La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, presume sus actividades de servicios públicos utilizando drones para promoción, los cuales tienen un costo superior a los 250 mil pesos.
A través de sus redes sociales, la titular de la alcaldía Cuauhtémoc publicó imágenes de sus actividades de limpieza de vía pública en la colonia San Rafael, donde indicó acciones de riego, iluminación, barrido, entre otras.
Hasta ahí todo parece normal; sin embargo, su hilo, acompañado de imágenes, muestra en la primera publicación un dron cargando una manta promocional con la leyenda: “Estamos trabajando para ti”.
El dron que se logra ver en la imagen es nada más y nada menos que un DJI Inspire 2, utilizado normalmente para producciones cinematográficas y audiovisuales profesionales. También se emplea en la agricultura de precisión, gracias a su capacidad para captar imágenes multiespectrales útiles en el análisis de cultivos.

Aunque este sofisticado dispositivo no es el más nuevo de su gama, su precio en el mercado oscila entre 81 mil y 120 mil pesos si es usado; mientras que nuevo puede alcanzar los 269 mil 999 pesos.
Lo preocupante es que Alessandra Rojo no solo utiliza un dron de más de 250 mil pesos para promocionarse: en la última imagen de su hilo en X se lograron observar al menos cuatro drones sosteniendo mantas. Es decir, se habrían destinado más de un millón de pesos del erario público de la alcaldía en equipos que no capturan imágenes ni generan información útil, sino que simplemente sostienen propaganda aérea.
Para darnos una idea, un presupuesto estimado en el valor de los cuatro drones, un millón 79 mil 996 pesos, se podría haber reparado cerca de 500 luminarias, reparado 2 mil 500 y 3 mil metros cuadrados de reencarpetado asfáltico, mantenimiento integral a 10 o 15 parques o rehabilitarse más de un kilómetro de banquetas.
En una alcaldía con necesidades urgentes de seguridad, vivienda y servicios básicos, ¿es sensato destinar semejante cantidad de recursos a fines meramente publicitarios? El lujo de volar drones millonarios mientras hay banquetas rotas, luminarias fundidas y colonias olvidadas, no solo refleja una prioridad equivocada: evidencia una visión de gobierno más interesada en las apariencias que en el fondo. Porque mientras los drones sobrevuelan con mantas, las verdaderas demandas de la ciudadanía siguen en tierra.

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