Por qué México necesita una Agencia Nacional de Ciberseguridad: una urgencia que nos toca a todos.
Hoy vivimos conectados. Desde pagar la luz o pedir un acta de nacimiento, hasta consultar nuestro saldo bancario o simplemente enviar un mensaje. Todo pasa por una red, por un servidor, por un sistema digital. Y aunque esa comodidad nos ha hecho la vida más fácil, también nos ha vuelto vulnerables. En México, esa vulnerabilidad ya no es un riesgo lejano: es una realidad diaria.
En los últimos años hemos visto cómo distintas dependencias del gobierno han sufrido ataques que han dejado plataformas fuera de servicio, han filtrado información privada y han detenido procesos esenciales. Lo mismo les ha ocurrido a empresas, bancos, hospitales y millones de ciudadanos. Cada vez que pasa, nos queda la sensación de que estamos solos, sin un escudo claro que nos proteja.
Por eso es tan importante hablar de la creación de una Agencia Nacional de Ciberseguridad. No se trata de un proyecto técnico o de algo reservado para especialistas; se trata de una institución que puede hacer más seguro el día a día de todos. Una agencia así permitiría que el gobierno deje de trabajar de forma aislada y cuente con una sola entidad que detecte amenazas a tiempo, coordine respuestas y establezca reglas claras para proteger nuestros datos y los sistemas que usamos.
Imagina que la energía, el agua, el transporte, las telecomunicaciones o los servicios de salud fueran atacados al mismo tiempo. No es ciencia ficción: es un riesgo real en un mundo donde los hackers no conocen fronteras. Una agencia especializada podría cuidar esas infraestructuras como si fueran el corazón digital del país —porque lo son— y anticiparse a cualquier intento de sabotaje.
También ayudaría a formar a servidores públicos capaces de afrontar estos retos, promoviendo una cultura de prevención que hoy todavía nos falta. México tiene talento, pero necesita una institución que articule ese conocimiento, lo fortalezca y lo convierta en una red de protección nacional.
Al final, crear una Agencia Nacional de Ciberseguridad es un acto de responsabilidad y visión. Es reconocer que nuestra vida, nuestra información y nuestros servicios esenciales merecen estar protegidos. Es entender que la seguridad hoy no solo se defiende en las calles, sino también en las pantallas.
México está listo para dar ese paso. Y mientras más tardemos, más caro puede salirnos no hacerlo.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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