EUA endureció su política de sanciones contra personas y empresas vinculadas al intercambio de drones militares entre Irán y Venezuela, como parte de su estrategia para presionar al gobierno de Nicolás Maduro y frenar la expansión del complejo militar iraní.
El gobierno de EUA amplió su lista de sanciones contra actores de Venezuela e Irán involucrados en el comercio de drones militares, una medida que refuerza el cerco financiero sobre ambos países en un contexto de creciente confrontación diplomática y militar en la región.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro, incorporó a 10 personas y empresas relacionadas con la adquisición, fabricación y operación de drones de combate de origen iraní, utilizados por el gobierno venezolano. Las autoridades estadounidenses subrayaron que estas redes facilitan el acceso del complejo militar-industrial iraní al sistema financiero internacional.
Entre los sancionados se encuentra EANSA, empresa estatal aeronáutica venezolana, señalada por la adquisición y posterior fabricación de vehículos aéreos no tripulados de la serie Mohajer, desarrollados por Qods Aviation Industries, entidad adscrita al Ministerio de Defensa de Irán. Analistas en defensa destacan que Venezuela se convirtió en el primer país de la región, después de EUA, en operar este tipo de sistemas.
Los drones, con capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, pueden portar armamento guiado antitanque y antipersonal. En exhibiciones oficiales, Caracas ha presentado versiones producidas localmente bajo los nombres de Arpía y ANSU 100, lo que refuerza las preocupaciones de Washington sobre la transferencia tecnológica militar.
Estas sanciones se suman a un periodo de alta hostilidad entre EUA y Venezuela, marcado por una campaña de presión sostenida que incluye operaciones encubiertas y acciones dirigidas contra estructuras vinculadas al narcotráfico y a la cooperación militar internacional del gobierno de Nicolás Maduro.


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