Desde ahora podemos inferir resultados, con alto grado de confianza, en la “lucha” que tendrá Morena, contra un grupo compacto que todavía no tiene claro a quien debe apoyar. Y me refiero al “cártel de Atlacomulco” como un poder político y económico que no podemos desestimar.
Esta agrupación, con toda seguridad, habrá de participar en la elección de un candidato que reaccione a sus intereses sin que su pragmatismo descarte posibilidad alguna:
- Aceptar el “madruguete” de Marko Cortés (PAN) que seguramente contó con la anuencia de Claudio X González, “líder” artificial del conglomerado de la derecha explícita: PAN, PRI, PRD, en el nombramiento de Enrique Vargas Del Villar, cuyo oscuro pasado le impedirá ganar más allá de Huixquilucan. Representando, -también- un rompimiento institucional tácito con Alejandro Moreno (alito) y su gestión vergonzante.
- Esperar “tiempos legales” para hacer valer el convenio de la alianza “Va por México” que establece sería el PRI, sólo el PRI, quien tendría la potestad de elegir al candidato común de ese ente multipartidista.
Alejandra Del Moral, es la cabeza visible para representar a ese partido en agonía. Entre sus “virtudes”, se encuentra la sospechosa operación del “salario rosa” que beneficia a miles de mujeres previamente seleccionadas en el estado.
- Romper protocolos, acuerdos y lealtades aliancistas sacudiéndose al PAN y PRD que en el estado de México tienen una presencia menor, apostando por una libertad de gestión que siempre tuvieron y les mantuvo en el poder por tanto tiempo. Si el PRI decidiera ir sólo, antes deberá analizar los motivos de ese 42% en la población mexiquense que ha declarado JAMÁS votaría por ese partido. Esto debe ser especialmente preocupante.
- Entender y admitir su fragilidad ante un Morena enérgico y convincente entregando la “plaza” en una transición tersa desde el primer día del proceso electoral. Me permito sugerir acepten esta alternativa por su decoro, civilidad y sentido práctico.
Recordemos 2017, año de la elección pasada en ese estado, el partido revolucionario institucional, jugaba su última carta desde el poder para “defender” a la “joya de la corona”. Peña Nieto, con descaro inconmovible desplegaba a todo su gabinete en diferentes municipios mexiquenses para asegurar se cumpliera la operación electoral necesaria: compra de votos, entrega de despensas, tinacos y otros enseres, entre el escándalo y la frustración de la ciudadanía. Uno de los actos más grotescos que se vivieron, fueron las visitas a las casas de todos los inminentes representantes de casilla de Morena pagándoles para que simplemente no se presentaran, desprotegiendo así, el voto de una población ilusionada. Nunca olvidaremos la ignominia de José Ramón Narro Robles, quien se desempeñaba como secretario de salud, habiendo sido rector de la UNAM, dilapidando su prestigio y convirtiéndose en un vulgar “matraquero del PRI”, como le llamara el ahora presidente de la república.
Para infortunio del antiguo “partidazo”, las próximas elecciones en 2023 serán muy distintas, no contará con la complicidad del gobierno federal, y en especial, con aquellos abundantes recursos provenientes de “estafas maestras” y actos de corrupción diversos, que compraran las más humildes percepciones.
2017 quedará como un año funesto para la democracia mexicana por violaciones reiteradas a los derechos electorales, pero también será recordado como un poderoso ejercicio de Morena en una fase previa al triunfo de Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de nación compartido por tantos millones de mexicanos.
“Delfina Gómez robó dinero de trabajadores para su campaña en Texcoco y López Obrador la recompensa para una candidatura para el Edomex”. Mentiría a la defensiva Marko Cortés, quien, por su parte, deberá justificar la decisión de elegir a Enrique Vargas Del Villar, quien fuera detenido en 2001 por haber golpeado a varios policías y atropellado a uno de ellos. En 2004, se generaba una orden de aprehensión para su captura y posterior ingreso al Reclusorio Oriente al golpear a su tía con una botella hasta dejarla bañada en sangre (existen abundantes textos y testimonios gráficos)). En junio de 2018, el violento junior sería evidenciado por la revista “proceso” en una investigación por “un rancho que habría robado, engañando y estafando a la sociedad. Enrique Vargas es un corrupto, delincuente y ladrón”. Hasta aquí la breve reseña del panista.
El pasado mes de enero, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ratificaba la multa que el Instituto Nacional Electoral había impuesto a MORENA por $ 4.5 millones de pesos, debido a que no había reportado donativos de algunos trabajadores en el ayuntamiento de Texcoco (encabezado por la maestra Delfina Gómez) por $ 2.2 millones de pesos durante el periodo de febrero de 2013 a julio de 2015. El mismo Tribunal acreditó que el único responsable del acto era el partido y en ningún caso se tenía evidencia de algún beneficio concreto y directo a favor de la campaña electoral para diputada de la ciudadana Delfina Gómez Álvarez.
Este grosero embuste del panismo nace en 2017 para intentar frenar el avance de la actual secretaria de educación que se perfilaba como la ganadora en esas elecciones estatales.
Al prianismo le funcionó el “peligro para México” en 2006 y 2012. En 2018, la población los mandó al demonio. “El robo a los trabajadores por Delfina” tuvo algún impacto en 2017, la reciente resolución del Tribunal irónicamente les quita la “bandera”, y esa mentira, en que ahora Marko Cortés reincide, pierde su impacto y cometido.
“Una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad” (Joseph Goebbels) aconsejaría Carlos Alazraki el judío publicista hitleriano.
En las pasadas elecciones, por la “joya de la corona”, se pudo comprobar el inicio en la caída del Partido Revolucionario Institucional, qué a pesar de sus trampas y uso multimillonario de recursos oficiales, sentía, como pocas veces, el poder razonado y conciente de una parte del pueblo, quienes en pleno uso de sus derechos electorales, buscaban un cambio para las comunidades, y en ellas, sus vidas y sus propias conciencias.
Alfredo Del Mazo, fiel representante del grupo Atlacomulco, y primo del presidente en turno, que abanderara al PRI, Verde ecologista, Nueva Alianza y PES, obtuvo una votación mayormente comprada del 33.56%.
Delfina Gómez Álvarez, candidata solo de Morena, sorprendía a “Tirios y Troyanos con el 30.78% de los votos, faltando aquellos que nunca fueran contabilizados por carecer de representantes.
Juan Zepeda Hernández, representaba a un PRD todavía fuerte por el impulso que le diera López Obrador y ganaba el 17.84% de la votación.
Josefina Vásquez Mota, la panista premiada -antes- por Peña Nieto con mil millones de pesos en un oscuro fideicomiso para migrantes, obtenía un ridículo 11.27% , resultado proporcional a la simpatía que despiertan ella y su partido en aquel estado.
Teresa Castell De Oro Palacios, un préstamo “independiente del PRIAN” que ahora goza de una diputación federal por parte del PAN, tendría un 2.15%.
Y Oscar González Yáñez, quien compitiera por el PT, haría el trabajo sucio en favor del PRI denostando a López Obrador y a la misma Delfina con la saña característica de los mercenarios. En los últimos días de la campaña, le obligarían a renunciar a “favor” de la candidata de Morena. Ganaría un 1.08%.
Las cosas han cambiado dramáticamente en el estado de México, a principios de este mes de agosto, Mendoza Blanco y Asociados, Covarrubias y Asociados y la Comisión Nacional de Encuestas de Morena, publicaban encuestas exclusivamente por partido, sin candidatos, cuyas coincidencias y promedios arrojaran las siguientes conclusiones:
Morena 37%, PRI 16.7% y PAN 7.7%. Para este ejercicio, la chiquillería no habría sido contemplada.
Conociendo los nombres de algunos potenciales candidatos, se presume Morena aumentaría la distancia con sus competidores.
Por último, en un intento desesperado del PRIAN por restar “méritos de raza” a la profesora Delfina Gómez, han promovido en Twitter un hashtag o numeral denominado #Delfindia, queriendo ignorar que el 90% de los mexicanos somos indígenas o mestizos. Ese debe ser el tiro de gracia para los “rubios” integrantes de “Va por el 10% de México”.
Dedico la siguiente cita de Abraham Lincoln al priismo nacional y mexiquense:
“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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