“… Cuando las fuerzas progresistas no logran mantener la movilización contra las reformas del mercado o no pueden pasar a la ofensiva a través de la política electoral, los movimientos y gobiernos de derecha pueden llenar ese vacío…”.
Almeida, Paul y Pérez Martín, Amalia. Resistencia colectiva al neoliberalismo. CLACSO. Argentina 2023.
La actual confrontación al neoliberalismo impulsado por diversos gobiernos de izquierda en América Latina debe llevarnos como colectividades, como ciudadanos organizados, como pueblo movilizado, a los partidos-movimiento a la reflexión cuidadosa del planteamiento que nos sugieren las dos líneas incluidas en el epígrafe de este artículo.
Expresiones de la derecha de las que alardean como la manifestación del domingo encabezada por oligarcas, políticos de la derecha, organizaciones “ciudadanas”, líderes conservadores y representantes de medios corporativos de comunicación, no deben ser subestimadas por las fuerzas progresistas ya que como lo venimos observando, aun y cuando se haya confirmado la vieja práctica del acarreo, sin duda la derecha está dejando constancia de la creciente movilización, de ingenuos o no, que estamos observando en la ciudad de México y en otras ciudades del país.
Cabe recordar lo ocurrido en las pasadas elecciones para alcaldías en la capital del país, así como la disminución del número de legisladores federales, favorables a la 4T, en el pasado proceso electoral, aun y cuando se mantuvo la mayoría simple en ambas cámaras y el aumento de los panistas en el Congreso de la Unión. Claro está que estos fenómenos enfrentan la creciente identificación de la mayoría de los mexicanos con el obradorismo y su líder.
En el texto Resistencia colectiva al neoliberalismo, al final comparto la liga para obtenerlo sin costo, si bien se ofrece una panorámica amplia, que no exhaustiva de la resistencia colectiva en contra de la fase actual del fundamentalismo de mercado, privilegian lo que para los autores suele pasar por alto la literatura sobre movimientos sociales, es decir el lado represivo del neoliberalismo para las poblaciones vulnerables que están cada vez más excluidas de una economía impulsada por el mercado.
Almeida y Pérez describen la incapacidad de las fuerzas progresistas para mantener la movilización en contra de la derecha neoliberal. Esto puede ser muy bien aprovechado por la reacción para llenar espacios que el progresismo no logra llenar y/o mantener. En esa coyuntura los líderes y activistas opositores a los movimientos antineoliberalismo intentarán apropiarse del proceso de elaboración del diagnóstico en términos de atribuir los problemas económicos a grupos vulnerables como las mujeres, las minorías étnicas/raciales y los inmigrantes, lo que crea una especie de amenaza demagógica y artificial… lo que agrega otro frente de lucha para la resistencia antineoliberal que debe contrarrestar los pronunciamientos xenófobos, incendiarios y racistas del populismo autoritario de derecha…
Descripción interesante podemos encontrar en las alternativas de las luchas populares descritas aquí, sobre todo aquellos en los que los Estados nacionales intentan abordar el daño social provocado por una sociedad de mercado globalizada. En México en el gobierno de la 4T constantemente se insiste en las implicaciones que el neoliberalismo acarreó durante décadas en las que la oligarquía detentaba no solo el control del régimen político y económico sino sobre todo la propiedad de los recursos y riquezas nacionales. Contra esa intrincada trama es que el Estado en la economía moral o de bienestar lucha cotidianamente en diversos frentes.
Un capítulo aparte es el dedicado al neoliberalismo como un sistema de creencias convincente. En este marco es que el cambio tendría que venir aparejado en la transformación de las mentalidades individualistas y consumistas. Esta tarea es fundamental si queremos afianzar los valores colectivos mediante la preminencia sobre aquello de que somos en función de lo que consumimos. El buen vivir o Sumak Kawsay (en quechua) es un elemento central dentro de la filosofía de vida de las comunidades indígenas. Esta filosofía cuestiona la ética del “vivir mejor” cuando esta significa crecimiento económico ilimitado y competencia permanente. Recordemos la diferencia marcada por el presidente López Obrador entre crecimiento económico y bienestar social y la crítica enderezada en contra de los “distinguidos” alumnos mexicanos de Harvard o Yale, tecnócratas que se apoderaron del control del país.
Esta expresión del buen vivir fue incorporado en las constituciones de Ecuador y Bolivia, durante los gobiernos de Rafael Correo y Evo Morales, respectivamente. El reconocimiento legal de la naturaleza como sujeto de derechos en la Constitución ecuatoriana estuvo acompañado de mandatos de desmercantilización de los recursos naturales y de promoción de la soberanía alimentaria. Asimismo, se incorporó la economía solidaria como un conjunto de relaciones de producción, intercambio y cooperación que promueve la suficiencia y la calidad, y que está sustentada en la reciprocidad.
En nuestro país los esfuerzos desarrollados, en los últimos cuatro años, para lograr la soberanía alimentaria confronta esquemas neoliberales que pretenden ser impuestos a través del tratado comercial de Norteamérica entre México, Canadá y Estados Unidos, así como las presiones que legisladores y grupo de interés de esos países en los que se hace eco de las criticas enderezadas contra el gobierno lópezobradorista por parte de empresarios y organismos políticos conservadores. Asimismo, el programa alimentario proporciona diversos estímulos a los pequeños productores del campo, distribución gratuita de fertilizantes, establecimiento de precios de garantía, sustitución de importaciones, así como el magno programa sembrando vida que atiende temas ambientales y productivos.
Recomiendo ampliamente la lectura y el análisis de Resistencia colectiva al neoliberalismo. Estoy cierto que ofrece interesantes propuestas y reflexiones necesarias en el contexto en el que dos proyectos de nación se encuentran en abierta pugna por el poder en México. Creo que conforme avancen los tiempos electorales de medio año y del 2024, deberemos revisar las estrategias que la Transformacion debe mantener por el bien de todos, primero los pobres.
Texto utilizado como base de este artículo se encuentra en este enlace: Resistencia-colectiva-neoliberalismo.pdf (clacso.edu.ar)
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