras al viejo continente donde van a dar pena ajena y a arrastrar el orgullo, voltearan a ver a pobladores de comunidades indígenas a quienes abandonaron; si por un instante se guardaran sus impulsos racista-clasistas para escuchar los justos reclamos de quienes dejaron el país ante la falta de trabajo e inseguridad, que ahora pregonan como si fuera culpa de este gobierno y no un lastre que les fue legado, la derecha podría vislumbrar la posibilidad de arañar en las encuestas a su contrincante.

    En paráfrasis de una canción popular del grupo Banda el Recodo, que comienza “pena tras pena”, la señora X va “pifia tras pifia”, demostrando por qué tiene el repudio general de la gente en México, porque ni siquiera su entreguismo ante el país vecino del norte le podrá asegurar el triunfo en las elecciones de este año, por qué distintos personajes afines a su corriente ideológico-política prefieren desmarcarse de ella, antes que tomarse una foto a su lado y por qué la derecha está condenada a mendigar migajas del poder que un día tuvieron.

  • Investigaciones estilo Hollywood

    Investigaciones estilo Hollywood

    Causó mucho revuelo en últimas horas la aparición de 2 “investigaciones” periodísticas que tuvieron en común, un mismo objetivo: el presidente de México. En las columnas que aparecieron publicadas por DW y PROPUBLICA, se habla palabras más, palabras menos, del supuesto apoyo monetario que recibió el entonces candidato mexicano de izquierda a la presidencia de la república en 2006, por parte del crimen organizado, sin que hayan demostrado sustento que confirme dichas afirmaciones.

    En otros tiempos, en que las agencias extranjeras dirigían los hilos conductores del destino de un país como México, gracias a la venia otorgada por los gobiernos en turno, dichas columna habrían caído como bomba, después del manejo y manipulación que hacían los medios preponderantes de la época. Esto hasta hace unos años, concretamente hasta 2018. Y es que no existe manera de olvidar que en los años en que se circunscribe la investigación realizada por la DEA hacia el candidato López Obrador, Vicente Fox era presidente de México, el mismo que usó su poder para desaforar al entonces jefe de gobierno del Distrito Federal y llevarlo a la cárcel; un Fox que no tuvo escrúpulos durante su mandato y que quería ver preso al dirigente de izquierda, quien para ese entonces no contaba de ninguna manera, con el apoyo que hoy en día tiene y a quien fácilmente podrían haberse quitado del medio. Además, cabe recordar que, en aquel entonces, el mandatario del DF, no era digno de la empatía del gobierno de los Estados Unidos. ¿Qué tan difícil hubiera sido quitarlo del camino con intervención de un entreguista Fox?

    En su conferencia de prensa mañanera, (le decimos así a pesar de los pesares de un Lorenzo Córdova venido a menos, by the way), el presidente señaló que se trata de una estrategia política de golpeteo mediático que, sabe repercutiría en la campaña electoral estadunidense, con miras a la contienda que se celebrara entre un debilitado Joe Biden y Donald Trump, ávido de recuperar el poder. Sin embargo, dentro de México, quienes dirigen esta campaña mediática olvidan considerar que golpear al presidente es golpear a los mexicanos que lo apoyan, incrementando el rechazo de esos a quienes generan dicha estrategia política, también con miras a las elecciones federales a celebrarse en nuestro país este año.

    Recordemos además que ya antes se insistió en una estrategia similar. En el juicio contra García Luna, su abogado trató de involucrar a AMLO con una supuesta entrega de dinero que habría obtenido por parte del Rey Zambada, algo que este último finalmente desmintió, dejando en ridículo las calumnias que quería provocar el legista del otrora súper policía de Felipe Calderón.

    También surge otra verdad y es que, a través del tiempo y los medios, se nos “enseñó” que toda información que proviene de las instituciones de los Estados Unidos, debe tener un carácter de “irrefutable” y fue solo con el paso de los años que muchos terminamos por abrir los ojos, para poner en tela de juicio dicha información y considerarla no solo irrefutable sino, de acuerdo con los tiempos electorales en aquel país, hasta sospechosa. Por este tipo de uso y manejo de datos, la gente que antes apoyaba a Anabel Hernández o Carmen Aristegui, dejó de confiar en ellas.

    Si de un apoyo monetario por parte del Cártel de Sinaloa se habla, para que el ahora presidente les dejara actuar con plena libertad, no se hubiera luchado para capturar al hijo del Chapo y además de ello, extraditarlo para su juicio en los Estados Unidos, además de que en el juicio de Guzmán Loera, no hubieran tenido fin las declaraciones de ese tipo, en lugar de salpicar al expresidente Calderón, quien se encuentra refugiado en España, al cobijo de la ultraderecha de ese país.

    Lo cierto es que el nombre del presidente pesa, aunque no vaya a estar en las boletas, ni sea ciudadano estadunidense; sus adversarios políticos han hecho hasta lo imposible desde hace más de 20 años para desacreditarlo y hubiera bastado que una sola de las investigaciones en su contra a lo largo de todo este tiempo fuera cierta, para que desde mucho antes lo hubieran convertido en ejemplo de todo lo que está mal de los líderes de izquierda, de acuerdo a la torcida moral norteamericana y a los conservadores en nuestras fronteras.

    Y a propósito de tantas pesquisas a las que se ponen atención en los medios, valdría la pena saber si las agencias de Estados Unidos siguen el curso de lo declarado por distintas fuentes y testigos en el caso de García Luna, sobre su jefe inmediato. Esa sí sería una investigación comprometida con el interés público y el servicio a los ciudadanos (sic). El tiempo lo dirá.

  • Arcoiris

    Arcoiris

    Desde 2014, año en que fuera aprobado su registro ante el Instituto Nacional Electoral, Morena tuvo un crecimiento apoteósico. Pasó de ser un movimiento surgido de la lucha contra la injusticia político-social que imperó durante décadas, a convertirse en el partido hegemónico del país. Su fundador y dirigente es desde 2016, el presidente con más aceptación por los mexicanos en décadas y a lo largo de todo su sexenio, ha promovido como nunca la inclusión y el apoyo de los pueblos marginados en todo el territorio, con especial enfoque en los estados del sur; cada proyecto público ejecutado bajo su mandato, ha gozado de la misma popularidad que él, a pesar del vilipendio del que han sido objeto en los otrora medios de comunicación predominantes; las emergencias como la pandemia por COVID-19 o el reciente paso del huracán Otis en Acapulco, se atendieron oportunamente y han brindado a la población la ayuda necesaria para levantarse de la adversidad que generaron.

    No ha sido un andar color de rosa, pero sin duda, menos espinoso de lo que estábamos acostumbrados con los gobiernos del PRI y PAN de hace apenas unos años y, sin embargo, el mismo partido guinda con el que se identifica la mayoría de la población, ha tomado decisiones que se entienden, cuando menos peculiares. La adhesión de figuras como los Hank, quienes forman parte de la coalición Morena-PVEM-FxMBC ante el IEEBC, con su partido PES, no sentó nada bien en la opinión pública. Basta recordar la célebre frase “Un político pobre es un pobre político”, de Carlos Hank González, exgobernador del Estado de México y quien sería después secretario con Carlos Salinas de Gortari, solo para develar la ralea de que hablamos.

    Era suficiente solo ese ejemplo para crispar los nervios de los afiliados con un poco de memoria, cuando MORENA le recetó a sus militantes y afines, la incorporación a sus filas de Rommel Pacheco con miras a gobernar la Alcaldía de Mérida. El mismo que, en su corta carrera política, apoyó al PRI en su natal Yucatán y después fue diputado federal en la bancada del PAN, desde donde festejó al lado de Mariana Gómez del Campo, haber votado en contra la reforma energética del presidente. Por su parte, Adrián Ruvalcaba, alcalde de Cuajimalpa en la Ciudad de México, anunció su apoyo a la Dra. Claudia Sheinbaum, después de renunciar al PRI, al no ser favorecido por su dirigente, para contender a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

    A su vez, una de las rupturas más sonadas fue la de Carlos Ramírez Marín, quien después de pertenecer 44 años en el tricolor, sumó sus esfuerzos como Senador al Verde Ecologista, que ha formado parte de la alianza con el partido oficialista, junto al PT.

    Con tantos cambios e incorporaciones hechas hasta el momento, ¿cómo se puede esperar lealtad de los nuevos integrantes hacia el movimiento, cuando estos han “chapulineado” a conveniencia para mantenerse vigentes en el poder? Morena deja ver al ir de la mano con personajes opuestos a su ideología, que poco importa esta, para obtener los apoyos que necesita y conseguir los puestos que anhela, dejando de lado la opinión de sus bases.

    Por fortuna, la oposición está tan mal que sus dirigentes se exhiben solos y de manera humillante para ellos y sus objetivos, al ellos mismos dar a conocer sus propios acuerdos corruptos, como lo hizo Marko Cortés en días pasados.

    ¿Al final, con la inclusión de actores como los mencionados, se le dará la razón a la derecha de que Morena es corrupto por tantos invertebrados afines a esa ideología política?

    ¿Xóchitl habrá acertado cuando dice en sus spots que, en Morena “son iguales” (haciendo referencia a que son iguales que ellos, la derecha; PRI y PAN, este último, partido al que ella pertenece), ¿con Hank, Rubalcava o Pacheco?

    Si bien se requiere de todos los esfuerzos y los participantes para continuar con la transformación, también es un hecho que la ciudadanía, el pueblo de México que ha apoyado al presidente, a su proyecto y al movimiento, no desean de nuevo a una Lilly Téllez o a un Germán Martínez. El tiempo en el que la ciudadanía callaba injusticias parece haber terminado y dada la actualidad política en que se vive, es cuestión de tiempo para que se lo haga saber a los dirigentes de Morena o cualquiera partido que parezca traicionar sus principios y a ellos, por un cargo público.

  • A las voces en paz

    A las voces en paz

    Año viejo, año nuevo, muchos deseos, muchas promesas que se hicieron y solo unas pocas que se llevaron a cabo. Estamos a pocos días de que termine un año más. Se va 2023 y para algunos, estos últimos 12 meses fueron de muchos retos. En la política, se conquistaron metas, se concluyeron proyectos, se consumaron logros. La frase “por el bien de México, primero los pobres” se consolidó y dejó de ser solo un lema, para convertirse en realidad. En el sur, se creció como jamás se había conseguido desde que México es país y las comunidades que vivieron siempre en el abandono, por fin se les tendió la mano; aquellos pobladores que vivieron al margen del desarrollo, si así se le puede decir a lo que se vivió en épocas de gobiernos prianistas, por fin pueden recibir un poco de ese pastel que se dividían entre unos cuantos. Este año se concluyeron obras tan importantes como la refinería de Dos Bocas y el tan polémico (para conservadores y sus afines) Tren Maya, con una venta arriba del 90% del total de su boletaje, por lo que resta de diciembre.

    Por si fuera poco, se inauguró el nuevo aeropuerto de Tulum que se suma al AIFA, obra que reemplazó al fallido y corrupto proyecto del NAIM y como cereza en el pastel, Mexicana de aviación, que en su momento fuera la mejor aerolínea del país, extendió sus alas una vez más, para levantar el vuelo después de que en tiempos del PAN se le llevara a la quiebra y a sus trabajadores a vivir años de angustia con litigios que comprenden hasta este 2023.

    Sin embargo, en este texto también quiero mencionar a todos aquellos que no lograron ser testigos de tantas conquistas de las demandas del pueblo. A poco menos de un año de que concluya este gobierno de izquierda, son muchas las voces que guardarán silencio eterno, que dejaron de gritar contra las desigualdades y excesos, contra las corruptelas e impunidad de gobiernos que debieron servirles y de los que fueron víctimas; aquellas voces que se unieron a las de los pobladores de Atenco ante el despojo de sus tierras o la de una madre que reclamó a Calderón por el asesinato de sus hijos, a los que consideró “daños colaterales” de una guerra que no ve fin al día de hoy; aquella progenitora que tiempo después asesinarían “misteriosamente” o a las voces de aquellos estudiantes que en un septiembre de 2014 se desgarraban ante el terror de ver a sus compañeros ser torturados hasta la muerte, mientras miembros del gobierno de Peña Nieto solo observaban y desde luego, a las voces que simplemente anhelaron hasta el último aliento, un México mejor.

    Este año y este sexenio dieron un giro a la realidad decadente que conocimos; esa espiral de corrupción y muerte que nos engullía en su vorágine, vio el comienzo del fin en el 2018 y ha continuado así hasta hoy. Por ello es importante no olvidar, por quienes siguen en pie y acompañan el cambio, por los más necesitados, a quienes recién se les volteó a ver, para quienes se dirigieron las primeras palabras y los primeros proyectos y desde luego a quienes recordamos con risa y llanto, quienes no tuvieron la oportunidad que se nos ha otorgado de ser testigos del cambio. Para los que guardan silencio. A las voces en paz.

    A ellas, este recuerdo solemne de un 2023 histórico que se va.

  • Libertad de eXpresión

    Libertad de eXpresión

    El pasado 27 de noviembre, en medio de la guerra mediática entre los partidos que conforman el movimiento mutante que encabeza Claudio X. González, renombrado ahora como “Coalición Fuerza y Corazón por México” y Movimiento Ciudadano; Vicente Fox llamó, ya no sabemos si fue en arrebato colérico o solo porque no puede sacar machismo y misoginia de su ADN, “dama de compañía” a la influencer y esposa del gobernador de Nuevo León, Samuel García. Por supuesto, la defensa de la agraviada no se hizo esperar y respondió tajante al exmandatario: 

    “Señor, no soy una dama de compañía. Soy una mujer, soy licenciada, soy empresaria, soy esposa y soy madre. No le permito que me hable así a mí, ni a ninguna otra mujer. No somos accesorios, ni objetos, ni puede faltarnos al respeto, y menos de esa forma tan vulgar.” (sic)

    Como ya sabemos, a las pocas horas, la empresa X, propiedad del billonario Elon Musk, decidió suspender la cuenta de Fox, como él mismo confirmaría en entrevista.

    Este hecho nos recuerda lo sucedido con Donald Trump, mandatario muy polémico de los Estados Unidos a quien le fue suspendida la cuenta en 2021, luego de que una evaluación por la red social, entonces Twitter, determinara que incitaba a la violencia de sus seguidores.

    Sin embargo y enfocados en los dos acontecimientos que una buena parte de la población festejó, es importante detenernos un minuto a pensar en el tema subyacente de la libertad de expresión. Y es que si bien, los dos son ejemplos de un abuso de las facultades que obligan a ejercer dicha libertad, plantea las interrogantes sobre hasta qué punto es sano ejercerla y dónde comienza a vulnerar los derechos y garantías de los demás, para que esta sea juzgada así por una empresa privada.

    Por una parte, tenemos a Trump, quien haciendo uso de su facultad y al conocer el gran número de personas que eran fanáticas suyas, aprovechó la oportunidad para crear un ambiente de odio entre sus compatriotas, que devino en la irrupción violenta al Capitolio el 6 de enero de 2021 de parte de sus seguidores. Por otro lado, Vicente Fox, queriendo o no, empleó un término que se interpretó como violencia de género que abona al reforzamiento de una imagen denigrante y ofensiva contra la mujer, precisamente por el hecho de serlo.

    Si bien es verdad que, en el caso de Trump, los resultados de lo ya mencionado dieron como consecuencia un “impeachment” en su contra, ¿Por qué la tarea que realizó Twitter de manera unilateral contra el exmandatario mexicano, no ha sido atraída y sancionada dentro de un marco normativo vigente en nuestro país?, ¿no se supone que antes que los particulares actúen, entiéndase una persona física, así como una multinacional, están las distintas instituciones encargadas de hacer valer la ley? Más allá de la supuesta demanda que entablaría Movimiento Ciudadano por las agresiones cometidas contra Mariana Rodríguez, hasta el momento ¿hay algún organismo que lo haya sancionado?

    Esto es todavía más relevante cuando recordamos que, no es la primera vez que Fox se muestra hostil hacia las mujeres, pero también cuando traemos al presente que Twitter, ahora X, no siempre ha utilizado la misma vara para medir los temas de violencia de cualquier tipo.

    De hecho, muchos de los ataques que han proliferado en el espacio de esta red social, han sido con la complacencia, al menos en México, de los dirigentes de la misma. Si no, ¿por qué un personaje como Ricardo Salinas Pliego, quien en repetidas ocasiones ha empleado términos discriminatorios contra la Senadora de la República, Citlalli Hernández, conserva su espacio para hacer mofa de una servidora pública y de las medidas que pueda aplicar en su contra cualquier medio o dependencia pública? Esto además se replica también, con los diversos ataques que realizan día con día, adversarios del gobierno federal, quienes no solo usan expresiones que incitan a la violencia de género, sino incitan al odio por cuestiones de raza o clase social, algo que, según las normas de la propia plataforma virtual, está prohibido. Incontables son las denuncias que se hacen de dichas cuentas y que son ignoradas.

    Es esa la razón por la que no podemos dejar que Twitter se erija como el paladín de la defensa de garantías, que represente el cancerbero de la libertad de expresión en apoyo de las minorías, porque no se puede confiar en un consorcio a quien en el pasado se le asoció con personajes afines a los poderes conservadores en este país, pero que, además, actúa con diferente racero para hacer valer sus pautas de convivencia dentro de su espacio digital. De paso, no estaría mal que, como ciudadanos, veláramos más por las instituciones públicas que se supone tienen su origen en la persecución de delitos de distinto tipo y condena a quienes son flagrantes reincidentes en generar y hacer proliferar expresiones violentas.

    La suspensión de la cuenta de Vicente Fox por sus dichos, de los que no se arrepiente, fue un enhorabuena para buena parte de quienes advertíamos y criticamos desde hace mucho sus reiteradas incitaciones y llamados de odio, pero un jalón de orejas para seguir pendientes de las labores que todavía quedan por realizar en observación de una impartición de justicia que, lamentablemente, aun se ve lejana de alcanzar para algunos en este país.

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  • El peligroso fascismo democrático

    El peligroso fascismo democrático

    Cuando en el continente sentíamos cada vez más fuerte la llegada de la izquierda a los distintos países hermanos, vapuleados por mandatarios e ideologías derechistas, en pleno 2023 regresa con fuerza un gobierno en principio fascista. El pasado fin de semana, Argentina celebró una de las elecciones más polémicas de los últimos tiempos, donde la disputa por la silla presidencial de La Casa Rosada, la ganó Javier Milei con un discurso privatizador, racista e imperialista, al candidato del oficialismo, Sergio Massa, quien fungió como secretario de economía del gobierno de Alberto Fernández, en medio de una crisis provocada por el endeudamiento que dejó el expresidente Macri.

    Como es conocido, mucha gente aplicó voto de castigo al mandatario de izquierda y abrió la puerta para que se colara, “democráticamente”, el fascismo como nueva forma de gobierno en aquel país. La ultraderecha mundial se encuentra extasiada pues a sus escasos puntos de poder, añadieron uno ubicado en el cono sur, mientras personajes de la política identificados con Milei, no han parado de felicitarlo.

    Triste y hasta trágico se le vio a Sergio Massa el domingo en la tarde, cuando tuvo que reconocer ante sus seguidores y en medio de un silencio cargado de desaliento, lo que sería la derrota de toda una ideología social. En México, no faltaron políticos conservadores que se apresuraron a congratular al presidente electo, como si pretendieran algún puesto en el lejano país; hasta la candidata por el Frente Amplio, emitió una publicación a través de X, que después tuvo que borrar, no fuera a ser que la confundieran a ella también con una derechista que quiere pasar por libertaria.

    Sin embargo, es verdad que de la derrota de la izquierda argentina pueden surgir algunos puntos interesantes para aprender:

    • 1.- Una población en descontento por el trabajo realizado, por más que tenga una ideología en concordancia con la lucha social, se cansa de los malos gobiernos, provengan de donde sea.
    • 2.- Los malos candidatos derivados de la izquierda no siempre llenan el ojo al electorado, especialmente en nuestro país, donde a raíz de los comicios de 2018, despertó de su letargo y ha hecho conciencia desde entonces, sobre lo que desea para sí, políticamente hablando.
    • 3.- Lavarle la cara a un personaje de derecha, vestirlo con los colores de un partido de izquierda y presentarlo como incondicional, es un discurso que cada vez se traga menos el pueblo. Sobre todo, cuando dichos personajes son seleccionados de entre mejores prospectos, argumentando nombre y carrera política extensa, aunque estén plagadas de acusaciones en su contra. Así ha ocurrido con excandidatos a gobiernos estatales en pasadas elecciones.
    • 4.- Si la guerra sucia de los medios corporativos inclinados al lado de la derecha se promueve en el día a día, los esfuerzos por apoyar a la gente desde todos los niveles de gobierno, debe tener la misma frecuencia, porque no sirve de nada enarbolar una bandera, para luego aplicar política pública ofensiva a los electores. Para ese caso, da lo mismo elegir a un candidato de derecha bueno en apariencia, que a uno pésimo de izquierda.

    Para bien o para mal, el manejo que planea llevar a cabo el presidente electo de la República Argentina, se encuentra en las antípodas del gobierno que encabeza actualmente Alberto Fernández, con fecha de inicio el 10 de diciembre próximo.

    Espejito, espejito, ¿Qué le depara a la Argentina?

    • Twitter, ahora X: @Pablo_OcampoEsc