Categoría: José García Sánchez

  • El frente sin candidatos

    El frente sin candidatos

    A la desesperación de Fuerza y Corazón por México se suma la carencia de candidatos a puestos de elección popular, que ni siquiera entre los tres partidos que conforman esta alianza pueden cubrir. Lo cual es una muestra más de la agonía de esas organizaciones.

    Con el pretexto de que la sociedad civil debe estar en el gobierno, la alianza opositora abre las puertas a cualquiera que quiera concursar por una diputación local, regiduría o presidencia municipal, porque quienes integraban la militancia de esos partidos o ya están en Morena o se olvidaron de la política.

    El siguiente paso es afiliar gente con la promesa de darle una candidatura y no verse al borde del abandono de afiliados que cada día son menos, sobre todo en el caso del PAN, que apenas y cumple con el mínimo.

    El término sociedad civil fue arrebatado por la derecha a la sociedad pensante y lo colocó como parte de sus objetivos políticos; ahora, una vez el disfraz hecho a la medida, se dice representante de esa sociedad civil que no existe. Nadie con dos dedos de frente, podría pensar que la sociedad civil es representada por el PRI, por el PAN o por el PRD. Nunca lo fue ni podrá serlo.

    Esto sucede principalmente en Veracruz donde los Yunes panistas, porque también los hay priístas y perredistas, pusieron el ejemplo. Todos ellos se prepararon, con dinero y amarres con grupos de presión para concursar por la gubernatura. Hijos, nietos, y hasta esposas de los Yunes, encabezados por Miguel Ángel Yunes Linares, intentarían llegar al palacio de gobierno, pero ni dijeron esta boca es mía ante el arrastre de Rocío Nahle, que sólo los dejaría en ridículo De ahí muchos militantes de esos tres partidos decidieron no concursar, que en realidad no se trata de concursos o encuestas sino de dedazos, pero ante el vacío de voluntarios el que llegue es bueno. Saben que van a perder.

    Así, la derrota después de las elecciones no será de ninguno de esos tres partidos sino de una sociedad civil que ni siquiera volteó a verlos. La apropiación del término sociedad civil se la adjudicó Claudio X. González, quien al ver el desamparo en el que se encontraban sus tres partidos, dijo que también se sumaba a ellos organizaciones de la sociedad civil que no eran otras que las fundaciones que dirige como Mexicano Primero, Mexicanos Contra la Corrupción, México Elige, Causa en Común, entre otras muchas que nada tienen de sociedad civil y mucho de defensa a los poderes fácticos que no terminan de morir.

    El término sociedad civil también esconde una trampa, la posibilidad de hacer un fraude electoral adjudicando esa participación fantasma en resultados alterados, lo que sí existe son votos sembrados y quieren adjudicarse a la sociedad civil, porque ellos mismo saben que la capacidad de esos tres partidos no les da para ganar una elección importante.

    La convocatoria para puestos de elección popular del Fuerza y Corazón por México no motivó a nadie a inscribirse en muchos estados del país, Veracruz es uno de ellos. Eso sí anuncian que se abren las puertas a la sociedad civil para que se sometan al escrutinio, pero no hay n escrutinio, ni encuestas, ni votación. Están tan ávidos de gente que ocupe esos cargos que llegan directo a la candidatura, con una derrota garantizada.

    Como son cargos que se sabe que están destinados a la derrota, el presupuesto que les sueltan los partidos para sus campañas es mínimo, y no les alcanza ni para un par de mantas. Sólo quien quiera tener en su currículum haber concursado por una diputación o por una regiduría, podría interesarle esta propuesta que anuncia la muerte de tres partidos en varias entidades del país, por lo pronto el PRD no existe en 20 estados.

  • Educar a la OCDE

    Educar a la OCDE

    Desde que Carlos Salinas metió con calzador a México en la OCDE para demostrar que éramos una economía fuerte, no hay explicación para que los gobiernos posteriores sigan manteniendo al país en ese club de amonestaciones y rumores.

    Cuando la OCDE fue presidida por José Ángel Gurría Treviño, éste se ensañaba con México, eran regaños de todos los días, como si estuviera el tipo más allá del bien y del mal. Ahora, es parte del equipo de Xóchitl Gálvez, lo cual demuestra que ha caído muy bajo.

    Gurría Treviño presidió la OCDE del 1 de junio de 2006 al 1 de junio de 2021, 15 años de regaños del maestro universal de la economía y la política neoliberal.

    Ahora la OCDE quiere hacer de las pruebas internacionales de nivel de educación un paradigma que debe obedecer a los, lineamientos de un neoliberalismo que ya no existe, con aseveraciones que está fuera de contexto, aunque derribando mitos y aclarando límites como el hecho de que en México la educación privada tiene la misma calidad que la pública.

    Incluso se atreven a afirmar los “especialistas” de la OCDE que “alumnos de 15 años que estudian en escuelas privadas del país tienen el mismo nivel de conocimientos en matemáticas, lectura y ciencias que un alumno de uno de los estratos socioeconómicos más bajos de Vietnam que asiste a escuela pública”.

    Sería muy ingenuo pensar que la OCDE impone criterios propios para que se exhiba a Vietnam como un país con una de las peores educaciones del mundo, prueba más que suficiente como para no hacer caso de las recomendaciones de dicha organización.

    Desde el momento que un personaje presidió ese grupo es motivo más que suficiente como para negar la imparcialidad y credibilidad de sus estudios, que si bien son productos de especialistas, éstos tienen una tendencia ideológica que forzadamente colocan sus criterios sobre sus investigaciones.

    La OCDE aprecia como error el hecho de que cada país tenga una forma propia de educar, de tal manera que la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes), pueda seguir siendo un instrumento para la manipulación de la educación ene l mundo. Desde esa miserable perspectiva la organización comenta esto en forma de lamento: “¿Qué está sucediendo en Vietnam? Que su sistema educativo está encontrando transformaciones profundas, tanto que los estudiantes más pobres de ese país tienen mejores resultados que los hijos de los funcionarios públicos o empresarios de México”.

    La educación privada es una mercancía y deja de ser un derecho desde el momento en que se cobra por enseñar. Ningún derecho tiene precio ni se alquila.

    Así, no sólo no es momento de evaluar la educación, por las consecuencias de la pandemia aún reciente, sino que no puede evaluarse con esquemas iguales a todos los países, como si se tratara de una mercancía, cuando la educación debe tener una relación con la realidad y cada país, incluso cada entidad federativa, en el caso de México, tiene su propia idiosincrasia. La educación es un conocimiento que se imparte partiendo del pasado para preparar hacia el futuro. No una fábrica de tabiques que solicitan los empresarios para construir sus empresas con mayores ganancias.

    Pero la intención desde la OCDE es fortalecer a la escuela privada para considerarla mejor que la pública. Esta educación es más manipulable porque obedece los lineamientos de la moda, de las novedades pero no de las investigaciones pedagógicas serias como sucedió con los libros de texto gratuito, donde se trabajaron millones de horas para llegar a la conclusión que impulsó la creación de esos textos, pero a los conservadores todo lo que no entienden lo rechazan automáticamente y estos libros no fueron la excepción.

    Pero todo lo que es nacional es sistemáticamente despreciado porque quienes consideran que lo que no cuesta no vale y lo que da el gobierno es de mala calidad, eso era cuando los funcionarios públicos se robaban el dinero y los columnistas de los diarios eran premiados con cheques del IMSS y de la SEP, para engordar sus cuentas bancarias.

    Nunca se menciona la Nueva Escuela Mexicana, de la que debiera considerarse la punta de lanza de una educación actual con personalidad mexicana, tampoco de los descubrimientos e investigaciones de los pedagogos mexicanos, que sin mediar análisis y reflexión los conservadores rechazan por sistema.

    Herlindo Robles, habla, además de las causas por las cuales hay, deficiencias en la educación de México: “Ahora bien, durante la gestión de Vicente Fox, la muy deficiente educación básica sufrió el embate de la derecha, con el resultado del 1er. Encuentro Nacional entre Padres de Familia y Maestros; celebrado entre la SNTE y la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia y la Unión Nacional de Padres de Familia: quienes acordaron: 1) abrir las escuelas públicas de educación básica los sábados y domingos con el propósito de crear “escuelas para padres”; y 2) editar, difundir y distribuir en 23 millones de hogares un trabajo editorial de tres tomos, denominado “Guía de Padres de Familia”, cuya promoción y elaboración surgió de la Fundación Vamos México, organización entonces dirigida por Marta Sahagún. Ningún avance en materia educativa pudo consolidar el entonces presidente Vicente Fox”.

    Hay quienes quieren que 80 años de saqueo pueda resolverse en cinco años. Esa manera de percibir la realidad de la educación habla de la pésima educación de los conservadores.

  • Fanatismo por el pasado

    Fanatismo por el pasado

    Una parte de la población parece no advertir los tiempos políticos del país y percibe al actual partido en el poder como un partido más, en el peor de los casos como la continuación del pasado en la vida de los partidos que llegaron al poder.

    Ni el Presidente ni Morena es uno más del montón que el antecedieron. No se trata de exaltar un proceso electoral próximo sino de dar a conocer que tanto la figura del presidente como la manera de operar políticamente del partido en el poder es objeto de estudio por catedráticos, intelectuales, estudiantes de otros países.

    Se trata de un fenómeno político que mantiene un nivel de aceptación sin precedente no sólo en el interior de México sino desde la perspectiva de otros países, un referente de fuerza en la historia de los mandatarios y de los partidos en el poder.

    Desde luego que ha contribuido a esta fuerza la inexistencia de una oposición real.

    En este panorama, una manera de mostrar la disidencia discreta de algunos es pensar que la igualdad entre la política del presente y del pasado es igual. O que la historia se repite, contradiciendo no sólo la lógica sino la visión brillante de Heráclito, quien hace 27 siglos dijo “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. El filósofo alemán Jürgen Habermas, siempre recomendó la lectura, incluso la relectura de los clásicos para entender el presente.

    Los conservadores lo que menos hacen es leer. La historia para ellos no existe porque al tener como meta el pasado la ven como algo latente, no reconocen el devenir de la historia ni la evolución de la especie. En México, la derecha, eternamente nostálgica por el pasado, tienen cero de calificación en la materia de Historia, aunque de repente se consideren correctores de los libros de texto.

    La violencia que la derecha vive actualmente contra sus propios grupos y recordar que, para el filósofo griego, presocrático, Heráclito, para quien la clave para vivir en armonía con el mundo es aceptar y adaptarse a este flujo constante, en lugar de resistirse a él.

    Es por ello que los conservadores siempre tienen espacios para la violencia, para la agresión, para el rencor, incluso para el odio. Su falta de adaptación al presente les distorsiona la realidad y esta es una de las causas por las cuales todavía no entienden que tanto el Presidente dela República, a punto de concluir su periodo, como el partido Morena, no sólo son diferentes sino dignos de conocer mejor.

    La incapacidad de entender el presente y reconocerlo como tal es producto de la enorme nostalgia por el pasado, donde algunos de los conservadores se instalan como si fuera el presente. La burbuja de cristal en la que vive mucha gente conservadora, con un universo de cinco a diez personas como único universo, les impide adaptarse al momento en el que viven, razón por la cual todo lo ven igual.

    Sigmund Freud habló del principio de realidad como un concepto ligado al principio del placer, en una interdependencia simbiótica, imposible de separar. La derecha, con cargas morales, de represión sexual, más pesadas de lo que pueden soportar, al inhibir la libertad de sus placeres inhiben la percepción de la realidad.

    Esto es una visión simplista que debe estudiarse más a fondo respecto a estos dos conceptos freudianos, que mientras más se estudian se encuentra más vinculación y paralelismo siempre inseparable.

    Así la autorrepresión tiene que ver con la inhibición de otras conductas repercuten en una manera de percibir el mundo a partir de una discapacidad para entenderlo. Si hay censura en la percepción seguramente la habrá en la aceptación de lo percibido, o sea la realidad y esa manera de suspirar por el pasado, impide advertir el presente como su realidad porque para los conservadores el presente es sólo parte de su realidad porque siempre anhelan los viejos tiempos, a cuyos recuerdos o remembranzas dedica buena parte de sus vidas.

    La pertenencia al conservadurismo más que una posición política o ideológica, tiene su origen en la falta de adaptación de algunos seres humanos a entender el momento que viven, y es en esa resistencia donde surgen conductas patológicas como las que conocemos de algunos miembros de la derecha en México que llegan a niveles no sólo de patología sino de delincuencia. Basta ver el equipo de campaña de Xóchitl para ver que no sólo hay pendientes muchas órdenes de aprehensión por ejecutar sino muchos medicamentos psiquiátricos que administrar. Su relación con la realidad es muy lejana
    Es en esa manera de adaptarse al presente de resistirse a la realidad a grado tal que prefieren consumir noticias, como parte de su evasión de la realidad, a sabiendas de que son mentiras

  • Encuestas, campo de batalla

    Encuestas, campo de batalla

    La oposición basa su triunfo en la equivocación de las actuales encuestas. Hasta el momento no se conoce idea completa en la que se base la atracción de los votantes. Para darle solidez a su propuesta que es al mismo tiempo trinchera y refugio, acuden a los resultados de encuestas anteriores no sólo de México sino del mundo entero.

    Si se desconoce cómo se hacen las encuestas se desconoce su credibilidad; pero para la derecha las encuestas son iguales. Para ellos la realidad política es una plata sin matices, ni niveles, ni tonalidades. Un manchó en el lienzo. Los medios tonos en música también se escuchan.

    Las encuestas serias en México no se han movido en varios años. Las simpatías sobre los candidatos de Morena persisten, incluso, algo sin precedente es la permanencia del presidente en un nivel de aceptación sin precedente en nuestro país, sobre todo a finales de su sexenio. La aceptación, así como la simpatía hacia Morena sigue inamovible.

    Desde luego las agresiones y movilizaciones anti morenistas se multiplican pero no porque decaiga las simpatías hacia el Presidente o Morena, sino porque son tiempos electorales, ante los cuales hay quienes alquilan inconformes que lo mismo pueden irrumpir en el congreso de Nuevo León, que bloquear carreteras, o cerrar el acceso al aeropuerto de la Ciudad d México.

    Los tiempos electorales tienen esa intención, hacer pensar, ficticiamente, que las simpatías del Presidente decaen. La pobreza que generaron los regímenes anteriores no puede resolverse en seis o doce años. Ellos se dedicaron a pauperizar a la población por casi cien años, y es que produce personas que pueden alquilarse para cualquier fin, con el objetivo de engañar a la población poco versada en la política que las simpatías del presidente están a la baja.

    Las encuestas que miden la popularidad del Presidente se realizan por empresas de dentro y fuera de nuestro territorio; las simpatías de Morena se definen dentro del país con votos de los habitantes dentro de nuestras fronteras, dando como resultado triunfos electorales indiscutibles, es decir por una gran diferencia respecto al segundo lugar.

    La oposición carece de proyecto político, desconoce las leyes electorales y desdeña la historia del país. Las encuestas, en general sin mediar metodología ni reparar en la precisión de sus universos, se han convertido en una bandera para la oposición, a grado tal que insisten en decir que la única que vale es la de las urnas, pero todos los días se pelean con todas esas encuestas que ya alucinan como el Quijote los molinos de viento.

    Las encuestas son un síntoma que anuncia una derrota o una victoria, es decir la enfermedad o la salud. Pero la encuesta no es el fin en sí mismo, ni anuncio de victoria electoral, menos aún derrota garantizada. Pero si las encuestas, con diferentes métodos y distintas intenciones, marcan por más de 10 meses una constante, deben tomare en cuenta, pero no para anunciar derrotas ni victorias sino para triunfar con un mayor potencial, que es la intención actual de Morena, en el Plan C.

    La encuesta es sólo la primera parte del análisis que exige una lectura de esta índole y el conocimiento de ese síntoma que puede tener vertientes y variables. Al mantenerse estables las encuestas encontramos definiciones que no pueden, de ninguna manera, detener la lucha por la victoria en las urnas; al contrario, debe intensificarla, como ahora sucede en pos del Plan C.

    No hay encuesta que en lo que va del año le anuncie a la opción un triunfo contundente, las pocas victorias que se pronostican son por competencia reñida, de ahí que sean las encuestas su enemigo a vencer y no los candidatos o los partidos que las encabezan, cuestión de ver el árbol y no el bosque.

  • Ebrard ni se fue ni regresó

    Ebrard ni se fue ni regresó

    Marcelo Ebrard se sentirá siempre un extraño en casa. Cada paso estará calificado y sus miradas tendrán varios significados. Sus palabras serán destiladas en el análisis del discurso y su protagonismo mermado volverá gris lo que algún día tuvo brillo.

    Militante desde marzo de 2023 en Morena, muy recientemente, Ebrard tendrá un forzoso examen de conciencia que lo llevará a ver lo que pudo haber sido y no fue, desde el balcón de la ventana de Morena, en donde tendrá limitaciones e impedimentos para concretar sus viejos deseos que terminarán por apagarse.

    A pesar de lo novedoso que pudo ser la aparición de un movimiento social que actualmente gobierna, y terminó por convertirse en partido político en México, el antecedente radica en que las reglas del juego dentro de la teoría y práctica política, son diferentes entre movimiento y social.

    El proceso evolutivo del pensamiento político en América Latina, fueron estancándose por causas propias de la herencia colonial, como la represión de los regímenes neoliberales, las censuras, el autoritarismo, las venganzas, torturas, desapariciones de las que México no estuvo excluido; al contrario, todavía hay intereses represores dentro de la oposición, incluso en el gobierno.

    Así el desarrollo de la política como tal en México se mantuvo lento en el mejor de los casos, por no decir estancado. El pragmatismo al que obliga toda improvisación en la administración pública imperó sobre las ideas políticas prácticamente toda la segunda mitad del siglo pasado, años de formación de políticos como Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador.

    Las teorías políticas eran parte de las lecciones en las aulas de las universidades públicas que no asombran tanto por la evolución del pensamiento político sino por la parálisis del pensamiento político en países como México, donde nunca pasaba nada, aunque se cambiara de partido el gobierno federal. Desde esta perspectiva, es como el respaldo teórico de lo que ahora sucede, y que, aunque para algunos sea innovador o más menos atractivo, lo que más impactaba era ese letargo en el pensamiento político y más aún en la acción política, que se quedó atorada en la próxima elección, y luego en la siguiente y después la que sigue.

    Las ideas políticas abandonaron el ejercicio político en México desde finales del siglo XIX, la revolución intentó convertirse en una ideología partir con un partido heredero de una revolución y traicionada, pero nunca universalizó su concepto, ni influyo de manera determinante en otros países. El gobierno de la revolución era cerrado, aislado, prefería ser hermético, integrado por iluminados, antes que ser cuestionado y de ahí que sólo era objeto de estudio por la obediencia social que mantenía.

    El politólogo francés Maurice Duverger en 1984 hablaba de condiciones y circunstancias de algunas organizaciones políticas como Morena, cuando habla de la naturaleza oligárquica de los dirigentes, aborda la existencia de divisiones o grupos internos dentro de los círculos más cercanos al líder de un partido, quien entre sus peculiaridades describe como una persona cuya “clientela monopoliza los puestos de dirección”.

    López Obrador en el presente y la 4T en el corto plazo, requiere de la presencia experiencia y visión de alguien como Marcelo Ebrard, más por formación y trayectoria que por convicción, o coincidencias sobre el ejercicio político del momento. Lo necesita a la vista.

    Paralelamente a un liderazgo vertical fuerte, aparece en el discurso la igualdad entre los miembros, condición obligada. En los estatutos de Morena esa igualdad está asentada en el artículo primero.

    La identidad de generaciones prefiere que haya afines en la visión de los tiempos que en la estrategia personal de los objetivos personales actuales, aunque éstos puedan salirse del orden establecido siempre estarán sujetos a la condición de la coincidente formación política de sus protagonismos. En este caso, la adopción de Ebrard, es parte de un compromiso implícito en la capacitación teórica y la experiencia práctica de políticos químicamente puros.

    La diferencia de edad entre Ebrard y Andrés Manuel es de seis años, coincidentemente, tiene la misma formación, casi los mismos maestros, la misma escuela, son fieles ambos a sus ideas más que a sus amigos, comulgan con más de un proyecto. No hubo regreso de Ebrard porque nunca se fue y, por lo mismo no hubo admisión ni aterciopelada ni forzada. Es, para Ebrard, un cobijo efímero bajo la sombra que evita mojarse en plena tempestad.

  • La Argentina de Milei

    La Argentina de Milei

    La derecha tiene como hábito interpretar la realidad como conviene a su forma de actuar, donde las coincidencias puedan tener puentes con la fantasía y nexos con sus objetivos. Así, desde la perspectiva de algunos conservadores el triunfo de la ultraderecha en Argentina lo interpretan como el principio del fin de los gobiernos progresistas en América Latina, incluso por su desesperación ante el desastre que se les avecina, dice que para los comicios del próximo año la derecha ganará en las urnas.

    Argentina está más lejos que Vietnam en términos económicos y políticos, el hecho que esté en el mismo continente nada quiere decir que haya efectos dominó en cuanto sus triunfos electorales. La distancia no la fijan las ideas que pueden acercar a los pueblos, cuando son acordes sino las circunstancias económicas, que sin el esqueleto de las ideas.

    Si bien crea entusiasmo entre el progresismo un triunfo electoral de la izquierda, esto no quiere decir que el próximo país, gobernado por la derecha vaya a perder en las urnas, sería un disparate y una muestra de ignorancia política, económica, histórica, social, etc.

    La insistencia de los conservadores por advertir un próximo triunfo de la derecha por el triunfo de Milei en Argentina, mueve a desastre en la derecha mexicana. Con una candidata comediante, sin líderes, ni cuadros, ni candidatos de peso. Sin trabajo político previo y con una larga fila de delitos entre sus militantes, como grupo la derecha en nuestro país, anuncia una derrota anticipada sin temor a equivocarse.

    Por si esto fuera poco la economía de México ha crecido en promedio en 3 por ciento desde 2018, a pesar de la pandemia, incluso más que otros países que superaban a México en crecimiento, a pesar de la pandemia, como España e Italia. En Argentina, por desgracia, el derechista Mauricio Macri desmanteló la economía de manera tal que no puede recuperarse de la noche a la mañana y la desesperación de los argentinos por acercarse a la estabilidad económica familiar, culpa al gobernó del saliente Alberto Fernández, de la debacle económica.

    Con una inflación superior al 140 por ciento Argentina se añeja aún más de México, para quienes quieren encontrar similitudes. Es decir, lo mismo da que en Ghana gane la derecha que la izquierda y México sigue igual, pero el optimismo propio de los aspiracionistas que tiene más de fantasía que de realidad, quieren ver un triunfo electoral de la derecha a la vuelta de la esquina.

    Las privatizaciones de Miley no benefician a la iniciativa privada sino a la de otros países, Carlos Slim comprará un par de ellas, que malbarata el flamante argentino, los empresarios serios, con apego a las leyes salen de ese país y algunos de ellos vienen a México, los préstamos que empezó a solicitar desde la víspera de las elecciones a los bancos internacionales y el refinanciamiento con el FMI, anuncia una inflación mayor. De eso no hablan los conservadores mexicanos.

    Si hubiera alguna semejanza con México sería como si en este momento, Carlos Salinas regresara a gobernar México, con sus privatizaciones que ya son trasnochadas y su servilismo a Estados Unidos que caracterizó al PRI por muchos años.

    Aunque el presidente electo de Argentina hable mal de los mexicanos y su Presidente, finalmente el dinero de los argentinos llegará a México vía de la empresa Arsat, de satélites, que tiene números negros, es decir no es deficitaria como es el caso de otras empresas que eran del Estado argentino como Aerolíneas Argentinas o la televisión estatal, la obsesión por adelgazar las responsabilidades del Estado se le revertirá a Milei con una crisis económica mayor.

    Desde luego habrá que ver quién habla de similitudes políticas entre Argentina y México. Una de las figuras públicas fue nada menos que la candidata de la derecha a la Presidencia de la República, a quien nadie puede atribuirle conocimientos políticos básicos.

    Extraña percepción de la derecha que sólo recoge la basura de la información para colocarla como activo valioso a su proyecto político, para encontrar, invariablemente, frustración. Así, las encuestas dan sorpresas o se mantienen según les convenga y ponen en la historia de las elecciones anécdotas pero no hechos, supuestos pero no datos duros y se dicen futuros triunfantes aunque a la hora de la verdad pierdan.

    Argentina y México parecieran tener pandemia contagiosa para la derecha o la izquierda. Por desgracia la geografía y la economía no aleja, pero la hermandad y conciencia liberadora, nos unifica.

  • Información o dogma de fe

    Información o dogma de fe

    Quienes insisten en consumir noticiarios del pasado se resisten no sólo a la verdad sino a la ruptura de sus símbolos. A pesar de que saben, de sobra, que les mienten prefieren creer que nada es diferente a lo ellos conciben desde siempre, que nada ha cambiado, que los signos que les dieron personalidad están intactos, cuando en realidad no es así. Esto es lo que les define como conservadores, conservadores duros y cerrados, cuyo mundo está destruido fuera de casa.

    La esencia de los medios es algo que no por ser vital se dice continuamente, su misión principal radica en definir el tiempo y el lugar donde existen. Si un medio habla sólo del pasado se convierte en una revista de historia, si sólo habla del futuro se trata de una publicación de ciencia ficción.

    Los medios y la educación privada no quieren definirse como habitantes del presente, no se resignan a concebir que hay un mañana diferente al ayer. Dicha condición sólo puede existir cuando se habla con la verdad, porque también ésta tiene tiempos. Decir que no se vacunen, por ejemplo, que fue consigna de la derecha internacional, no era una información que tuviera su origen en el presente sino en el pasado, entre otras muchas.

    Heinz Bude señala: En la sociedad el miedo el campo de la educación es un espacio en donde el miedo se observa con claridad, ya que las clases medias descreen de la capacidad estatal para brindarle a sus hijos la mejor formación, el miedo al futuro es desconcertante”.

    Las predicciones que hicieron prácticamente todos sobre la figura del actual presidente y, sobre todo en la campaña, que aseguraban que el peso se devaluaría hasta 50 pesos, pero nunca daban una explicación seria, el anunció del desempleo masivo que con insistencia aparecía en los medios convencionales como si adivinara el futuro.

    Los medios se equivocan hasta en el pronóstico del tiempo cuando tratan de adivinar el futuro y pecan de ignorantes cuando hacen referencia a la historia, por su falta de conocimientos históricos. La mentira se vuelve atemporal cuando es eclipsada por el miedo y se convierte en referencia para instaurar el terror en la población, aunque desde el origen de dicha noticia la verdad esté ausente.

    Durante la pandemia los medios convencionales revivieron hasta la peste negra, relacionándola con el Covid 19, como ejemplo de un retroceso en el tiempo y el evidente desconocimiento de la historia. La verdad es emisor y transmisor de la manipulación, en un círculo vicioso que intenta revivir lo muertos e impide que nazca lo nuevo.

    Así, el miedo, se introduce en la información y termina por manipular conductas, inducir votos y posiciones ideologías, al mismo tiempo que el miedo caracteriza a la población para convertirse en posición política. Miedo a todo, pero sobre todo a los cambios.

    El miedo a todo lo nuevo crea el terror a los cambios, como sucedía con las sociedades primitivas, que no podían explicarse el fuego, ni la erupción de los volcanes.

    Para comprender una sociedad sirve analizar sus miedos, señala Heinz Bude, porque asegura que el miedo es un indicador hacia dónde se dirige una sociedad, el miedo marca la época donde existen.

    Detrás del miedo al cambio está el símbolo que lo creó: miedo a la autoridad, miedo a dios, miedo a la transformación. La evolución de la especie exige una mutación de valores que son representados por símbolos en cada época. Al erradicar las causas del miedo, los valores se amplían, se colocan alas, se liberan paulatinamente de la prisión que sus conceptos encarcelan. De ahí que los símbolos se resquebrajan con los cambios.

    Así, la información en México intenta evitar los cambios, sigue diciendo que todos son iguales y que nada cambia. Quienes los elaboran saben que no es cierto y quienes consumen esa información también, pero la herencia judío cristiana de tener fe, les obliga a no abandonar el conservadurismo que les da refugio y certeza a su existencia y seguridad a sus acciones.

    La fe, según las religiones, es creer en lo que no se ve. Esta misma teoría, por llamarla así, se aplica en los medios de información convencionales, donde aprovechan esta herencia dogmática y la aplican a la costumbre de algunos de informarse a través de ellos, más por fe que por conocer la realidad.

    Los medios ocultan los cambios. Hay orden de no cubrir informativamente los eventos de las diferentes secretarías de estado, a menos que sean pagados. Al hacer un hueco informativo borran el presente y fortalecen la inmovilidad.

    Los símbolos de la habitual población en algunos medios convencionales, reproducen, en cada página, dogmas de fe porque afianzan en el poco público que les queda, su homenaje a lo viejo, tratando de decir que nada cambia y que de haber una transformación ésta sería para empeorar. Para los conservadores no hay vuelta al pasado, hay esperanza de volver al pasado.

  • Los medios y los miedos

    Los medios y los miedos

    Los medios de información convencionales han pasado de su actividad activista como militantes de la derecha a convertirse en un monstruo que expulsa miedo como fuego por la boca. Lo suyo. en realidad, es infundir terror entre la población, un terror paralizante, catatónico, que crea con secciones de noticias alarmistas con temas que tienen más de fantasía que de conexión con la realidad como seguridad, salud, coronavirus, el comunismo, la pobreza, la hambruna, ecología, cambio climático, etc.

    Los medios en México entran a la segunda etapa de presión en recuperación del subsidio del gobierno. El activismo político que sustituye a los partidos no queda atrás sino que es el receptáculo para embonar el miedo con envoltura de información social.

    Así anuncian nuevas pandemias, posibles represiones del gobierno, ladrones y asesinos en cada esquina, secuestradores en cada cuadra, enfermedades contagiosas en cada encuentro masivo. Todo es un peligro para los medios. Ya lo dicen y es un acierto el miedo es lo más antidemocrático que existe. Es de origen fascista y tiene la intención de desactivar cualquier organización social y exacerbar el individualismo.

    Resulta increíble que todavía a estas alturas haya secciones informativas dedicadas al coronavirus o falacias que alertan sobre la llegada del comunismo.

    Durante la pandemia el aislamiento les vino muy bien a los medios convencionales porque tenían a la población a su merced, podían mentir todo lo que quisieran y les creían. El fin de la pandemia no fue el fin de la manipulación informativa porque todavía hay personas que prestan atención a los noticieros televisivos.

    Los medios promueven el miedo en nombre de la defensa de la salud, de la vida, de la libertad, de la autonomía, de las aspiraciones y los sueños. La mentira siempre como constante. La complicidad con los poderosos como negocio y el menos precio de la inteligencia de la población como garantía de credibilidad.

    Carlos Eduardo Mena señala con precisión en una columna: “El miedo, es un instrumento de dominación de los grupos privilegiados sobre los postergados. Es una construcción sociocultural interesada en mantener los privilegios de las élites”.

    Así, los medios imponen miedo para que los postergados asuman su papel de subordinados sociales, con una ventana impuesta en sus casas, una pantalla que no refleja la realidad sino una ventana hacia la oscuridad, por la cual se asoma al horror de vivir en un mundo de peligros y violencia, es su ventana para estar “conscientes” de los terrores que se renuevan y fortalecen todos los días como noticia del día, con la que deben convivir para preferir la auto conmiseración a la responsabilidad.

    Imponer el miedo como forma de vida crea niños eternos, que quieren ser víctimas para evitar el compromiso y la vida social. El miedo aisla y, por lo tanto, resalta el individualismo. Por lo regular es una estrategia de gobierno, pero cuando forma parte de la única estrategia política de la oposición es todavía más peligroso porque es más sutil y se cubre con mentiras repetidas hasta hacerlas verdad en las conversaciones cotidianas.

    El mismo autor señala: “La democracia no requiere de miedos. Adicionalmente a un régimen político, este es principalmente un modo de convivencia que se funda en la confianza. Al difundir miedo, se miente y se distorsiona la realidad atentando contra valores que constituyen una “ética mínima” que es actuar siempre con la verdad que es el fundamento indispensable para la convivencia democrática”.

    El miedo no sólo gana elecciones sino que hace perder en las urnas la esperanza, la ilusión, la alegría. El ejemplo está en Argentina, donde los medios indujeron el no voto para Sergio Massa, el resto lo hizo el comediante que triunfó a pesar de que saben los argentinos que los llevará a la hambruna.

    Los traficantes de miedo exigen de una sociedad poco informada al mismo tiempo que desinforman, donde imponen dogmas como decir que la inseguridad es el principal problema del país y que la felicidad está en pensar sólo en uno mismo sin conciencia social que pueda perturbar los objetivos personales.

    En tiempos de campañas todos tienen en su discurso la exaltación de la democracia, unos tienen proyectos propios y los otros critican esos proyectos como forma de infundir miedo no necesitan decir nombres basta con encontrarle a los programas políticos del contrincante la mejor manera de aterrorizar. Así, si el proyecto habla de obras públicas, se acude al daño ecológico; si se implementa un programa social de becas para los adolescentes se dice que los convertirán en haraganes; si se ayuda a las madres solteras se cuestiona su honorabilidad, etc.

    Hay quienes crean y transforman, expulsando el miedo y quienes destruyen y anhelan la inmovilidad de la historia, tratando de imponerlo como eje de toda conducta humana.

  • Marcelo Ebrardor

    Marcelo Ebrardor

    La efímera y nada sorpresiva sumisión de Ebrard debe comenzar a crear un rechazo a su permanencia en Morena. Aceptarlo con la categoría de jefe de la tribu de la mediocracia morenista significa mantener latente la posibilidad de una desbandada. Desde luego que sería una desbandada inútil, porque las actividades legislativas de sus huestes terminaron.

    En realidad, Ebrard tiene sólo balas de salva porque es como si estuviera solo. La calidad moral y la fuerza de sus seguidores no existe. Nada hay que debatir hasta que lleguen los próximos legisladores, a quienes debe tener Morena mucho cuidado en seleccionar desde que sean precandidatos porque seguramente Monreal y Alejandro Rojas, intentarán la poca fuerza que tienen para convocar a un ebradorismo que ya no existe. Por otra parte, fuera de los legisladores actuales la fuerza de Ebrard ni existe; es decir, los futuros legisladores de Morena estarán fuera de su influencia y control.

    Ebrard nunca tuvo el peso que creyó tener como líder ni dentro ni fuera de Morena. Todo era ilusión del tiktok. Su atractivo principal radicaba en ser la contraparte de Andrés Manuel López Obrador dentro del mismo movimiento. De tal manera que apoyarlo implicaba no ser traidor porque el disidente líder estaba todavía, como lo sigue estando, dentro de Morena, y seguir con el ganador, pero mostró en el camino no sólo que nunca había sido progresista, mucho menos de izquierda y mostró su lado más conservador con tientes de traición inequívocos.

    Las personas de las que se rodeó cuentan hasta con antecedentes penales, hay un hombrecillo que es fanático de la Luz del Mundo, y otros que parecieran no existir en la nómina de los diputados de Morena, que siempre fueron comparsa silenciosa. En realidad, nunca tuvo gente de valía entre sus más cercanos colaboradores.

    Retomó de entre sus amigos los personajes más despegados de la realidad para encabezar los grupos llamados avanzada, a quienes acudía sólo para llenar eventos, que él solo no podía invocar con éxito. La contratación del ecuatoriano Jaime Durán barba como su asesor, en lugar de conocer mejor la idiosincrasia de los mexicanos por sí mismo, que en eso está reprobado el ex canciller. Sabe más de la política de Francia que de la nacional.

    Es decir, la estructura estuvo mal desde el inicio, por desconocimiento de las taras de proselitismo que estaban, además, muy claras en el historial político de López Obrador.


    En todo este proceso salió ganando Movimiento Ciudadano, y en específico Dante Delgado, sabe que era un riesgo apostar por Ebrard porque en el lapso que falta hacia el día de la jornada electoral, tendría como críticos acérrimos a los morenistas, a la escisión que provocaría en MC y a los del desmoronado frente amplio por México.

    En el caso de Ebrard, sus decisiones lo colocaron como alguien que ni defiende al sistema ni lo critica, simplemente es él y sus huestes, sin ideología, sin proyecto, sin ideas, sin más propuestas que legar el poder.

    Si Marcelo quiere seguir su carrera en Morena deberá deshacerse de su equipo, no sólo porque siempre lo mantuvo engañado sobre su arrastre social sino porque fueron más allá que el propio Marcelo en el discurso, atacando a Morena, sus dirigentes y su líder moral.

    Ebrard hace más daño dentro de Morena que afuera. Esto lo sabe cualquiera, su vocación por la traición, siempre será para él una tentación sabotear a su competidora, la traición surgirá hasta involuntariamente en algún lapsus de su discurso o en las declaraciones de algunos de sus muy indiscretos seguidores, quienes solo buscan escapar del anonimato en el que lo hundió su propia mediocridad.

  • Gente inconforme o división morenista

    Gente inconforme o división morenista

    Lo que algunos llaman división en Morena para otros es gente inconforme, que, en este caso, el más sonado fue el de Ebrard, quien trató de hacer de su inconformidad un movimiento interno, o en el mejor de los casos, una primera tribu que iniciara la verdadera división. La claridad en la explicación de las encuestas para la selección de candidatos a las gubernaturas no sólo dejó satisfechos a los perdedores sino que los unificó.

    Cualquier crítica a Morena de parte de sus militantes los simplistas, a veces bien intencionados, suelen hablar de división, rompimiento, dimisión y hasta desbandada. Nada de eso ha sucedido. La falta de costumbre en la política nacional. La expresión externada de disentir sobre la dirección que toma un partido, se interpreta no sólo como diferencias aisladas o comunes que pueden curarse con un debate, sino como un peligro de desaparición del partido, tratándose de Morena. La tradición en los viejos partidos políticos es la uniformidad de criterios que en algunos casos puede llamarse autocrítica y hasta libertad de pensamiento.

    La diversidad del origen de los militantes de un movimiento como Morena, es muy diferente al de un partido político. El movimiento abarca mayor diversidad de integrantes, amplitud de posturas, variedad de ideas políticas, pero también, debe tomarse en cuenta, que cuenta con un líder que está por arriba del dirigente nacional del movimiento. Es decir, lo que se ha dado en llamar un líder moral, que en este caso es Andrés Manuel López Obrador, cuya sombra arropará ésta y las siguientes elecciones, incluso después de su muerte.

    La esperanza de una división en Morena es una especie de búsqueda de identidad para quienes se consideran críticos del sistema, autónomos y hasta intelectuales, con el fin de ser diferentes y encontrar en este punto de vista atención y reflectores.

    La oposición, por su parte, está atenta a todo tipo de crítica desde dentro con el objetivo de llamarla, de inmediato, disidencia, división e, incluso rebeldía que puede no sólo salir de Morena sino fortalecer otro partido con sumándose a él o, lo que es todavía más fantasioso, crear un nuevo partido.

    Las expectativas sobre la ruptura de Morena son muchas y muy variadas que en términos reales se ha mantenido, a pesar de que desde afuera toda inconformidad es llamada división, enfrentamiento, sabotaje, etc.

    La expectativa de quienes esperan división se convirtió en esperanza, cualquier otro partido, con la diversidad de militantes como Morena ya hubiera tenido grupos identificados como disidentes internos, o sectores, con por lo menos mil personas, con líder propio que, por el momento no existen. La desesperación interna de algunos líderes que quieren formalizar su tribu, que nunca llegan a esa cantidad de personas, se han quedado en el intento y se han apagado antes de darse a conocer como tal.

    Más allá de la sorprendente cohesión de Morena en tiempos críticos está también la posibilidad de grupos que quieren convertirse en tribu para después unirse a otras fuerzas antagónicas y convertirse en grupo de presión para lograr espacios, tal y como lo hiciera en su momento Marcelo Ebrard. Quien llegó a la encrucijada de que no tenía razón para quedarse en Morena, ni tenía a dónde ir.

    La dinámica del partido en el poder, a pesar de haber descuidado una serie de trabajos que le son propios como la solidaridad internacional, la cultura, el deporte, la creación sólida de cuadros, etc., mantiene la solidez como partido y movimiento, y, la cohesión como partido en el poder, lo cual no había logrado ni el PRI en sus mejores tiempos. Luego de los nombramientos la división no se hacía evidente pero se traducía en votos de castigo. La uniformidad de criterios que impuso el PRI a sus militantes reventó hasta convertirse en el remedo de partido político que ahora es.

    No hay, hasta el momento en Morena ni líderes que creen tribus, ni tribus que puedan dividir. Eso es lo más grave para los partidos de oposición, cuya unidad está prendida de alfileres y, por si fuera poco, muestran su pobreza de militantes, votos, líderes, cuadros, etc.

    Quienes ven en la división de Morena como su prioridad utópica, no saben diferenciar entre inconformidad individual y división generalizada. No es una cuestión numérica sino de percepción mal intencionada.