Categoría: José García Sánchez

  • La oposición en etapa terminal

    La oposición en etapa terminal

    La derecha vive un conflicto existencial que pareciera impedirle ver hacia adelante. Su nostalgia por el pasado y su desprecio por la historia le crean un choque en la personalidad en lo individual y en lo ideológico en lo general, que desde principios del presente siglo los tiene carentes de visión, reacción y conciencia sobre el presente, lo cual incremente su sempiterna incertidumbre sobre el futuro.

    Enemigos de la igualdad y de los cambios, la derecha se muestra ahora en México reacia a la transformación de manera automática, sin reflexión alguna, lo cual los muestra cada día más extraviados. Sus contenidos en los debates parlamentarios expresan una disociación con la realidad que pareciera tratarse de recién llegados de otro planeta. Incluso, su raciocinio está en duda, y hasta su salud mental.

    Esta disyuntiva que en el pasado no quisieron fortalecer, ahora los exhibe como atrapados en un tiempo que perciben pero no entienden, que les lastima pero desconocen la razón, que los desplaza pero no tienen conciencia de que su pensamiento se quedó en el pasado. No quieren aceptar que estorban en el presente y prefieren suspirar por el pasado.

    Es por eso que la izquierda se nutre de los rechazos, no de las ideas propias, está contra el arbitrio, la inmigración, la equidad de género, la soberanía, el nacionalismo, la igualdad entre los seres humanos, etc. Está a favor dela monarquía de cualquier país, de la supremacía blanca, de la sumisión a otros países, de la libertad de empresa, etc.

    Es decir, hace de una opinión individual una consigna partidista en un constante esfuerzo por convertir sus creencias cotidianas en ideología. De ahí sus contradicciones que chocan en la percepción de la población mexicana. Pr ejemplo, están contra lo que llaman la militarización del país, pero quieren que los militares de Estados Unidos entren a nuestro territorio en busca de narcotraficantes; dicen estar a favor de la vid y en sus gobiernos reprimieron, asesinaron y desaparecieron personas; aseguran estar a favor de la libertad de expresión y tienen columnistas mentirosos a sueldo.

    La identidad de la derecha en México está borrosa, como la imagen de una fotografía mal tomada. Esta indefinición los identifica y es expuesta en cada declaración de sus integrantes, de tal manera que se convierten en sus peores enemigos. Las apariciones de sus plañideras en las cámaras atentan contra las simpatías de su partido y no llegan a hacer el mínimo daño al contrincante; al contrario, se muestran ansiosos por ser escuchados a través de gritos e insultos. Quieren hacer de la espectacularidad una forma para denunciar y sólo logran colocarse en la línea de fuego de las críticas ciudadanas.

    Su condición de católicos no les permitía crear un partido basado en la religión, por el riesgo de parecerse a los criterios y debieron conformarse con hacer activismo contra el comunismo porque aseguran y siguen asegurando, que quema curas y templos.

    La identidad de la derecha en México no encontró asidero válido porque sus valores desde la primera mitad del siglo pasado, ya pertenecían al pasado. Eran pieza de museo. El desarrollo de los conservadores se fue frivolizando hasta considerar que su ideología se basaba en el aspiracionismo, si quieren vestir con ropa de marca y tener automóvil del año y una residencia voten por la derecha. Los demás son pobres y los ricos son mejores y superiores.

    Esa es la identidad que transpiran y en la que basan sus discursos, debates, peroratas y hasta en la sobremesa. Su identidad está tan extraviada que intentan adoptar a la sociedad civil como parte de sus simpatizantes, aludiendo a sus filas a los financiadores de sus militantes y mecenas, como es el caso de las agrupaciones de Claudio X. González. Pero lo cierto es que la sociedad civil demostró no votar por ese partido, que estuvo siempre lejos de la población.

    Así, la falta de identidad de los panistas surgidos de una contra propuestas, con objetivos de contrapeso en lugar de ideología muestra su pobreza política en medio de un proceso creciente de politización social.

  • Medios y partidos o la pelea por los subsidios

    Medios y partidos o la pelea por los subsidios

    Ante las transformaciones de la sociedad mexicana, se solicita desde una parte muy sensible de la sociedad que los partidos políticos sean autosuficientes, que sean sus militantes quienes sostienen al partido, como sucede en otros países. Por lo regular esta visión proviene de los medios, que suspiran por que se les regrese el subsidio del que gozaron por muchos años.

    La austeridad del gobierno debía ser pareja, es decir, sin subsidio para los partidos y tampoco para los medios. El origen de dichos recursos es el mismo pero los fines diferentes, y para qué quieren los mexicanos que los medios sean subsidiados con su dinero, vía publicidad oficial, para que sigan mintiendo como lo hacen desde hace más de un siglo.

    Los partidos políticos son entes de interés social, los medios son empresas particulares. No pueden subsidiarse a individuos o grupos con dineros públicos; sin embargo, la tradición de la sociedad perversa entre medios y gobierno, pareciera no darse cuenta de este negocio que resulta ilícito. Que es parte de la corrupción.

    Porque lo que debía ser es que los militantes sostuvieran a sus partidos y sus anunciantes a los medios. Así habría independencia en éstos y disciplina y honestidad en los partidos. Pero el peso de los usos y costumbres es demasiado para ser entendido de repente por los interesados en el tema.

    La democracia tiene un precio que arroja resultados satisfactorios para toda la sociedad sin distinción; sin embargo; los medios sólo han beneficiado tanto en los contenidos como en su proyección financiera a un grupo reducido de mexicanos que utilizaron la publicidad para evadir impuestos y enriquecerse. Incluso hay medio que crean sus empresas para que se anuncien en los medios todo con propietarios del mismo consorcio empresarial. Incluye desde luego, empresas fantasma.

    Seguramente habrá una profunda revisión de todo tipo de subsidios y en la Ciudad de México ya se decidió reducir a la mitad las prerrogativas destinados a los partidos políticos. Deberían hacer lo mismo con los medios.

    La propuesta aprobada, que presentó Morena, señala que es impostergable e ineludible la reducción del gasto público en áreas no prioritarias, para destinar dichos recursos a la atención de las necesidades de los habitantes de esta ciudad, tales como agua, salud, educación y transporte, entre otros.

    A pesar de que los medios han sido subsidiados indirectamente por los partidos, sobre todo en tiempos de campaña, mantienen una añeja competencia por el dinero que emana del gobierno.

    Consideran los medios que los partidos son enemigos de sus intereses porque no todos fortalecen sus arcas. Los medios fueron dejando en el camino del tiempo la credibilidad; los partidos tienen, contrariamente, de manera inmediata, su sanción ante el distanciamiento con la población, a través del voto, pero los medios, que todavía no aprenden a medir sus alcances, a quienes creen burlar las métricas y alteran, con bots su auditorio para inflarlo y decirse escuchados, vistos y atendidos, creen engañar a un auditorio que los conoce mejor que ellos mismos.

    El subsidio a los partidos puede fortalecer la democracia con una ideología que les caracterice, donde las propuestas superen a los hombres y no los hombres a las propuestas, pero los medios necesitan del protagonismo de los mercenarios que los fabricaron como “líderes de opinión” para manipular a la población con el dinero del pueblo.

  • Minorías antisociales

    Minorías antisociales

    A pesar de las evidencias el PAN todavía no entiende que el pueblo no lo apoya. Es la segunda fuerza electoral porque su candidata absorbió el descontento pero no porque haya tenido simpatizantes su organización.

    Esto tan sencillo de entender la cúpula del PAN lo desconoce y si ignora que el apoyo de la sociedad es nulo, es que deben dedicarse a otra actividad. Los resultados electorales ni siquiera son un punto de referencia para preocuparse, siguen mintiendo, diciendo que millones de personas los siguen, incluso los idolatran.

    El asunto de la reforma al Poder Judicial no es un asunto de mayorías, la ley nunca estuvo de lado de quienes viven injustamente, porque son producto de la ilegalidad. Nunca tomaron en cuenta al pueblo y ahora sus jueces corruptos piden su apoyo, porque el simple hecho de darle la espalda a la población cuando se trata de implantar la justicia y hacer respetar la ley es un acto de corrupción.

    En algún momento de delirio a los diputados panistas Federico Döring y Héctor Saúl Téllez, se les ocurrió convocar a la población a defender como propio lo que siempre estuvo alejado; los intérpretes y ejecutores de la justicia. Invitaron a una concentración a la que no asistieron ni los supuestos afectados por la reforma.

    La idea consistía en mantener un plantón a las afueras de la Suprema Corte, mientras se discutía la reforma al Poder judicial, en la víspera sucedieron algunas cosas oscuras, como el anunció de que la ministra Farjat y Gutiérrez Ortiz, quien nunca tuvo carrera judicial, de que votaría a favor de la reforma, lo cual cambiaba la perspectiva de la discusión. Tuvieron que llevar acarreados.

    En esta convocatoria confluyen dos grupos que no sólo fueron indiferentes con el pueblo sino repudiados por éste. El PAN y el Poder Judicial ahora quieren apoyo en su agonía. El primero ve próxima su muerte, el segundo una expulsión a la que obliga su refundación, porque sus integrantes no resisten la prueba de la honestidad.

    La incapacidad de conocer la realidad social de una sociedad unió a dos grupos que se distanciaron de la población para esconderse de ella, pero aseguraban, en su discurso contribuir en beneficio. El Poder Judicial tradicional y el PAN están del lado de la minoría. El partido más alejado de la población, desde su fundación es el PAN; el Poder de la Unión más distante de la población es el Judicial. Nadie puede negarlo.

    Las dos entidades pertenecen más al pasado que al presente, su vida se ha alargado con amparos y concesiones, que se otorgaban unos a otros, el PAN solicitaba amparos contra obras y decisiones del gobierno, mientras el Poder Judicial estaba blindado en el Poder Legislativo y Ejecutivo para no ser tocado ni con el pétalo de una reforma.

    Para poder desactivar la reforma, los interesados en alargar la agonía del viejo sistema judicial, no se dan cuenta que su reforma quedó concluida el sexenio pasado. Entre berrinches, remedos de amparos, debates trasnochados y discusiones en los medios, se trató de darle respiración artificial al rancio estilo de administrar la justicia en México.

    Por su parte, el PAN debió, por lo menos refundarse en el año 2000, cuando tuvo el poder, pero nunca aprendió ni de sus errores ni pudo asimilar el poder otorgado. En lugar de ejercerlo, se adhirió a los lineamientos administrativos del PRI, concedió espacios que crearon el PRIAN, fusión que hasta el momento desconocemos dónde empieza y dónde termina. Sus integrantes son seres híbridos mentalmente hablando, que ni se identifican con las cúpulas de ambos partidos, ni son incompatibles, los une el enemigo común.

    La alianza opositora recibió 16 millones de votos, más de la mitad eran producto del descontento, natural en cualquier democracia, expresión de un segmento de la población que se identifica con la incertidumbre que nunca ocurrió. Es decir, los votos, en tres partidos quedan 8 millones de votos, que, divididos generosamente, al PAN les corresponderían 5 millones, como seguidores natos de esa derecha que surge como contrapeso al miedo que, a futuro, podía implantar el régimen de Lázaro Cárdenas. Es decir, el PAN es el gran beneficiario del miedo de la sociedad conservadora.

    Los conservadores en México nunca han sido mayoría, desde la víspera de la Guerra de Reforma, mantienen el poder, gracias, principalmente al Poder Judicial.

    Por otro lado, los medios insisten en llamar polémica a la reforma al Poder Judicial, no es preciso el término, simplemente hay una reforma que tiene descontentos a una minoría que no llega a tres mil personas, acompañados de una oposición decadente, ávida de banderas para sobrevivir. Ni siquiera llega a ser polémica, a pesar de los espacios que le regalan los medios como parte de su estrategia violenta contra el gobierno, producto del retiro de un subsidio que habían pronosticado vitalicio.

    Benito Juárez, en 1858 fue presidente magistrado, así se le denominaba a los ahora ministros, de la suprema Corte, electo por el voto popular, eso no llevó a la dictadura sino a crear las Leyes de Reforma que eran urgentemente necesarias ante los exceso de un clero que era dueño de todo y de todos.

    Ahora que los excesos vuelven a ser parte de la condición mexicana, la resistencia de los integrantes del Poder Judicial quiere convertir en debate no sólo las leyes, la Constitución sino la historia misma.

  • Parálisis legislativa, objetivo de medios

    Parálisis legislativa, objetivo de medios

    Los medios convencionales hablan de la oposición como si tuviera fuerza. La voz de los opositores tiene reservados espacios destacados en los medios, como si en realidad pudieran cambiar algo de la realidad del país.

    Al quedarse la oposición sin votos y sin fuerza en el legislativo, gobernando sólo 9 estados de 32, equivalente al 28 por ciento del país, sin representación real en las cámaras y perdiendo su registro en algunos estados, uno a uno. La oposición carece de futuro en forma de partidos; sin embargo, los medios para informar no parten de esa base para informar, así la palabra de un diputado de la oposición pareciera tener el mismo valor que el de la Presidenta y los fallos de una jueza, tienen el peso suficiente para destituir a la Jefa del Ejecutivo.

    Ese es el panorama que presentan algunos medios que parten de una realidad inexistente y de una fuerza política que se extinguió. Esto afecta principalmente a la oposición, que acostumbra leer esos medios y vive en un mundo ficticio.

    Los medios reviven cadáveres políticos en detrimento de su propio público que sabe que hay muchos políticos del pasado sin presente y sin futuro, pero ocupan espacios que deberían llenar los integrantes del gobierno o del partido en el poder, para los cuales sólo hay pequeños espacios y páginas interiores.

    Para los medios activistas de derecha hasta los mensajes de X son noticia, los difunden como declaraciones formales, sin verificar su origen; todo lo que dicen los miembros de la oposición parecieran convertirse en iniciativas de ley para los viejos medios y cada denuncia que realizan tan sólo para sumar denuncian sobre los casos que intentan tumbar, son juicios ganados por la oposición. Los medios dan por hecho propuestas, hacen de la especulación hechos consumados y de las declaraciones juicios legales.

    Para el sentido común, la lógica y la verdad resulta difícil tomar en serio a estos medios; sin embargo, y a pesar de todo, siguen teniendo público. Un público que quiere escuchar lo que desea pero no lo que existe.

    Para mostrar su acercamiento a la oposición que de donde viene el dinero por borbotones, los medios se alejan de la verdad.

    Si los medios fueran producto de la voluntad popular hubieran desparecido algunos; sin embargo, se trata de empresas que buscan ganancias, teniendo como base la frase: El fin justifica los medios. Es decir, El dinero sacrifica a los medios, hasta desvanecerlos en su propia práctica.

    Los medios son incapaces de reconocer la verdadera fuerza de la oposición, la presentan ante su público como si gozaran de buena salud y, al mismo tiempo, contaran con un número importante de legisladores y seguidores. Es decir, como si fueran capaces de cambiar la realidad del país, cuando en realidad sus declaraciones forman parte de una presión mínima. Magnificar la fuerza de una oposición frágil sólo distorsiona la realidad política de un país que decidió quién debería contar con la fuerza necesaria para transformar México.

    La idea que tratan de infundir los medios de información es que debe haber un Congreso equitativo, con un número muy similar de legisladores la democracia camina porque hay igualdad de circunstancias, cuando en realidad nada se mueve con partidos con igual número de curules en las cámaras.

    Al contrario, un Congreso con numero iguales entre las partes impide la legislación. El cabildeo, la negociación, los acuerdos y los pactos o alianzas no son práctica común en el Poder Legislativo, de tal manera que para los conservadores los equilibrios en las cámaras es la condición ideal para que nada cambie.

    De ahí su intención de otorgarle a la oposición una fuerza que no tiene y a sus líderes una influencia sin eco.

    Para que el país se mueva debe haber actividad real en las cámaras, no debates sin conclusión ni mayoriteos, sin debate de altura como sucedía antes. Mientras los medios no otorguen a cada fuerza política la dimensión exacta de su fuerza no habrá democracia.

  • Movimiento Ciudadano se va a la ultraderecha

    Movimiento Ciudadano se va a la ultraderecha

    Movimiento Ciudadano sabe que entra a una etapa terminal de su vida y quiere alargar la agonía el mayor tiempo posible a pesar de que su cúpula se derritió en pocos meses. Para ello recurre a la ultraderecha corriente política a la que siempre perteneció pero que negó para verse competitiva en las elecciones.

    La cabeza de un grupo de agresivos estudiantes de escuelas particulares fue huésped del senado a invitación de Castañeda, la intención era abordar a Noroña para pedirle diálogo “respetuoso” sobre la legitimidad de la reforma al poder Judicial que ahora es ley. Pero que, a los ojos de la derecha, es buen pretexto para seguir desgastando ala la 4T.

    Su líder, egresado de la escuela Libre de Derecho y amigo de Claudio X. González, llamado José Mario de la Garza, organiza un movimiento golpista desde su visión retrógrada del conservadurismo más rancio, al estilo de aquel grupo de delincuentes llamado MURO, Movimiento Universitario de Renovadora Orientación. Castañeda tiene como puente hacia Claudio X. González, al líder de este grupo de choque anuncia una posible alianza para sobrevivir en las elecciones de 2025, fecha anunciada para sucumbir, incluso perder el registro.

    La invitación que hizo el coordinador parlamentario en el senado de ese partido Clemente Castañeda, muestra su apertura hacia corrientes más conservadoras de lo que ya ha mostrado este partido que tendrá su prueba de fuego el próximo año, cuando se realicen las elecciones para renovar los 212 municipios de Veracruz, estado donde nació el partido, en una de sus prisiones, cuando estuvo preso Dante Delgado, por corrupto y vio la creación de esa organización como alternativa para alcanzar la impunidad y ser liberado. Salió de prisión por un delito que había prescrito y no por ser inocente. Es decir, Movimiento Ciudadano podría morir donde nació.Ahora MC no puede, aunque quiera aliarse con nadie, porque el PRI y el PAN, tienen un camino difícil para llegar a las elecciones del próximo año en Veracruz sin dividirse o perder su registro. De tal manera que con o sin alianza el partido fundado por Dante, seguramente podría desaparecer en la entidad.

    Si a esto sumamos una cúpula desprestigiada, frágil y de dudosa honestidad, encontramos que la apertura a un grupo de jóvenes de ultraderecha, realizada por Castañeda tiene su razón de ser, porque de sobrevivir su partido, se colocaría en el extremo radical de la derecha, más allá del PAN y muy cercano a VOX, a Verástegui y al fascismo contemporáneo.

    El líder moral de MC está a punto de retirarse de la vida política; Samuel García, un posible sucesor., al frente del partido, ha bajado su popularidad dentro y fuera del estado que gobierna, es señalado de tener negocios con sus parientes, los Beltrán Leyva y el negocio familiar de facturas cada día está más cerca de la sanción; mantiene a un Colosio cuyas adicciones lo han llevado al hospital y su incapacidad política al desprestigio; un ex candidato a la Presidencia que tiene más puntos oscuros que lucidez para hacer política. Un gobernador en Jalico que no se entera de la embestida contra fieles católicia hasta varias horas después, un gobernador electo espurio. El que queda es Castañeda, quien como tabla de salvación hacia el naufragio que significa aliarse con la ultraderecha podría acarrearle más desgaste que beneficios.

    El desprestigio de los partidos de oposición en Veracruz, que en algún momento fuera bastión del PRI, crece y arrastra a Movimiento Ciudadano en la entidad, sobre todo por los antecedentes priistas de sus integrantes, los resultados electorales y los manejos deshonestos.

    En Veracruz, con todo y guerra sucia que apoyaba al gris Pepe Yunes, alcanzó el 31 por ciento de los votos, ante el 59 por ciento de Rocío Nahle. Pero a MC le fue muy mal, con el 7 por ciento del porcentaje de votos, no ganó un solo distrito electoral y no tiene representación en el Congreso local.

    Para el 1 de junio, Nahle tendrá seis meses en el gobierno, el desgaste de MC será mayor y su idea de no tener aliados, condena a ese partido a desaparecer, aunque compita sin máscaras como el representante de la ultraderecha en México.

    Recientemente la cabeza sobreviviente de la cúpula emecista, Clemente Castañeda se pronunció, como los hacen sus amigos del PAN por recurrir ante instancias internacionales para tener derecho a argumentar inconstitucionalidad en alguna ley, pero no pueden hacerlo porque, por ley –una ley escrita desde hace muchos años—para sostener esta posición se requiere, por lo menos, la tercera parte de las Cámaras, y la oposición, conformada por tres partidos, no la tiene. Que le reclamen a los que no votaron por ellos esa castración y no al partido en el poder. Sobre todo, tienen que cuestionarse a sí mismos su incapacidad para atraer simpatías de los ciudadanos, quienes sólo les dieron un porcentaje mínimo de apoyo.

    Lo único que puede evitar la muerte de MC, incluso del resto de los partidos, es tratar de unirse a Morena, claro previa selección individual de los nuevos integrantes, que esperemos no sean muchos.

  • Abusivos acusan excesos de poder

    Abusivos acusan excesos de poder

    La mayoría de los mexicanos aprueba las acciones de los morenistas en el Poder Ejecutivo y Legislativo, incluso podríamos decir, los excesos en caso de haberlos, los cuales son denunciados por la oposición todos los días. Pero no es lo mismo estar al margen porque los votantes los marginaron de las decisiones que tener voz y voto, los cuales o supieron y, sobre todo no quisieron conservar.

    Suena arbitrario aparentemente el hecho de que pueda afirmarse que los mexicanos podrían apoyar, incluso, los excesos de sus diputados, senadores, incluso de la propia Presidenta, en caso de haberlos. Los explica y los justifica incluso con gusto. La verdad es que hay en la mayoría de la sociedad mexicana mucho rencor contra los conservadores, quienes tuvieron al pueblo subyugado y también contra los medios que mantuvieron a la población encargada. Quieren justicia los mexicanos, no venganza, pero ni una ni otra existe.

    Los conservadores están amparados tramposamente en los usos y costumbres políticas que ellos mismos hicieron ley, así escudados en derechos hicieron de sus excesos algo normal y ahora que no tienen el poder, para ellos todo es un exceso. Lo cierto es que en la raíz de todo acto de justicia está la venganza, las leyes se conformaron para disminuir la venganza para darle un espacio a la razón; sin embargo, al decir que cuando se delinque se agrede a la sociedad, la sentencia es también un acto de venganza, que es un sentimiento demasiado humano. Esto lo explica con gran lucidez Michel Foucault en su libro “Vigilar y castigar”.

    Podría pensarse que la venganza fue considerada un pecado y casi un delito por el poder, previendo que después de su caída podrían cortarles la cabeza.

    Actualmente no hay ex presidente preso, ni comunicador tras las rejas por mentir, ni juez detenido por dar un fallo injusto e ilegal. Las coartadas de éstos son tantas y al mismo tiempo tan débiles, que para fortalecerlas deben acudir a foros en el extranjero y darles solidez. Los ex presidentes están en el extranjero, los periodistas acuden a instancias internacionales para que sus mentiras entren, con calzador, dentro de la libertad de expresión, y los ministros evitan la evolución de su propia especie, quejándose en Harvard por la reforma constitucional, que a pesar de ser ley quieren ampararse, precisamente para mantener privilegios, pero también para evitar la cárcel.

    Los excesos que con conocimiento de la población o no pudieran cometer los legisladores de Morena, no sólo parecen tener el aval de la población, sino que ésta exige mayores acciones. Más de uno quiere ver a un ex presidente, por lo menos a un periodista y a un juez tras las rejas por sus excesos.

    Para un pueblo lastimado por regímenes autoritarios su reivindicación legal y penal siempre será tibia. Los grandes cambios se dieron a partir de los excesos. La Revolución Francesa no hubiera tenido el arrastre social si no le hubiera cortado al cabeza a María Antonieta y a Luis XVI. Hay excesos en la historia que se convirtieron en anécdotas y pasarían por actos justos desde la perspectiva del tiempo.

    Desde entonces el destierro, el exilio y el autoexilio sustituyen la decapitación por guillotina. La radicalización de la derecha en México, no tendría el menor sonrojo de ejecutar personas, con o sin juicio, si se concretara el golpe de Estado que vienen fraguando y que se diluye pero no muere, se detecta pero no se erradica.

    Cuando los conservadores tuvieron el poder se ensañaron contra una parte específica de la población: los pobres. Ahora, que consideran que obligar a pagar impuestos a los empresarios es un exceso claman justicia y lloran por la nostalgia de los jueces perdidos en la batalla contra la corrupción, su corrupción.

    Masacres desde Díaz Ordaz hasta Peña Nieto, se sucedieron una tras otra contra pobres, Tlatelolco, Jueves de Corpus, Río de los Remedios, Aguas Blancas, Acteal, Atenco, Guardería ABC, Tlatlaya, Nochistlán, etc. Pero señalan que obligar a los grandes empresarios a pagar impuestos es un exceso.

    La memoria fortalece la historia, y ésta la hacen los pueblos, aunque haya una parte de la sociedad que quiera estancarla por su nostalgia por el pasado.

  • Jueces golpistas

    Jueces golpistas

    A estas alturas nadie puede creer que a los integrantes del Poder Judicial les interese la imparcialidad en la administración de justicia, menos aún en la democracia, la legalidad. Las acciones de los inconformes, empezando por la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, están más cerca de la impunidad, la extorsión, el chantaje, la complicidad que de la justicia.

    Sus excesos, reconocidos por ellos mismos, como los de todos que integraban los otros dos poderes en años pasados, son lo de menos. Se han desintegrado las aristas del triángulo que impulsa los golpes de Estado.

    La reforma al poder judicial no sólo erradica la corrupción en ese espacio, sino que impide, por el momento, el golpe de estado blando, pero también debilita a la política injerencista de estados unidos, la cual era alimentada por la derecha en México, principalmente por el PAN.

    Es evidente que hay muchos intereses en que nada cambie en el Poder Judicial, a pesar de la mala fama que tiene, pero también que hay mucho dinero para evitar cualquier cambio. Ya la Constitución fue reformada pero continúan tratando de evitar que en las acciones se lleven a cabo una reforma. Culpan al Poder Ejecutivo de cambiar una ley cuando fue el Poder Legislativo el que desvirtuó su labor social, mostrando poco o nulo conocimiento de las leyes, sí como sensibilidad social.

    Hay en las oficinas del Poder Judicial, movimientos radicales contra la reforma que llegan a la violencia, que son pagados por una mano desconocida para continuar saboteando, además de garantizarles seguir cobrando su salario. Estas personas ya no pueden trabajar en una instancia encargada de administrar la ley, son mercenarios.

    En el colmo de la ignorancia de las leyes intentan ampararse ante una reforma Constitucional, contra la cual no hay procedimiento que pueda echarla abajo. La mayoría que aprobó la reforma al poder Judicial tiene su origen en las urnas, la oposición apática y perezosa nunca se preocupó por tener los votos de la población mayoritaria, trabajo para una parte de la clase media que se politiza y toma conciencia a través del celular, y os resultados fueron catastróficos.

    Dichos movimientos no han logrado sumar a la población en su lucha a pesar de las convocatorias de la toga que por la gran mayoría de los medios se realizan. De hecho, quienes quieren información al respecto son una minoría, los problemas de los trabajadores del poder Judicial no es asunto que le llame la atención a más del 70 por ciento dela población. Tampoco el Poder Judicial, y, menos aún que la oposición, atendieron al grueso de la población; al contrario, mientras más alejados estuvieran de la chusma, para ellos mejor, porque reafirmaría su supremacía y su calidad monárquica.

    Los jueces siempre actuaron en favor de quiénes más tenían en todos los aspectos. Las Juntas de Conciliación y Arbitraje eran una especie de subasta donde regateaban al trabajador sus derechos laborales. Esa era su función. Y todos lo sabían. En esos tribunales se convertían en el mercadeo de liquidaciones y los derechos laborales, con la anuencia delos jueces. Así, los jueces eran buenos ante los medios, porque éstos se veían beneficiados con sus fallos.

    Es así como los medios han creado un problema nacional de un conflicto gremial y en cada información sobre el tema argumentan que es la población que está a favor de los jueces y ministros que nunca han gozado de la simpatía de los ciudadanos.

    Ahora, son los medios los que quieren hacer del problema de la inconformidad de los trabajadores del Poder Judicial, un problema de magnitudes nacionales, cuando en realidad a nadie les importa.

    Debería darles vergüenza a ministros jueces y magistrados pelear, de manera tan descarada por sus privilegios personales. Con esas actitudes demuestran que no son sensibles a la vida de la mayoría de la población y creen tener un estatus de seres superiores, una especie de iluminados que siempre tienen la razón, cuando en realidad se trata de auténticos delincuentes.

    Pero su obsesión por impedir la reforma, a pesar de que no les afecta a quienes protestan, acusa que el golpe de Estado blando se frustró.

    El Poder Judicial actuó en la mayoría de los casos contra los intereses de los mexicanos, favoreció a quienes tenían más dinero y poder, de esa manera podría ellos escalar en relaciones que pudieran seguir cometiendo fechorías en nombre de la ley. En el contenido de esos archivos en los que quieren impedir la mirada de la población, porque son testimonios claros de la manera en que han trabajado por años dentro de la ilegalidad y la injusticia.

  • Eterna agonía del PAN

    Eterna agonía del PAN

    Si se trata de dejar sin registro al PAN realmente la acusación de complicidad con el narcotráfico es una apuesta a largo plazo. No basta tener a uno de sus funcionarios acusado de formar parte del crimen organizado. El actual Talón de Aquiles, es el número de militantes, que no les alcanza para mantener el registro.

    Si se le presionara un poco al INE para que realizara un padrón de militantes, seguramente ese partido estaría fuera del panorama político. La acusación requiere investigación y pruebas, lo cual lleva tiempo. Y señalaría sólo a los implicados, no todos los panistas fueron cómplices de García Luna o de Cabeza de Vaca, o de Calderón o Margarita Zavala, o Roberto Gil.

    Si tomamos en cuenta la disposición del PAN para facilitar, protagonizar e impulsar un golpe de estado en México, es necesario que ese grupo esté a la vista de todos. Porque como grupo de presión no desparecerá, ni sus siglas se irán al cesto de la basura; pero, sería más complejo saber sus planes, sobre todo leer de su discurso lo que proyecta y con quién se asocia, que no son precisamente unos demócratas.

    El PAN como partido dentro del esquema de sistema de partidos, en busca de votos, es inofensivo. Fuera de este panorama se convierte en puente dela ultraderecha. Ya en nuestro territorio hay grupos, incluso asociaciones en busca de convertirse en partidos políticos de ultraderecha. Están al acecho.

    Hay partidos locales como Vida en Nuevo León, o el Partido libertario en ese mismo estado; además, una agrupación de estudiantes radicales de ultraderecha en las universidades privadas como grupo de choque, el clero tiene una buena parte de sus apuestas metidas en el golpe de estado también, el grupo de Verástegui, Viva México, quiere tirar la puerta de la democracia, con subsidio estadounidense, el Frente Nacional por la familia, que encabeza por los panistas Rodrigo Iván Cortés, egresado de la Panamericana, acusado de violencia política de género, y Leonardo García Camarena. Imaginemos a estos grupos unidos, formar un partido de ultraderecha en el cual muchos de los panistas brincarían con gusto, pero sobre todo, con una mayor identificación en el las ideas y las acciones políticas.

    El peligro está en que esas agrupaciones ubican sus sedes en estados gobernados por la oposición, pero, como sucede en el caso de Nuevo León, con aspiraciones de independencia, que una vez que se den cuenta de la realidad desistirán, pero serían territorios liberados para la ultraderecha y muy cercanos a Estados Unidos.

    El PAN en la oposición es un mal necesario para la democracia mexicana, un quiste benigno que mientras esté a la vista no puede hacer nada trascendente. Mientras más gritan sus plañideras su desgaste se profundiza. Mientras más sospechosos haya, más desgaste a su ideología.

    Cuando un político entra a la cárcel se deja hablar de él y se convierte, muchas veces en víctima. Al gobierno le es más útil un panista sospechoso, cuya reputación será su sombra de por vida que uno en la cárcel que estaría purgando una condena que no extirpa la corrupción ni el narcotráfico.

    Para los panistas la tribuna es el diván del psicoanalista, donde ventila sus sueños, expresa con toda libertad sus lapsus, da a conocer su discurso en momentos de exaltación, señala a sus enemigos más odiados, confiesa sus resentimientos. Es decir, ofrece todos los insumos necesarios para saber quién es, qué quiere, hacia dónde va y cuál es su malestar.

    El PAN es el embudo de la ultraderecha en México, siempre y cuando mantenga su registro como partido político, desde dónde se muestra descarnado. En la clandestinidad, o sea sin registro, ese embudo puede convertirse en puente.

  • Maniqueismo de ultraderecha

    Maniqueismo de ultraderecha

    El maniqueísmo patológico en el que basan su vida los conservadores los vuelve aparentemente torpes políticamente y así lo demuestran quienes incursionan en la política desde ese lado de la historia. Dividir entre buenos y malos la historia, como si se tratara de una película de Hollywood del siglo pasado, es la única manera que conocen algunos de hacer política.

    Ni siquiera son capaces de explicar las causas de la bondad o de la maldad de quienes citan reiteradamente en sus debates parlamentarios su limitada visión que les impone una interpretación de la realidad que se aleja de la verdad.

    Hay lugares, personas, eventos que sólo son malos o buenos. Se quedan con la primera visión de lugares personas y eventos del pasado, único tiempo que reconocen como bueno el presente es malo y el futuro les da miedo.

    Los lugares que son malos por antonomasia sin explicación alguna son, por ejemplo, Venezuela, país malo, en cambio Estados Unidos es un país bueno. Rusia es malo, Canadá bueno; China es malo y España excelente, incluso tiene rey. Nicaragua es malo y Reino Unido es bueno, por eso tiene rey. Su noción de realidad que ubica a los países en el paraíso o en el infierno la difunden los medios convencionales manejados por los propios empresarios convencionales, conservadores y de derecha.

    Es decir, ni siquiera la simplicidad del maniqueismo que maneja la derecha en México está basada en la realidad. Los convencionales parecieran ser una secta que comparten una realidad que no es compatible con la que vive la mayoría de las personas. Si colocáramos números a esas dos partes tendrían cifras, más o menos exactas, en las urnas del 2 de junio.

    La apreciación pueril de la realidad a la que conduce el maniqueismo se manifiesta en la gran mayoría de los discursos de los conservadores dentro y fuera de la política. El debate parlamentario de la derecha está saturado de maniqueismos que arrojan insustanciales conceptos que no sirven más que para comprobar su inoperancia política.

    Así, los conservadores se refugian en la agobiante rutina del convencionalismo para reforzar su creencias sociales y policías, entretenidos en dividir buenos y malos, revolverlos, conjugarlos, dispersarlos. La condición de dividir buenos y malos es no dividirlos ni hacer que se noten sino que sorpresivamente expresen diferencias que pueden llevar al extremo del exterminio.

    El origen de esta manera de ver el mundo no sólo parece extraída de una película del siglo pasado sino que tiene sus orígenes en la religión. El pecado es lo malo y lo demás, como la caridad, la bondad, la decencia, la honestidad, etc. son buenos. No hay términos medios, el propio sacerdote, desde el púlpito reafirma valores más que religiosos propios de su antecedente, el maniqueismo.

    Al ser excluyente, el maniqueísmo crea diferencias, discrimina, margina, segrega. Por si la identificación con la derecha, los conservadores incorporan primero el lenguaje maniqueista y luego las acciones, son el insumo retórico principal de los partidos libertarios, como el que se gesta en Monterrey, Nuevo León, llamado así, sucursal del organismo político en el que milita gente como Javier Milei.

    Los personajes malos y los buenos son enfrentados en muchas de las alocuciones de personajes estridentes de la oposición en las cámaras. Estos personajes no debaten dan señales a través de sus palabras clave, basados en principios maniqueistas. Son los signos vitales de la ultraderecha.

    El maniqueismo es la pieza esencial en el discurso de la derecha que impulsa la polarización, como un proyecto sostenido, orquestado y estratégico diseñado para desatar la violencia. El Chile, la asociación Libertad y Desarrollo ha tomado la ofensiva contra el gobierno de Gabriel Boric, con una disidencia soterrada pero efectiva que se esconde en el discurso moralista con evidentes matices maniqueos.

    Lucía Santa Cruz, consejera de Libertad y desarrollo en una columna publicada en el diario El Mercurio de ese país, titulada “El maniqueismo hoy”, Señala: El sesgo más característico de nuestro tiempo ha pasado a ser el maniqueísmo, que solo permite percibir la realidad en dos perspectivas mutuamente excluyentes: por un lado, el reino de la luz, la verdad y la virtud, y, por el otro, las tinieblas, dominadas por Satanás, donde radican el mal, la mentira, el egoísmo y la perversión. Así, la sociedad, las ideas y las personas, infinitamente complejas, se dividen, sin matices, en dos bandos irreductiblemente irreconciliables, enfrentados en una guerra sin cuartel. El maniqueísmo, que en sus orígenes fue una herejía cristiana, hoy día, aplicado a la política, no abandona la lógica religiosa y, en consecuencia, puede prescindir de los datos empíricos, si ellos no calzan con su particular visión”.

    La ultraderecha anuncia su llegada a América Latina en una red de estrategias que tienen como hilo conductor el discurso maniqueista, el cual al apoyarse en una moralina conservadora atrae y a algunos cautiva.

    Sembrar las ideas del maniqueísmo es convencer a los mexicanos de la necesidad de un golpe de Estado, porque la ultraderecha nunca podrá obtener el poder por medio de las urnas.

  • La oposición se monta en la reforma

    La oposición se monta en la reforma

    La oposición alarga su agonía en la reforma al Poder Judicial, primero trató de evitarla, ahora, ya con reglas nuevas se aferrará a ella como a un clavo caliente para sobrevivir. Opositores en los partidos y la sociedad de clase media ahora podría concursar en los cargos dentro de ese poder para figurar y, desde ahí, tener influencia para definir el rumbo de la política del país.

    Los partidos de oposición fueron rechazados del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo, ahora lo único que les queda es pelear por un cargo dentro dela burocracia del Poder Judicial, una vez que sean expulsados de este poder tendrán que empezar a preocuparse por su sobrevivencia, situación en la que debieron pensar desde los días en que mandaban a elaborar encuestas engañosas que mostraban sus empates técnicos ilusorios.

    El innegable lazo entre Norma Piña y la oposición, principalmente panista, decidió levantar el paro en todo el país, aunque con casi la mitad de sus integrantes en desacuerdo, para montarse, puntualmente, a la carrera judicial desde el consevadurismo. Para el proyecto de la derecha de recuperar espacios para rescatar privilegios, no hay cargo pequeño, el problema que tiene la derecha es que cuenta con gente poco preparada para concursar en serio, por un cargo. Todo lo ha tenido regalado, desde la Presidencia de la República hasta las legislaturas plurinominales.

    La derecha tiene en sus principales miembros a personas con cargos importantes penales, desde lavado de dinero hasta fraudes, y desvíos de fondos, complicidad con el narcotráfico, así como peculado y hasta asesinatos. La propia candidata a la Presidencia de la República concursó por ese cargo cometiendo delitos graves, cuando ella, como senadora, influía en los contratos a favor de su empresa. Ninguno de ellos puede ser juez sin antes ser juzgado por la opinión pública y las leyes.

    Anteriormente, la derecha lo tenía todo, porque teniendo en el bolsillo, en el más amplio sentido de la palabra, al Presidente de la República, éste se encargaba de dominar al resto. La división de poderes de la que muchos anuncian fusión o un logro popular, es una novedad para una derecha acostumbrada a no pensar en la política, aunque no así en la economía familiar.

    Sería muy ingenuo pensar en que la lucha por la reforma al poder Judicial se convertiría en una secretaría del Ejecutivo, a estas alturas. El método de selección ha convocado hasta a panistas como Roberto Gil Zuarth, x secretario particular de Calderón, durante su usurpación, quien quiere ser ministro dela Suprema Corte de Justicia, a pesar de su pasado delictivo y su tendencia imparcial de ver la realidad y su estilo muy personal de interpretar la ley.

    Hay desconfianza en la reforma y sus resultados, pero no deja de ser, para los conservadores, la última oportunidad para tener espacios que puedan darle vida a la oposición en general, ante su agonizante existencia que quieren revivir con gritos en las cámaras y estridencias en los medios.

    Resulta tentador para los conservadores concursar, pueden ganar en un golpe de suerte o de Estado desde ese espacio, pero también en la derrota tendrían argumentos al decir que no fueron elegidos por lo fraudulento del proceso impuesto por la reforma al Poder Judicial.

    Sean cuales fueren los resultados para que los conservadores se mantengan con un par de juzgados, los días del PAN y del PRI, están contados. Tienen al enemigo en casa, la división interna los condena a morirá ante la negativa de renovarse.

    A pesar de que tradicionalmente en el Ejecutivo y el Legislativo se han descubierto corruptelas muy graves, dignas de varias cadenas perpetuas por robar al pueblo, el Poder Judicial resulta ser el más sucio de la historia de la administración pública de México.

    Apenas es posible ver una pequeña parte de los delitos cometidos por jueces, magistrados y ministros, habrá material, seguramente, para una enciclopedia, que registre las violaciones a la ley, a todas las leyes y todos los derechos.