Ángel del Villar, productor de narcocorridos y dueño de Del Records, fue sentenciado a cuatro años de prisión en California y al pago de una multa de $2 millones de dólares.

Este es el primer caso de un empresario del género musical enjuiciado bajo la Ley Kingpin, la cual prohíbe las relaciones comerciales con narcotraficantes designados, ya que Del Villar hizo negocios con un promotor que lavó dinero del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El testigo estrella en su juicio fue el cantante Gerardo Ortiz, quien también se declaró culpable por un cargo relacionado y se encuentra en espera de su sentencia.
Del Villar y su agencia, Del Entertainment, enfrentaron más de diez cargos, entre los cuales destaca la conspiración para realizar transacciones con un narcotraficante, por un monto total de aproximadamente $175 mil dólares. Durante el juicio, se presentaron videos y mensajes privados como pruebas.
El juicio se centró en conciertos de Ortiz en Aguascalientes, Baja California y Guanajuato entre 2018 y 2019. El narcotraficante involucrado, Jesús Pérez Alvear, fue asesinado en diciembre pasado. Este caso revela la infiltración del narcotráfico en la industria de conciertos en México.

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