La derecha mexicana está asociada con lo peor de la sociedad mexicana. Está probado que los criminales de cuello blanco y los que se dedican a traficar armas, drogas, personas, al secuestro y robo y un largo etcétera de crímenes de todo tipo, están ligados con la derecha, solo hay que preguntar por Genaro García Luna.
No es casual que haya estallado un clima de violencia en los estados gobernados por los grupos de poder más conservadores y contrarios a toda práctica democrática, estos que han demostrado con creces su racismo y clasismo y su odio por todo aquello que tenga aroma a Pueblo y a Trabajadores.
Resulta sencillo adivinar que la delincuencia actúe, sobre todo, en las regiones gobernadas por estos entes y se colige que pueden estar motivados por ellos dada la coyuntura electoral que se vive, especialmente en el Estado de México, que es el que tiene mayor población en la República Mexicana. El Estado de México ha sido bastión de los grupos de poder más amafiados del país, desde Atlacomulco hasta Huixquilucan, rosando con todos los otros 123.
Desatar la violencia de la forma estridente en que ocurrió la semana anterior, después de la detención del capo Caro Quintero y del grupo de jefes del CJNG, solamente aclara los vínculos que existen entre la vieja mafia del poder y los cárteles del crimen organizado, a pesar de lo cual, la Guardia Nacional, la Marina Armada de México y el Ejército Nacional, junto con algunas policías estatales y municipales, han actuado para detener a los perpetradores.
Para parar esta ola de violencia, el Estado Mexicano echa mano de todos los recursos posibles para hacerlo de la manera más pacífica y con respeto a la vida humana posible.
Aunque pareciera una especulación, ya en el pasado la derecha más violenta y reaccionaria llamó a realizar atentados y a buscar que nuestro gobierno actuara como a ellos les gusta; tirando bala, pero la fórmula sigue fallando por la convicción presidencial en contra de la violencia y en favor de una auténtica y efectiva estrategia de paz, mirando hacia el largo plazo. Es fácil suponer que la finalidad de estos traidores a la patria, sea volver a pedir la intervención del Gobierno Estadounidense por considerar como actos terroristas los ocurridos la semana pasada, pero la Soberanía Nacional sigue a buen recaudo.
Se abren varios frentes más en la batalla política por mantener la Soberanía Nacional, desde la democracia, como el método por excelencia para la solución de cada situación; por un lado, aparece la lucha en el Congreso por la Ley Electoral, también ahí, la reforma constitucional para que la Guardia Nacional quede bajo la administración de la SEDENA, lo que no significa convertir en militares a los elementos que la conforman.
Hay que agregar la aclaración que han pedido los otros dos Gobiernos firmantes del T-MEC respecto al manejo de la política energética de nuestro país, misma que fue respondida, de viva voz primero y por escrito después, por el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador con el mismo discurso valiente que, hace mucho tiempo, esperábamos los mexicanos de nuestro presidente; primero la soberanía, aunque tuviéramos que salir del tratado. Esto debe ser motivo de alegría, orgullo y aplauso de todos los sectores del Pueblo Mexicano y no es un dato curioso, sino un sello definitorio del valor que le da a su presidente la aprobación popular que está cercana al 70%.
Está también la batalla judicial que confronta a la constructora estadounidense Vulcan y su filial CALICA en la Península de Yucatán, de la que hay que decir de nuevo, que el Gobierno de la República actúa con la fortaleza propia de un gobierno con convicción por la defensa de los recursos del país.
Por si lo anterior fuera poco, en el norte del país hay dos frentes que están poniendo a prueba la eficacia de la 4t, tanto en el caso de la crisis del agua en Nuevo León y Coahuila, como en el caso de la desatención de la STyPS de los mineros, que devino en la tragedia de Sabinas, la que, hasta esta hora sigue sin resolverse.
Bastantes detractores y contrincantes tiene la transformación profunda que se realiza bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, como para que tengamos enemigos en casa. Hace falta una limpia antes de terminar el sexenio, porque de no hacerla, la sucesión que continúe con la transformación, está en riesgo y con ella, la Soberanía Nacional podría volver a estar a merced de los mercaderes apátridas de la derecha.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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