Archivos de Epstein van a publicarse… aunque gobierno mantiene gobiernos legales

Aunque Trump promulgó la ley que instruye a difundir el archivo Epstein, las excepciones legales y las maniobras previas del propio presidente apuntan a que buena parte del expediente podría permanecer oculta.

El caso Epstein vuelve a sacudir a Washington. A pesar de que el Congreso ordenó al Departamento de Justicia entregar todos los archivos relacionados con la red del financiero, especialistas advierten que este podría ser el inicio de otra etapa de opacidad. El presidente Donald Trump promulgó la ley y celebró la decisión en su red social, afirmando que “no tiene nada que ocultar”, aunque durante días intentó frenar la aprobación legislativa.

Pese a su discurso actual, Trump pudo haber instruido a su administración a difundir los archivos desde su llegada al poder, sin necesidad de una orden del Congreso. Su cambio de postura ocurrió cuando quedó claro que su estrategia para detener la medida estaba fracasando. Un día antes de ceder, ordenó a la procuradora general Pam Bondi abrir investigaciones contra figuras demócratas cercanas a Epstein, lo que ahora podría justificar la retención de documentos bajo la excepción de pesquisas en curso.

La normativa también permite mantener bajo reserva información que afecte la privacidad de víctimas y terceros. Bondi aseguró que entregará el material en un plazo de 30 días, pero confirmó que habrá documentos que no podrán publicarse. Esto ha intensificado la sospecha de que el gobierno podría filtrar selectivamente el expediente, alimentando un ambiente de desconfianza institucional en torno al tema.

Las víctimas —más de mil mujeres que denunciaron abusos cuando eran menores— consideran la aprobación legislativa un avance, pero siguen insistiendo en que por décadas ambas administraciones, demócratas y republicanas, fallaron en investigar a fondo. Casos como el de Annie Farmer evidencian que cinco presidentes, desde Clinton hasta Biden, no atendieron plenamente las denuncias, lo que permitió que muchos responsables siguieran impunes y que nuevas víctimas fueran dañadas.Si se cumple la promesa de transparencia, los archivos podrían revelar nuevas conexiones que alcanzan a empresarios, banqueros, políticos de EUA y de otros países, académicos y figuras públicas. Pero si prevalece la opacidad, Washington podría enfrentar otro escándalo bipartidista, alimentado por décadas de intentos de proteger a una élite cuyos vínculos con Epstein continúan en las sombras.

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