“Estamos viviendo un momento estelar en la historia de México”, repite una y otra vez el presidente López Obrador en sus conferencias matutinas. Y así es.
Para su contraste, un ejemplo de esos momentos inéditos en la vida del país. No se recuerda una apreciación del peso respecto al dólar como la que se vive hoy, cuando nuestra moneda se encuentra en el rango de los 18 pesos por dólar. Sí recordamos, en cambio, que “en el gobierno de De la Madrid la devaluación acumulada fue de 470 por ciento” y que entre 1983 y 1988 “el valor del dólar se multiplicó en 15.4 veces”, según información de Enrique Quintana (Las devaluaciones en la historia reciente https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/enrique-quintana/las-devaluaciones-en-la-historia-reciente/ ). Y falta la devaluación de Zedillo. Dejémoslo así.
Momentos estelares, sin duda. Lo que eran secretos a voces hoy son monumentales verdades demostradas. La infinita corrupción del sistema judicial, con jueces al servicio de los poderosos. La entrega incondicional del órgano encargado de vigilar las elecciones a los intereses de los partidos conservadores. La voracidad empresarial que no se tocó el corazón para obligar a sus empleados en el gobierno a cambiar leyes que los favorecieran. La entrega de recursos naturales a los extranjeros. El inmensurable saqueo del país. Todo eso que dejó de ser rumor para convertirse en la verdad pura y dura.
Ya no engaña la intelectualidad que se hacía pasar por independiente para elevar las tarifas de sus servicios. Como el caso de aquel editor de revistas que tiraba diez mil ejemplares sabiendo que el gobierno le tenía compradas ocho mil de ellas. Con una venta anticipada de 80% del producto, cualquiera edita revistas. O cultiva jitomates. O cría conejos. O fabrica calzado. O pone una tlapalería. Fácil.
Momentos estelares en que han caído las caretas de los que animaban ese baile de disfraces que era la vida pública mexicana. De ahí su enojo. Como el del cineasta Luis Estrada, quien en el programa Diálogos por la democracia transmitido el 26 de febrero pasado en TV UNAM (disponible en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=qq7AHtwEMK8) critica la política cultural de la 4T respecto al cine. Estrada afirma que el cine “es una forma de entretenimiento popular y un negocio” (minuto 33.08). Un negocio que no necesariamente debe financiar el gobierno, porque primero están los pobres.
Continúa: “(La película ¡Que viva México) es mi visión, un poco negra de hacia dónde nos lleva si seguimos en esta vía del todos contra todos, blanco y negro, el que no está conmigo está contra mí, tu trinchera, la mía, chinga tu madre, qué me ves, pendejo, porque no nos hemos dado el tiempo de reflexionar” (minuto 40.11), se queja Estrada.
Pero de esa actitud maniquea y de la presunta polarización social no se puede culpar a la 4T. Al contrario, López Obrador ha llamado a la oposición a que se fortalezca para que suceda esa reflexión mesurada y serena.
Pero a esa ponderación crítica de la administración de la 4T es a la que han renunciado los feroces cabecillas del conservadurismo, llámense X. González, Aguilar Camín, Krauze, Córdova, Woldenberg, Casar, Crespo, etcétera, más el contingente de medios de comunicación, comentaristas, periodistas… y cineastas, quienes recurren al insulto, la descalificación y la política de la tenebra para obstaculizar a la 4T, como la reunión secreta de Lorenzo Córdova en casa de Edmundo Jacobo con el Prianrd, luego de la cual el INE hizo un tumbadero de candidatos de Morena (INE retira candidatura a Salgado Macedonio y a 60 candidatos de Morena https://www.capital21.cdmx.gob.mx/noticias/?p=16448).
Después de criticar la política cultural de la 4T, Estrada afirma: “Con todo y lo que he sido crítico, fui apoyado por el gobierno de Salinas, fui apoyado por el gobierno de Zedillo, fui apoyado por el gobierno de Fox, fui apoyado por el gobierno de Calderón, fui apoyado por el gobierno de Peña Nieto y en este sexenio (aquí, Estrada calla y hace seña de ¡mocos! para decir que no se le ha apoyado)”.
Vaya vaya. ¿De manera que la crítica a la corrupción política priista que aparece en La Ley de Herodes (1999) fue apoyada con dinero priista? ¿Y El infierno (2009), la película que retrata la violencia narca ocurrida durante la docena trágica panista que entregó el mando de la seguridad nacional a Genaro García Luna, fue apoyada con recursos panistas? Si así están las cosas, las películas parecen cortinas de humo para distraer la atención del público y aparentar una normalidad democrática en la que los artistas se expresan libremente, lo que en realidad no ocurría.
Momentos estelares de la vida pública en México. “La verdad es que grietas no faltan”, escribe Mario Benedetti en su poema Grietas, el cual concluye: “señoras y señores / a elegir / a elegir de qué lado / ponen el pie.” Ya qué.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios