A pesar del bloqueo de Estados Unidos, al menos dos tanqueros sancionados ingresaron en los últimos días. Otros dos barcos no sancionados se acercan mientras Pdvsa aumenta el almacenamiento flotante.
Estados Unidos impuso este mes un bloqueo contra todos los buques sancionados que entren o salgan de aguas venezolanas. La medida busca presionar al gobierno de Nicolás Maduro.
La restricción redujo las exportaciones de petróleo a casi la mitad respecto a noviembre. Pdvsa busca opciones para almacenar crudo en la costa y en buques fondeados.
TankerTrackers.com reportó que al menos dos tanqueros sancionados llegaron en los últimos días. Otros dos barcos que no tienen sanciones se acercan a la costa venezolana.
Washington incautó dos tanqueros cargados y mantiene patrullas en el mar Caribe. Esa presencia asustó a muchos armadores, que desviaron rutas y cambiaron planes.
Desde 2019, el gobierno de Maduro paga compras y servicios con petróleo, incluido el servicio de deuda con China. Por eso algunos barcos forman parte de una flota usada para esos pagos.
No está claro si Pekín buscará autorización de Estados Unidos para asegurar la entrega de esos cargamentos. Pdvsa no respondió pedidos de comentario sobre la situación.
El Ministerio de Hidrocarburos y el propio Maduro aseguran que las exportaciones continuarán. Mientras tanto, los barcos de Chevron siguen zarpando a Estados Unidos con autorización de Washington.
También navegan embarcaciones más pequeñas que transportan subproductos y petroquímicos. Hace cinco años ocurrió algo similar, cuando Venezuela recurrió a intermediarios para vender crudo a compradores chinos.
Cerca del puerto de José se ven casi dos docenas de buques esperando carga o instrucciones de zarpe. El volumen de petróleo en tanqueros sin partir subió a unos 16 millones de barriles, desde 11 millones a mediados de diciembre.
Trabajadores portuarios, pescadores y marinos observan los movimientos con incertidumbre. Para muchas familias, la situación suma otra preocupación en medio de la crisis económica.
La escena muestra que el gobierno intenta mantener ventas y pagos pese al bloqueo. Al mismo tiempo, Estados Unidos vigila de cerca las rutas y el cumplimiento de las sanciones.
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