La política migratoria del segundo mandato de Donald Trump ha provocado un fuerte aumento en los arrestos “en libertad” realizados por ICE, con un giro hacia operativos en comunidades y un crecimiento notable de detenciones de personas sin antecedentes penales.
La estrategia migratoria del gobierno de Donald Trump en su segundo mandato ha impulsado un cambio profundo en las tácticas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La agencia dejó de priorizar detenciones en cárceles locales para enfocarse en localizar y arrestar a migrantes directamente en calles, hogares y centros de trabajo en distintas comunidades de EUA.
El impacto ha sido inmediato. En septiembre, el ICE registró alrededor de 17,500 arrestos “at large” y en octubre la cifra apuntaba a ser aún mayor, el nivel más alto desde que existen registros comparables en 2011. En promedio semanal, estos operativos ya superan cuatro veces los realizados durante el primer mandato de Trump y duplican los del gobierno de Joe Biden.
Aunque las autoridades federales sostienen que el objetivo son personas con perfiles criminales graves, los datos revisados por The Washington Post muestran otra realidad. Más de 60% de los detenidos en este tipo de arrestos desde junio no contaban con condenas penales ni cargos pendientes, lo que refleja un enfoque más amplio y menos selectivo.
Exfuncionarios del Departamento de Seguridad Nacional advierten que esta política responde a la presión interna por aumentar las cifras de deportación, con metas de hasta 3 mil arrestos diarios. El resultado, coinciden, es un uso intensivo de recursos y un aumento de detenciones que ha generado protestas, cuestionamientos legales y un debate creciente sobre el alcance real de la ofensiva migratoria en EUA.
Con información de The Washington Post.


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