Brasil ejecutó un amplio operativo para desmontar el mayor esquema de evasión fiscal del país, una red que utilizaba empresas en EUA para lavar capitales y reintegrarlos como inversiones falsas. El gobierno busca cooperación directa con Washington y apunta a la refinería privada Refit como objetivo central.
Brasil amplió un operativo nacional para desarticular una compleja red de evasión fiscal y lavado de dinero que opera en el sector de combustibles y que, de acuerdo con el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, será incluida en la agenda bilateral con EUA para profundizar la cooperación contra el crimen organizado.
El grupo investigado es el mayor deudor fiscal del país, con obligaciones superiores a 26 mil millones de reales, y estaría utilizando estructuras corporativas en Delaware para triangular capitales, ocultar beneficiarios reales y disfrazar inversiones. Refit, refinería privada, fue identificada como uno de los puntos clave del entramado.
De acuerdo con autoridades federales, al menos 15 entidades extraterritoriales con sede en EUA enviaron cerca de mil millones de reales de regreso a Brasil para adquirir acciones y bienes raíces, recursos provenientes de operaciones que no serían legítimas. El mecanismo ha incluido fondos de inversión creados en territorio estadounidense, a los cuales se habrían emitido “préstamos” que nunca se reembolsan, regresando luego a Brasil como supuestas inversiones legales.
Haddad calificó a Delaware como “un paraíso fiscal dentro de EUA”, utilizado para un “grave esquema de triangulación internacional”. Una de las transacciones más recientes del grupo involucró 1,200 millones de reales, canalizados a fondos en ese estado.
La administración brasileña busca ahora fortalecer la coordinación con Washington en medio de las negociaciones para un acuerdo comercial más amplio, luego de que el presidente Donald Trump retiró aranceles sobre algunos productos brasileños, abriendo una ventana para avanzar en controles financieros y cooperación fiscal.


Deja un comentario