Bloque negro: infiltrados en marchas usan protestas para robar y vandalizar en CDMX

Autoridades identifican su modus operandi desde 2020, pero en cinco años solo hay un detenido tras saqueos en manifestaciones.

En los últimos cinco años, los grupos del llamado “bloque negro” se han infiltrado en protestas sociales en la Ciudad de México para vandalizar, saquear y robar comercios, aprovechando la multitud para evadir la acción policial. Pese a que las autoridades capitalinas conocen su modus operandi desde 2020, el saldo de detenciones efectivas es mínimo: solo una persona ha sido arrestada.

Durante la marcha del 2 de octubre, que conmemoró la matanza de estudiantes de 1968, se registraron robos y destrozos en el Centro Histórico. El único detenido, Juan Carlos Contreras, de 55 años, fue identificado como parte de una banda dedicada al robo en Tlalnepantla, Estado de México. Aunque no vestía de negro, como suele hacerlo este grupo, fue sorprendido cuando intentaba huir con anillos y joyas sustraídas de la tienda Bizarro, ubicada en el primer cuadro capitalino.

Fuentes de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) confirmaron que el detenido tenía antecedentes por robos con y sin violencia, y que utilizó la marcha para mezclarse con el contingente y participar en los saqueos. Las autoridades investigan a tres personas más presuntamente involucradas, a partir de videos proporcionados por comerciantes afectados.

Los informes de la FGJ detallan que el bloque negro opera con precisión y planificación: sus integrantes se infiltran en grupos de 10 a 12 personas, armados con martillos, mazos, cizallas y bombas molotov. Mientras unos enfrentan a la policía, otros rompen cortinas metálicas, irrumpen en negocios y saquean mercancía antes de desaparecer entre la multitud.

Este modus operandi fue documentado desde junio de 2020, cuando el grupo robó la tienda Adidas en la calle 5 de Mayo, llevándose ropa deportiva valuada en 3.7 millones de pesos. En aquella ocasión, fueron identificadas tres mujeres y dos hombres, pero el caso nunca fue judicializado. Desde entonces, los operativos se repiten con la misma estrategia, pero sin resultados contundentes.

Pese a las reiteradas advertencias y evidencias videográficas, las detenciones siguen siendo excepcionales, lo que evidencia la dificultad de las autoridades para frenar a estos grupos violentos que desvirtúan las protestas legítimas y afectan tanto a comerciantes como a manifestantes pacíficos.

Con información de Kevin Ruiz para La Jornada

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