La última batalla de Fox

La estulticia que caracteriza a Vicente Fox, le mueve a pulverizar el voto de la derecha en lugar de unificarlo para tener por lo menos, algo de fuerza en las próximas elecciones.

El expresidente más ignorante que haya tenido México, anunció la creación de Vértice MX, un nuevo movimiento político que busca volver a tener presencia directa en la discusión pública y consolidar un bloque opositor frente a Morena.

Será otro club donde se intente organizar marcha con acarreados y compra de comentócratas en subasta, o creadores de montajes a través de las redes. La época para concursar por partidos nuevos ya pasó y ni siquiera los que se han apegado a las reglas del INE parecerán librar los requisitos que no son tantos pero la suerte parece no acompañarlos.

Con la falta de conocimientos que ha acompañado su vida y el oportunismo que le define, considera que puede crear un “movimiento ciudadano monumental”. Dice no tener dinero y el que tiene no lo gastará en una aventura como ésta, tiene inversionistas interesados en fortalecer la derecha, dentro y fuera de nuestro territorio.

Fox, uno de los mayores concesionarios del agua en Guanajuato, (10 concesiones, de 2 millones 170 mil metros cúbicos de agua al año), sabe hablar mejor inglés que español, de ahí que no deba tomarse a la ligera su anuncio, porque electoralmente puede no hacer daño, él mismo carece de simpatías incluso entre la derecha, pero puede tener como objetivo, cimentar los puentes de la injerencia extranjera a través de la creación de cuadros, líderes o candidatos que pueda sacarse de la manga, probablemente con la ayuda de funcionarios de Trump.

Seguramente el club de Fox se trata de un movimiento bisagra que, a insistencia del expresidente, convenció a algunos capitalistas que, desesperados por recuperar sus privilegios, le invierten en su proyecto.

La incapacidad mental de Fox no puede atraer grandes inversiones económicas a su grupo, pero puede allanar el camino a una injerencia reiterada en los medios informativos de alquiler que proliferan en el país. Incluso en el extranjero, y desde allá, crear montajes que sirven de insumo para intervenir desde diferentes ángulos con el pretexto de la inseguridad, la violación a los derechos humanos y la falta de libertad de expresión, que son los temas esenciales que motivan una intervención, siempre contando con la ayuda de la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, siempre al servicio de la derecha.

La derecha en México vive su peor momento y un intento encabezado por un personaje como Fox, seguramente contribuirá a hundir más esta idea política que ha mostrado su agotamiento y su falta de honestidad a lo largo de su existencia en el país.

La alternativa de éxito se asentaría en el clero, donde tiene una gran vinculación su esposa Marta Sahagún, que tampoco es bien aceptada entre los sacerdotes, pero como también están desesperados por tener un espacio en la política podrían rezar, junto con el matrimonio Fox, por una invasión disfrazada de guerra cristera.

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *