Basura

Ours is a culture and a time immensely rich
in trash as it is in treasures.

Ray Bradbury, Zen in the Art of Writing.

Lo que llanamente conocemos como basura, en las estadísticas ambientales suele denominarse residuos sólidos urbanos. Aquí en México, el INEGI enuncia el concepto en los siguientes términos:

Residuos generados en las casas habitación que resultan de la eliminación de los materiales que utilizan en sus actividades domésticas, de los productos que consumen y de sus envases, embalajes o empaques; los residuos que provienen de cualquier otra actividad dentro de establecimientos o en la vía pública que genere residuos con características domiciliarias, los resultantes de la limpieza de las vías y lugares públicos, siempre que no sean considerados por la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.

Atendiendo tal definición, conforme a los resultados disponibles más recientes —Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México 2021, actualizados a julio de 2022—, sólo en el 6% de los municipios de nuestro país sus habitantes no cuentan con servicio de recolección de basura. En los casi 160 municipios en donde no hay recolección, por lo general (83% de los casos) la gente quema su basura, aunque además es muy común que también la depositen en un tiradero a cielo abierto y depositen los residuos orgánicos en tierras de cultivo. Conviene recordar que la enorme mayoría de estos municipios son rurales (85% se encuentran en el estado de Oaxaca), así que la quema es una práctica que más bien deberíamos entender como reutilización. En el campo, buena parte de lo que en la ciudad es basura se convierte en composta y combustible.

En el 94% de los municipios del país —contando las 16 demarcaciones territoriales de la CDMX— que sí cuentan con servicio de recolección, en 2020, en promedio se recogieron poco más de 106.5 millones de kilogramos de residuos sólidos urbanos al día. El tipo de servicio más frecuente, en casi siete de cada diez municipios (67%), es el de recolecta casa por casa, mientras que en el resto la gente acude a tirar su basura a puntos de recolección establecidos o cuenta con contenedores urbanos.

La desigualdad en México se expresa también en la basura: casi la mitad de todos los residuos urbanos que se recolectan en todo el país (47%) se generan en apenas seis entidades federativas: Guanajuato (4.28%), Nuevo León (4.84%), Veracruz (5.5%), Jalisco (7.21%), Estado de México (11.22%) y la CDMX. El caso de la capital de la República es muy significativo: aquí en la CDMX, en donde residimos el 7% de la población total del país, producimos el 14% de los residuos sólidos urbanos que se recolectan en todo México.

El miércoles de esta semana le entregué su aguinaldo al amigo que pasa a recoger la basura en el edificio en donde vivo. JJ es un tipazo, una persona que suele andar alegre haciendo su chamba. Me contó que él y sus compañeros iban a trabajar toda esta semana, porque el 24 cae en sábado…

— Pero mejor, eh… 

— ¿Por…?

— El día 12 que cayó en lunes y descansamos, ¡no sabe! Se nos juntó un montonal de trabajo –por supuesto, no hay que ser muy perspicaz para saber que cuando JJ dice que se le juntó un montonal de trabajo quiere decir que tuvo que lidiar con montañas de residuos sólidos urbanos–. ¡Imagínese el 24, con la cena, los regalos…!

— ¿Mucha basura, JJ? ¿Más que otros años?

— ¡No sabe, jefe, ahora sí la gente anda comprando como loca! Dicen que no hay dinero… ¡Sí cómo no!

JJ me contó que desde noviembre es notorio el aumento en las compras: cajas, bolsas, embalajes, empaques, botellas, envases, cosas que evidentemente están siendo sustituidas por otras…

— Pues nomás vea cómo pasan y pasan las camionetas de “¡Se compra colchones, tambores, refrigeradores…!” No paran, van y vienen.

— Sí, todo mundo se queja de que los súpers y los centros comerciales están hasta el tope.

— Y además ahora compran chorronales de cosas por Amazon y Mercado Libre y negocios de esos… Diario andan las camionetas repartidoras. Hay lana, yo se lo puedo asegurar por el demonial de cajas que sale todos los días.

Claro, cultura de consumo: cornucopia de basura.

En 2016 fui a Cuba. De hecho, la noche en que murió Fidel yo estaba en la isla. Nunca había estado allá antes. Recuerdo que algo de lo que más me impresionó fue la limpieza de las calles. Nada de basura. En Cuba las bolsas de plástico no son desechables, ni siquiera puede decirse que se reciclen puesto que no llegan a los contenedores de basura. La gente va a las tiendas con su bolsa y las vuelve a utilizar una y otra vez hasta que dan de sí. En parte, eso explica que no haya basura en las calles: no están plagados de bolsas de plástico y además en el mercado local prácticamente no se venden productos en empaques y envases comerciales, sino a granel. Por lo demás, todo se usa.

Si alguien duda de la fortaleza del mercado interno, que salga a echarle un ojo al camión de la basura.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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