Pero se dice demócrata.
En febrero de 2014, por ejemplo, el empresario salió huyendo de Oaxaca escoltado por la Policía Federal (PF), tras ser confrontado por maestros de la Sección 22 de la CNTE.
El fundador de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que estaba promoviendo la reforma de Peña Nieto en ese sector, se encontraba en ese estado, denostando a los profesores.
Claudio sabía que dicha reforma no buscaba una mejora educativa; en realidad era un intento de desmantelamiento de los derechos laborales de los docentes y de la educación pública.
El momento cumbre fue la exigencia de los maestros por un debate público y la posterior negativa de González, quien alegó “falta de condiciones“.
Lejos de eso, Claudio, utilizando a su favor una fuerza federal con amplios recursos y mandos operativos, prefirió huir de Oaxaca, escoltado por la policía.
El hecho de que una fuerza policial federal, cuyo mandato es la seguridad pública nacional, estuviera dedicada a la protección de un “filántropo” o, peor aún, de un empresario, enfureció a la población.
La gente se preguntó: ¿Por qué la PF priorizó la seguridad de un actor no gubernamental sobre otras tareas?
Ése es realmente Claudio X González.

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