La guerra comercial entre EUA y China se intensifica: ¿quién depende más del otro?

Pese a los aranceles de Donald Trump y el distanciamiento político, la economía estadounidense sigue profundamente ligada a la china, especialmente en tecnología y minerales clave.

La disputa comercial entre Estados Unidos y China ha escalado nuevamente con la imposición de aranceles punitivos ordenados por el presidente Donald Trump, lo que ha provocado tensiones diplomáticas y una reconfiguración del comercio global. Sin embargo, pese al discurso nacionalista y los llamados a boicotear productos chinos, la dependencia económica de Washington hacia Pekín sigue siendo elevada.

Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), la interdependencia entre ambas potencias “sigue siendo bastante alta”. En 2024, China exportó a Estados Unidos bienes por 526 mil millones de dólares, más del triple de lo que compró. Solo en teléfonos inteligentes y computadoras, las importaciones estadounidenses superaron los 127 mil millones, por lo que un aumento de aranceles afectaría directamente a los consumidores.

Pekín respondió con aranceles de represalia y restricciones a la exportación de tierras raras, minerales esenciales para la industria tecnológica, automotriz y militar, de los cuales EUA depende en más del 90 %. Además, China dejó de comprar soja estadounidense, optando por Brasil y Argentina como nuevos proveedores. Estas medidas son una respuesta a los controles de exportación de microchips que Washington ha impuesto desde 2022 para limitar el acceso chino a la inteligencia artificial y tecnología de punta.

Expertos señalan que Estados Unidos depende más de China que al revés. Christina Otte, de Germany Trade & Invest, sostiene que Pekín ha logrado diversificar su mercado: entre 2024 y 2025, sus exportaciones a África crecieron 56 %, a Asia 16 % y a América Latina 15 %, compensando la caída de ventas a EUA. Además, empresas chinas están instalando plantas en Vietnam y Malasia para eludir las sanciones y continuar abasteciendo el mercado estadounidense.

Aun así, Pekín sigue necesitando tecnología estadounidense en sectores como aeronáutica, semiconductores y chips avanzados, lo que mantiene viva la interdependencia conocida como “Chimerica”. Analistas esperan que la reunión entre Xi Jinping y Trump durante la próxima cumbre de la APE sirva para evitar una nueva espiral arancelaria que afecte a la economía global.

Con información de Astrid Prange para DW

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