En días recientes fuimos testigos del juicio contra el ex Secretario de Seguridad Pública de la gestión de Felipe Calderón. A García Luna se le imputaron 5 cargos relacionados con el narcotráfico en los Estados Unidos.
El caso Genaro García Luna, ha servido para evidenciar no solo la corrupción que imperaba en los gobiernos panistas, sino también para reconocer que la supuesta guerra contra el narcotráfico iniciada por el pelele de Calderón fue una pantomima del acomodo de los negocios del narcotráfico en nuestro país y los Estados Unidos en complicidad con las máximas autoridades mexicanas en aquel nefasto periodo.
Las víctimas de esta estrategia fallida a los que catalogó el expresidente panista como daños colaterales y el caos y terror que se instauró sobre todo en el norte de México durante más de 6 años, sumergiendo a nuestro país en un espiral de violencia sin retorno, y la que justificaba el panismo nacional como una guerra necesaria para terminar con el crimen organizado, solo era telón de lo que ocultaba el gobierno mexicano del 2006-2012, grandes negocios orquestados con el narcotráfico, una guerra sin tregua en beneficio de un grupo criminal apoyado desde las más altas esferas del gobierno, traicionando a la patria y a todos los mexicanos, no estuvieron a la altura de la exigencia máxima para ocupar los encargos en gobierno, que es el garantizar los derechos y la seguridad de todos los habitantes de nuestra nación. No debemos olvidar que el PAN en 2006 se robó la elección presidencial con Felipe Calderón a la cabeza, con la trágica y cínica declaración del mismo “Aiga sido, como Aiga sido”
Con el caso de García Luna se destapa la coladera del encubrimiento. Desde la misma Secretaría de Seguridad Pública Federal se ordenaba transportar la droga por el aeropuerto Benito Juárez.
De manera cínica los PANISTAS hoy quieren desconocer a García Luna y Felipe Calderón niega haber estado enterado de las mañanas de su secretario y lo hace desde Indonesia, prófugo de la Justicia.
Ante semejantes hechos sale también a la luz pública la realidad de la justicia mexicana. El órgano Judicial de nuestro país donde impera la corrupción y muy probablemente se sigue encubriendo al narcotráfico. Un espacio de poder que al estar alejado de la jurisprudencia del Poder Ejecutivo por la división de poderes no se ha podido limpiar en su totalidad, el Poder Judicial de la Federación requiere una reforma profunda, que combata de lleno la corrupción, sin embargo, estos tienen la capacidad de buscar por todos los medios ampararse ante las reformas o decretar su inconstitucionalidad.
Lo que sí debe quedar claro es que nuestros diputados morenistas y el mismo Gobierno Federal deben incentivar los procesos suficientes que permitan iniciar los juicios por traición a la patria de los expresidentes de México, así como solicitar la nulidad del registro del Partido Acción Nacional, pues contraviene los intereses de la nación; no basta con el castigo popular y la pérdida de las elecciones, el recurso del pueblo mexicano debe dejar de ser un medio para que se financien los intereses criminales a través de los partidos políticos, sí se requiere una reforma electoral, incluso mucho más profunda. Hoy se respeta la auto organización de los partidos y se prohíbe la intervención de los órganos electorales en la misma, sin embargo, cuando la delincuencia organizada, la corrupción y la violencia se inmiscuyen al interior de los partidos para parapetarse en los mismos con la finalidad de servirse del pueblo a toda costa. Debe existir el mecanismo jurídico que limite estas acciones al interior de los partidos.
En este sexenio ha salido a la luz pública la corrupción que impera en los órganos electorales y judiciales en nuestro país, poderes que hoy se oponen al Poder Ejecutivo y se niegan a reformarse para seguir manteniendo sus privilegios.
La justicia en México aún es un tema pendiente, debemos seguir apoyando a nuestro presidente y garantizar en los congresos federales y locales la continuidad de la 4ta Transformación en el periodo venidero, porque solo de esta forma se podrán impulsar las reformas necesarias y suficientes para limpiar al Poder Judicial.
Finalmente, los panistas gritan desesperados que no conocían a García Luna, que Calderón como Presidente no conocía lo que hacia su secretario de Seguridad Pública al que convirtió en omnipotente en aquel terrible sexenio bañado en sangre.
Y sin dejar de mencionar la poca sorpresiva defensa del PRD protagonizada por su vocero Jesús Zambrano para Felipe Calderón y el PAN, no hay más palabras.
ES TRAICIÓN A LA PATRIA.
Ni un Voto Al PRI, AL PAN NI AL PRD.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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