Felipe Calderón Hinojosa fue presidente de México de 2006 a 2012. Suponiendo sin conceder que no haya habido una manipulación de los resultados electorales en la jornada del 2 de julio de 2006, que le dio el triunfo por un margen de 243,934 votos sobre AMLO; nunca debemos dejar de señalar que se trató de una de las campañas más sucias de la historia, donde descaradamente cerraron filas los poderes fácticos y utilizaron a los medios como instrumento de coacción para cerrarle la puerta a quien entonces calificaron como «un peligro para México».
Vicente Fox había ascendido al poder en 2000, después de una de las campañas de marketing político más intensas de la historia de México. Pese a ser el PAN una fuerza política ultraconservadora que se creó en 1939 justamente para combatir a la versión más progresista de lo que ahora es el PRI, el espectro radioeléctrico se volvió un monumental coro de sirenas que en su canto nos decía que con Fox llegaría la auténtica democracia, se terminaría la corrupción y los problemas económicos se disolverían por arte de magia. Evidentemente el tiempo se encargó de refutar todas esas quimeras. Pero en 2006, aunque tenía una bajísima popularidad e hizo corajes cuando la cúpula panista y empresarial le impuso a Calderón por encima de su consentido Santiago Creel, Fox reconoce que operó incansablemente para llenar de piedras el camino de AMLO, que venía de desempeñarse exitosamente como jefe de gobierno del entonces Distrito Federal.
Calderón ascendió al poder con el beneplácito de los medios y los empresarios, pero no de gran parte de la población, que no reconocía su triunfo y lo consideraba espurio y fraudulento, por lo que decidió lanzar su famosa guerra contra el narcotráfico en 2007, sin una planeación previa, impulsivamente y, sobre todo, con el fin de legitimarse, pues si ganaba sería un héroe y garantizaría la continuidad del panismo en el poder. Como en el caso de Fox, a día de hoy sabemos que nada de aquello salió como él pensaba, aparte de que periodistas de renombre como Pepe Reveles, Paco Cruz u Olga Wornat, señalan que la famosa guerra de Calderón consistió básicamente en proteger al cártel de Sinaloa y allanarle el camino a la vez que se simulaba un combate frontal al narcotráfico en general.
Ese sexenio estuvo marcado por la violencia, por la falta de pluralidad en los medios corporativos e incluso por la censura. Figuras televisivas campaban a sus anchas en multitud de programas basura dirigidos a distintos grupos etarios. Por aquellos días, la gente se entretenía con Adela Micha, Facundo, Paty Chapoy, el Compayito, Omar Chaparro, Eugenio Derbez, Joaquín López-Dóriga, Adal Ramones y demás monigotes televisivos de los cuales muchos se encuentran en decadencia; disfrutan de una vida muy cómoda, pero carecen de credibilidad, su fama se va apagando poco a poco y en muchos casos reciben el repudio popular a través de las redes sociales, a donde de vez en cuando se asoman a dar sus opiniones, en el caso de algunos, desinformadas, y en otros casos, perfectamente pensadas para seguir desinformando. El cambio social que experimentamos les sentó pésimamente.
Mientras las pantallas televisivas proyectaban aquella sensación de comodidad y un estatu quo idílico, puesto que había pasado el peligro de López Obrador; las sierras y los entornos suburbanos eran zonas de guerra, donde los jóvenes se integraban con toda normalidad a las filas del crimen organizado. A la postre, esa franja de la sociedad, la de los jóvenes pobres y sin opciones que soñaban con ser primero sicarios y luego jefes de plaza, terminaron siendo simplemente carne de cañón dentro de la cifra de 70,000 muertos, a quienes, cual general desalmado de película gringa, Calderón llamaba “daños colaterales”. Al ser un grupo etario y de un estrato social muy concreto, podemos tranquilamente hablar de una limpieza étnica velada.
El desfalco de la estela de luz por 220 mdp, los niños muertos de la guardería ABC, la sospechosa muerte de dos secretarios de gobernación en sendos accidentes aéreos, la extinción intempestiva de Luz y Fuerza del Centro con un saldo de más de 46,000 trabajadores corridos sin compensaciones (aprovechando la euforia por un partido de la selección nacional de fútbol), el anuncio de una nueva refinería que solo quedó en una barda, montajes televisivos que pretendían mostrar un combate frontal a la delincuencia, de los cuales el caso paradigmático fue el que aún tiene en la cárcel a Israel Vallarta, la comprobada y ahora juzgada colusión de Genaro García Luna, su secretario de seguridad pública, con el narcotráfico, y un interminable etcétera. Este solo párrafo sirve para recordar que el sexenio de Calderón, al contrario de lo que sus eternos aplaudidores nos quieran venir a contar, fue en muchos sentidos el peor de la época moderna, al grado de que el PAN no pudo retener siquiera el poder, pues en 2012 le pasó por encima Enrique Peña Nieto como personaje creado convenientemente en un refrendo del amasiato PRI-Televisa.
Pero aunque son amplios la bibliografía y el acervo audiovisual que retratan lo apocalíptico que fue el sexenio calderonista, muchos de los fardos mediáticos anteriormente mencionados, así como una significativa franja de clasemedieros blancos cuarentones que campan a sus anchas en la red social X, han aprovechado una reciente entrevista realizada por Yordi Rosado a Calderón, difundida a través de YouTube, para, en una sola oleada, mostrar su apoyo a quien consideran un “verdadero presidente” y también refrendar su repudio al gobierno de la llamada Cuarta Transformación y todo su respaldo popular.
Yordi Rosado, otrora productor/patiño de Adal Ramones en Otro Rollo, aquel programa dedicado a deteriorar las mentes de mi generación hace unos 20 años, es un niño fresa que cumplía con la cuota racial en las segregacionistas pantallas de Televisa. Cuando el programa Otro Rollo terminó y las audiencias comenzaron a migrar hacia los medios digitales, se fue abriendo paso, primero en la televisión por cable, y en años recientes en redes sociales realizando entrevistas a distintos personajes de la farándula, la política y el deporte. Al realizar la entrevista a Calderón, con una producción y una semiótica muy pulcras para transmitir sencillez, nacionalismo y buenos hábitos, contribuye a la campaña permanente de Calderón para mantenerse vigente, y que ha tenido múltiples tropiezos, como la derrota de su esposa Margarita Zavala, quien, siempre incapaz de hilar dos frases sin trabarse, abandonó la campaña presidencial de 2018 incluso antes del término de la misma, o el no lograr el registro de su partido México Libre, que pretendía hacer patente su temporal ruptura con el panismo.
#calderónfuemejor. Es el hashtag (etiqueta que facilita la circulación sistemática de un tema particular en redes sociales) que aspiracionistas de mediana edad, empresarios y actores mediáticos se empeñaron en promover y celebraron que fuera la tendencia número uno en X, no tiene correlato en los hechos y difícilmente podría permear en todas las capas de la sociedad, condición necesaria para que algo ya tenga tintes de verdadero movimiento político.
Evidentemente, y a diferencia de la politización progresiva que experimenta la sociedad mexicana, esta efímera tendencia es simplemente un gesto de bullying que no busca más que hacer enojar y en menor medida desviar la atención de la ciudadanía. Lo que representa es el culto a la blanquitud, al autoritarismo, a la censura, al desprecio por la otredad, al clasismo, al racismo, al culto a la profesión, a la idealización de las personas “bien vestidas”; a los “licenciados”, a las “buenas costumbres” y a la “valentía”. En el gran marcador de los sexenios en que pretende competir el panismo, vamos 2 a 2 y pronto los superaremos.
La tendencia de promover nuevamente a Calderón pasará sin pena ni gloria como muchos otros intentos de desestabilización en los que políticos y empresarios inescrupulosos tiran su dinero a la basura en busca de recuperar el poder. Que sigan disfrutando de la libertad de expresión imperante en la actualidad, no como la del sexenio calderonista. Pero si quieren pasar al terreno de recuperar el poder a través de mentiras, bueno, pues aquí los esperamos, pero les aseguro que hoy la tienen más difícil que nunca. Ese despertar del pueblo que ellos en el fondo lamentan tanto, siempre será su mayor obstáculo.
- X: @miguelmartinfe
- YouTube: Al Aire con Miguel Martín
- Facebook: Miguel Martín Felipe Valencia

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios